No se fugará
¬ Augusto Corro miércoles 20, Oct 2010Punto x Punto
Augusto Corro
El diputado perredista Julio César Godoy Toscano aseguró que no se fugará. (Uf, que alivio). El michoacano enfrenta decenas de acusaciones por sus posibles vínculos con el crimen organizado, específicamente con “La Familia Michoacana”.
Ante la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados que analiza su posible desafuero, el legislador negó todos los cargos que se encuentran en el expediente integrado por la Procuraduría General de la República.
Las acusaciones señalan numerosos delitos, entre otros la protección al crimen organizado, lavado de dinero y la presunta participación en la muerte de 12 militares.
La inocencia de Godoy Toscano tendrá que ser demostrada en siete días. El mismo dijo que el próximo lunes presentará las pruebas que lo eximen de esa lista larguísima de delitos. Sin embargo, en el documento que tiene en su poder la comisión de diputados, no se ve salvación alguna para el acusado.
El diputado podrá alegar su inocencia y no ir a la cárcel, sin embargo, su libertad o reclusión no es tan importante como saber hasta dónde el narcotráfico se encuentra metido en la política michoacana.
En las conversaciones que se dice son entre Godoy Toscano y “La Tuta” se habla de las elecciones que se efectuaron en julio pasado, en las que el segundo aseguraba el triunfo del medio hermano del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy.
Este hecho lleva a la reflexión sobre las actividades del crimen organizado para filtrarse en las altas esferas del poder en Michoacán. De ahí que la responsabilidad de los tribunales actúe con transparencia y justicia, porque podrían encontrarse los indicios de corrupción entre la narcodelincuencia y funcionarios públicos.
La condición de sospechoso del diputado michoacano deja muy mal parada a la clase política. Si bien es cierto que se cuenta con diputados, senadores y funcionarios públicos honestos, también es importante señalar que los tiempos cambiaron y no son pocos los políticos que viven bajo la sospecha de tener nexos con los narcos.
Ya de por sí es negativo que en San Lázaro se intente desaforar a uno de los legisladores que desde antes de las elecciones que lo llevaron o ocupar una curul, tuvo que vivir escondido como prófugo de la justicia.
Y concretamente, al Partido de la Revolución Democrática (PRD) no le beneficia prestar sus servicios como abogado de un militante tan conflictivo como Godoy Toscano. ¿Y cómo anda el narco en los otros partidos?
PRINCIPIO DEL FIN
Al fin se presentó el primer enfrentamiento entre Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Marcelo Ebrard. El pretexto es lo de menos. Ambos buscan la candidatura a la Presidencia de la República y no se detendrán ante ningún obstáculo para lograrlo.
Aunque la meta es la misma, los caminos tienen diferentes perspectivas. Para AMLO las alianzas con el Partido Acción Nacional (PAN) representan una aberración. Ebrard las acepta gustosamente. Así empieza la discusión entre los dirigentes políticos con mayores posibilidades de representar a la izquierda en la justa electoral presidencial del 2010.
Y el escenario para dirimir sus puntos de vista se encuentra en el Estado de México. AMLO dijo que no aceptará la coalición PRD-PAN para un candidato a la gubernatura. Ebrard ve con buenos ojos que perredistas y panistas vayan unidos en esa contienda.
De lo anterior se desprende que la izquierda en el Estado de México irá al fracaso si no logra unificarse. Ya AMLO señaló que él y sus seguidores llevarán a su propio candidato, ajeno a la élite perredista que controla Jesús Ortega, el chucho mayor. Ebrard corre el riesgo de participar con un aspirante a la gubernatura que podría quedar en ridículo.
Se tiene la impresión de que el jefe de gobierno capitalino le interesa más placearse, como se dice coloquialmente, para que lo conozcan los mexiquenses, que promover al perredista-panista que compita como candidato a la multicitada gubernatura.
A AMLO no le cayó bien la postura política de Ebrard y entre el círculo cercano del tabasqueño ya se habla de traición. Desde luego, se incluye a Manuel Camacho Solís, el maestro de Ebrard, que ahora recibe críticas muy duras por su acercamiento al presidente Felipe Calderón Hinojosa.
La disputa por el poder tiene al borde del precipicio al PRD. Las próximas elecciones en el Estado de México serán su tumba si no alcanzan a ponerse las pilas. Es un hecho que en el partido del sol azteca se viven momentos de verdadera incertidumbre.
NUEVO ENTRENADOR
La Selección Mexicana de Futbol ya tiene un nuevo entrenador: José Manuel de la Torre, de 45 años. Del conjunto mexicano se puede decir todo y nada. Todo tendría que incluir sus 80 años de deuda con sus seguidores que nunca disfrutaron ni disfrutarán de verlos coronados como campeones del mundo.
Y nada, porque el futbol mexicano no avanza. En todos los campeonatos ocurre lo mismo. Al seleccionado no le alcanza el gas para los tres últimos partidos. Es una tradición que se quede muy lejos de la antesala: de la semifinal y de la final.
Los directores técnicos son manejados por los dueños de los equipos, hombres de negocios que buscan primordialmente sus beneficios personales y luego los de los seguidores que campeonato tras campeonato ven frustradas sus ilusiones.
De entre todas las cuestiones negativas que rodean a la Selección Mexicana de Futbol, la única que se salva, por ahora, se refiere a la designación de un técnico mexicano. Por lo menos, quienes conocen a José Manuel de la Torre “El Chepo” saben que no tienen que forjarse ilusiones vanas. Cuando un entrenador extranjero se encarga del Tri, las esperanzas se multiplican, no en balde nuestra condición malinchista. Al final ocurre lo mismo: nos quedamos en el camino.
En su primera entrevista como entrenador de la mencionada selección, “El Chepo” dejó entrever que se dará mucha importancia a la disciplina de los jugadores. ¿Para qué? ¿Por qué? Si la buena conducta los hiciera campeones, los seleccionados tendrían que salir de los monasterios.
Qué bueno que la disciplina cuente como factor importante para alcanzar triunfos, pero mientras en el seleccionado prevalezca la indolencia, la apatía, la falta de amor a la camiseta y el poco deseo de triunfar, nada se logrará. El espíritu de sacrificio siempre estuvo ausente. También nos faltan algunos “cracks” que decidan los triunfos del equipo en cualquier momento. En fin, todo seguirá igual o peor.