México, una nación electorera
¬ José Antonio López Sosa lunes 18, Oct 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
En México vivimos una democracia deforme, quizá de tanto someterla durante años bajo el yugo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) -donde el sistema político constó de una democracia simulada con partido hegemónico y dominante- cuando creyó nacer en la elección del año 2000, comenzó a crecer amorfa y sin principios.
La democracia es lo que el político quiere que sea, es una realidad. Algunos piensan que vivimos un Estado democrático simplemente porque hay elecciones cada tres y seis años, otros porque existe -de forma muy relativa-libertad de expresión en la gente, cosa que antes no. En síntesis, vivimos un sistema político donde la democracia es entre élites, es decir, esas cúpulas partidistas, gremiales y empresariales eligen a uno u otro candidato, luego entonces llaman a la ciudadanía en general a las urnas para votar por uno de sus elegidos. No hay una verdadera formación de cuadros políticos ni una participación ciudadana en la política nacional, eso es una utopía.
Como lo que importa son las elecciones porque en eso centran nuestros políticos la democracia, desde la alternancia de hace 10 años, las campañas políticas arrancan con mucha anticipación, en el caso de las elecciones presidenciales la tendencia es que en el cuarto año de gobierno, comiencen con más seriedad las campañas políticas.
De todos los colores, ideologías y partidos quienes aspiran a la silla presidencial hoy día se encuentran en plena campaña, el hecho que la administración federal encabezada por Felipe Calderón sea desastrosa, no implica ni justifica que las actitudes electoreras estén sólidas y caminando.
Lo mismo ocurrió durante el sexenio de Vicente Fox, en su cuarto año de gobierno arrancaron las campañas por la presidencia, no podemos omitir el hecho que en 2004, a cuatro años de la administración Fox, el propio Felipe Calderón fue proclamado contendiente por la presidencia por el entonces gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, desde entonces Calderón comenzó junto con sus contendientes de 2006, la campaña presidencial.
La historia reciente ha sido cíclica, los políticos se preparan dos años antes para contender, sostienen una lucha encarnizada que fomenta una polarización nacional y en el caso de los dos últimos ganadores, al llegar al poder les bastan dos o tres años para demostrar la incapacidad de gobernar, ¿hacia allá va la tendencia democrática en México?
Vivimos un país electorero, una nación de campañas políticas y de un pésimo ejercicio de gobierno. Vivimos una democracia simulada en las urnas, donde en el ejercicio del poder es prácticamente inexistente. Vivimos ahora sexenios de cuatro años, basta este tiempo para ver la ineptitud de los gobiernos en turno y entonces pasar de nuevo a la época de las campañas políticas, esas que duran 2 años y sirven para que el gobernante en máximo 3, demuestre que mintió durante su período de campaña.
¿Qué hacer pues para que esto cambie?, hoy todos los aspirantes están ya fuerte y quedito en campaña político electoral, la disfrazan de diferentes cosas, pero al final resulta imposible engañar a una sociedad. Estamos celebrando 200 años como nación con tiempos electoreros por excelencia, dando legitimidad a través de las urnas a las élites, las mismas cúpulas que recurrentemente han gobernado a este país desde los tiempos de la Colonia.
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