El crimen organizado ahora va contra autotransportistas; suben 36% robos
Nacional lunes 18, Oct 2010Aumentan número de atracos y la violencia; en 2009 se empleó 56.4% más que el año anterior, reportan AMIS y ANTP y Canacar
Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), elcrimen organizado provocó que el robo al transporte de carga se disparara: tan sólo de 2008 a 2009 este delito se incrementó 36%, “El aumento se debe a que el crimen organizado comenzó a involucrarse”.
El robo al transporte se convirtió en un producto de generación de recursos”, explicó José Luis Rojas, quien dirigió un grupo de inteligencia en la Policía Federal de Caminos para desmantelar redes de asaltantes.
Las autopistas México-Querétaro, Reynosa-Nuevo Laredo, San Luis Potosí-Monterrey y Matehuala-Saltillo son algunas de las más peligrosas. A los robos se suma el tránsito de narcoconvoys y la falta de patrullajes.
No sólo ha crecido el número de atracos, también la violencia. En 2009 se empleó 56.4% más que el año anterior.
Las mercancías más robadas son las de fácil venta: abarrotes, joyería de fantasía, equipo electrónico, licores, maquinaria, papelería y medicinas de patente.
Testimonios Caseta Palmillas
Son las 10:40 de la noche. Samuel enciende el motor. Está dicharachero, ya explotó el perico. No para de hablar con otros camioneros a través del walkie talkie, pero es difícil descifrar la conversación, porque se acerca demasiado el radio a la boca. Pasamos la caseta de Palmillas. A partir de este punto hasta Nuevo Laredo, dice: “ya todo está peligroso”.
Hace ocho meses, Héctor S., dueño de tres pipas, tuvo un percance en esa caseta. Después de que su conductor cargó combustóleo en la refinería de Tula, comenzó a vigilar su trayecto por radar, como suele hacerlo. Sólo que esta vez entre San Juan del Río y Palmillas, observó a la pipa desviarse unos tres kilómetros. Sin alarmar a la Policía Federal, les contó ese extraño hecho. Todavía no tenía pruebas que fuera un secuestro.
Cuando despejó toda duda, fue al recibir una llamada por radio de un supuesto comandante, identificado por un número, quien dijo pertenecer a Los Zetas. En esa conversación le advirtió que si el combustóleo que transportaba era robado, le mandaría a su conductor en una caja y en pedacitos. A su chofer lo habían secuestrado cruzando la caseta de Palmillas.
Luego de pagar peaje, a escasos metros, varios hombres le apuntaron con armas infrarrojas al parabrisas. Mientras el panorama se reducía a un montón de puntos rojos amenazantes, nunca aparecieron policías federales o militares.
Otro testimonio
Sobre el kilómetro 86, afuera del Restaurante El Chino, hay una larga fila de tráileres estacionados. Adentro, sentados alrededor de una mesa cubierta con mantel de plástico, tres amigos de Samuel, lo esperan. “Venimos a arreglarnos manis”, sonríe. Se traduce en beber un denso cóctel para espantar el sueño. Cuando la mesera se acerca para tomar la orden, los camioneros piden en clave una tableta con esas anfetaminas que usan mujeres como dietéticos, pero que ellos ingieren para no dormir: “Dame una de acá”. Estas cápsulas son apodadas pericos: por verdes y soltar la lengua.
Mientras espantan el sueño, Víctor, otro camionero, interrumpe a Samuel, ansía platicar sobre aquel asalto en Reynosa. En Semana Santa casi lo matan. Conducía por la Ribereña, carretera federal Reynosa-Nuevo Laredo, por cierto, tramo de muy mala reputación entre camioneros por las continuas balaceras, persecuciones y bloqueos que hay. Siempre que salen viajes sobre esa carretera, Samuel los rechaza sin importar algún castigo por parte del patrón. Prefiere “perder unos pesos a arriesgar mi vida”, dice.
“Sobre la Ribereña ves muebles (carros) calcinados. Nada más oscurece para las siete de la noche y ya no se ve gente afuera. Está canijillo por allá”, asegura un condutor regio.
Por el retrovisor, Víctor vio cómo iban cerrándole el paso dos camionetas, pero ni para dónde hacerse, menos a quién pedir auxilio. Lo peor fue cuando descubrieron en su cartera una identificación del servicio militar, ahí sí se ensañaron: “imagínate pensaban que era soldado encubierto, no entiendo por qué me dejaron vivo”. Del tráiler que lo bajaron no ha vuelto a tener noticias. “Hoy por hoy no nada más te roban la mercancía, te roban tus vehículos. El modus operandi es hacerlo cada vez más violento. Tenemos hasta choferes desaparecidos”, asegura Leonardo Gómez, director general de la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP).