Cobardía ¿o qué?
¬ Augusto Corro jueves 2, Feb 2017Punto por punto
Augusto Corro
Las agresiones del presidente Donald Trump al mundo aún no reciben ninguna respuesta real de los afectados, sólo quejas y palabrería condenatoria.
Como dijera el ex presidente español, Felipe González, “veo todavía demasiada cobardía internacional para no responderle”.
Quizá tiene razón el ex mandatario, pues la comunidad internacional, por sus intereses tan disímbolos, espera pasiva el desarrollo de los acontecimientos.
México es uno de los países más dañados por la política irreflexiva del troglodita que desde el inicio de su campaña política lo hizo receptor de toda clase de ataques, que justificarían el rompimiento de relaciones.
Claro, asumir una actitud de peleonero de barrio a nada bueno conduciría, pero sí es necesario detener a Trump y sus políticas “radicalmente equivocadas”, que se derivan de la xenofobia, la discriminación y el supremacismo blanco, en términos generales.
Con nuestro país, las acciones retadoras del cavernícola estadounidense empezaron hace más de dos años. Desde entonces recibimos los calificativos de violadores y criminales, así como las amenazas de las deportaciones masivas de indocumentados, la ampliación del muro de la ignominia, etc.
¿Y qué hicieron las autoridades mexicanas para contrarrestar esa andanada de descalificaciones”. A la fecha, estamos convocados a una unidad, pero no sabemos cómo ni cuándo. Sobre el tema de la pared fronteriza ya nos informarán de los acuerdos que se pacten en lo oscurito.
Mientras, presenciamos que las respuestas de los mexicanos a las agresiones trumpianas surgen en diferentes partes de México, pero por iniciativa propia de los inconformes. Por ejemplo, los paisanos de la zona norte dejaron de cruzar la frontera para realizar sus compras.
Sin duda se trata de un golpe duro a la economía de ambos países, pero de alguna manera se tiene que manifestar el descontento contra la política discriminatoria del troglodita. El carácter racista del presidente republicano es contra todo el mundo; pero esta condición no debe permitir que nos confiemos. No se debe, tampoco, exagerar la prudencia, que podría interpretarse como cobardía o miedo.
En el presente, las respuestas más fuertes contra la política trumpiana se llevan a cabo en su propio país. El último conflicto surgió cuando Trump vetó temporalmente la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de siete países de Oriente Medio. Esto provocó las protestas en los aeropuertos y en diferentes ciudades. Esas acciones nos hablan de una inconformidad de la población estadounidense contra el troglodita, que encontrará una respuesta de rechazo total a sus políticas. Quiero entender que las autoridades mexicanas se encuentran dedicadas a encontrar los mecanismos apropiados para enfrentar a Trump; que, supongo, no tardarán mucho en implementarse. Ojalá.
Por cierto, no se debe olvidar que sigue pendiente la renegociación o desaparición del Tratado Libre Comercio (TLC), debido a que, según Trump, ese convenio favoreció más a los mexicanos que a los estadounidenses. Vaya, vaya.
El troglodita nos declaró la guerra comercial, hasta hoy. ¿México posee armas para defenderse? Se supone que sí, pero no será con palabrería vana como se luche contra el cavernícola ungido como presidente.
Urge, pues, que se concreten las acciones en defensa de México, pero que, por favor, no se incluya a los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), un club de políticos, que únicamente buscarán sus beneficios personales. ¿O acaso creen que el impresentable mandatario morelense, Graco Ramírez, tiene la suficiente autoridad moral y capacidad indispensable para ponerse al frente de los mexicanos inconformes contra Trump? No, definitivamente. Mejor que se dedique a resolver sus problemas domésticos que lo tienen calificado como uno de los peores gobernadores de México.
En fin, México se encuentra en una situación difícil, hace más de dos años que empezamos a recibir las ofensas de un millonario irreflexivo y no hemos contestado esa andanada de vituperios. Aún estamos a tiempo. Entre los ajedrecistas se piensa que la mejor defensa es el ataque. ¿Usted qué opina amable lector?
MÁS DE LO MISMO
En los últimos años, los gobernadores se dieron a la tarea de endeudar a sus estados. Piden préstamos de dinero a todo mundo y luego se alejan del cargo sin mayor problema, pues no rinden cuentas.
No es la excepción, el ex mandatario de Puebla, Rafael Moreno Valle, el panista que declaró su intención de competir por la Presidencia de la República, dejó un pasivo de 76 mil millones de pesos.
¿Qué ocurrirá? Nada. En el sexenio anterior, el “góber precioso”, Mario Marín también le metió mano al erario y fue acusado del delito de enriquecimiento inexplicable, que le permitió conseguir el dinero para dedicarse a empresario aeronáutico. Ninguna autoridad lo juzgó por el desvío del tesoro público poblano. ¿Ocurrirá lo mismo con Moreno Valle?