Estados con malos gobernantes
Ramón Zurita Sahagún jueves 16, Feb 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los ex gobernadores siempre fueron activos para los partidos políticos, especialmente para los priístas, que hacían constante uso de ellos, conforme se acercaban los tiempos electorales.
Retirados de la vida política activa, los ex gobernantes veían una posibilidad de resurgir con estos eventos, fuesen a nivel estatal o en las campañas presidenciales.
En los tiempos de la dominación priísta, pocos eran los ex gobernadores que eran considerados con posibilidades de aportar algo en lo electoral.
Sin embargo, los ex gobernantes se quedaban a vivir en el estado que gobernaban y no cargaban con tantas leyendas negras como los actuales, sin importar, ahora, bajo que siglas gobernaron.
Hay una larga lista de estos ex personajes que prefieren hacer mutis que buscar nuevas oportunidades dentro de la actividad política.
Y es que la mala fama de ellos trasciende las fronteras del estado que gobernaron y los hace sumamente vulnerables. Hay estados en los que se notan más los malos gobiernos que en otros, especialmente en los tiempos recientes.
Guerrero es uno de ellos, varios gobiernos recientes mostraron grandes deficiencias, tantas que dos de esos gobernadores fueron obligados a dejar el cargo y el otro fue repudiado por los electores.
Rubén Figueroa Alcocer, al igual que su padre Rubén Figueroa Figueroa, gobernaron Guerrero, aunque el primero no terminó con su mandato, ya que hubo de solicitar licencia, dejar el cargo y desaparecer del escenario político.
Ángel Heladio Aguirre Rivero gobernó dos veces Guerrero y terminó su segundo gobierno por la misma vía por la que inició el primero. Aguirre Rivero fue gobernador interino de Rubén Figueroa Alcocer, obligado a renunciar cuando se produjo la matanza de Aguas Blancas. Con Ángel Heladio sucedió algo similar, ya que su licencia la presentó después de la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
El anterior gobernador, Zeferino Torreblanca, como Aguirre Rivero, ganador de los comicios bajo el emblema del PRD, tuvo un gobierno de altibajos, por lo que cuando buscó otra oportunidad de contender por un cargo de elección popular fue rechazado en las urnas. Contendió por la alcaldía de Acapulco, con los colores de Acción Nacional y con todo y que ya había gobernado ese puerto con la bandera del PRD, fue relegado en el conteo de votos.
Michoacán es otra entidad que ha tenido mala suerte en lo que respecta a gobernadores. Luis Martínez Villicaña fue sumamente criticado por gobernar al estilo fiesta, tanto así que descuidó todo, tanto que en 1988, su partido el entonces imbatible PRI perdió 11 de los 12 distritos electorales federales y las dos senadurías en juego, además de la elección presidencial. El enojo en las altas esferas políticas no se hizo esperar y fue obligado a solicitar licencia, aunque le fue ofrecido un cargo compensatorio, director de Caminos y Puentes de Ingresos y después relegado al ostracismo político.
Eduardo Villaseñor Peña, otro de sus gobernadores electo en las urnas fue obligado a solicitar licencia, a cambio de otorgarle un cargo burocrático de cuarta línea, luego de que su elección fue impugnada. Al poco tiempo murió en un accidente, por lo que se nombró un gobernador sustituto y se convocó a nuevas elecciones.
Pasaron los gobiernos de Víctor Manuel Tinoco y Lázaro Cárdenas, sin tanto revuelo, pero llegó Leonel Godoy Rangel y los escándalos se presentaron una y otra vez. La violencia sentó sus reales, algunos de los grupos delincuenciales se manifestaron y su hermano fue acusado de ser protector de alguno de ellos. Su administración fue considerada desastrosa.
Sin embargo, peor le fue a los michoacanos con el regreso del PRI al gobierno estatal, ya que Fausto Vallejo dejó en claro por qué había sido rechazado en las urnas por los electores en ocasiones anteriores. Su gobierno fue peor que el de Godoy, tanto así que la violencia se incrementó y las constantes ausencias del gobernador por enfermedad, fueron cubiertas por Jesús Reyna, hoy en la cárcel y hasta el hijo del propio mandatario fue acusado de tener nexos con el crimen organizado y pasó unos meses en prisión.
Fausto y algunos de sus colaboradores son investigados por acciones cometidas durante su administración. Ángel Heladio Aguirre logró calmar las aguas en cuanto a investigación, aunque uno de sus hermanos fue a prisión y salió libre
Chiapas es otro estado de gran controversia con sus gobernantes. Cuando menos los cuatro más recientes que fueron electos en las urnas.
Eduardo Robledo Rincón fue obligado a solicitar licencia como moneda de cambio con el movimiento zapatista, duró apenas dos meses como gobernante.
Pablo Salazar Mendiguchía renunció al PRI, fue apoyado por nueve partidos y al término de su mandato fue encerrado largos meses en prisión, aunque se habla de una venganza política de su sucesor, ha intentado resurgir políticamente, sin éxito.
Juan José Sabines Guerrero terminó su mandato y fue acusado de desviación de recursos, enriquecimiento ilícito, abuso de poder y otras linduras más, sin ser juzgado nunca y logró negociar con el gobierno entrante que lo nombró cónsul en Florida, donde todavía se encuentra. Sus excesos en todos los terrenos, son recordados por los habitantes de Chiapas.
El actual gobernador, Manuel Velasco Coello, es sumamente criticado por acciones que van desde el uso de abundante recursos económicos para promover su imagen, con la que pretende competir por una candidatura presidencial, pasando por los señalamientos de que quien gobierna es su madre y no él, dedicado a la farándula y a actos de vanidad, entre otros excesos
Esos son algunos de los estados donde la recurrencia de malos gobernantes es frecuente.