¿Julio César, prófugo?
¬ Augusto Corro lunes 18, Oct 2010Punto x Punto
Augusto Corro
El cinismo, como forma de vida, llegó para quedarse en la clase política mexicana ciega, sorda y convenenciera que piensa que la sociedad no sabe o no se da cuenta de sus pillerías: en los partidos políticos, las cúpulas protegen a los corruptos; en el Congreso de la Unión, los legisladores se cubren bajo el manto protector del fuero y en la burocracia, la justicia funciona lentamente y los corruptos son defendidos con el silencio de sus jefes. Corrupción e impunidad van de la mano en México.
Vamos Punto x Punto a analizar lo siguiente:
El caso de Cecilia Romero Castillo. Esta señora de la élite del panismo, más específicamente del yunquismo, la ultraderecha del partido blanquiazul, busca la candidatura para presidenta del Partido Acción Nacional (PAN).
Todos los candidatos del blanquiazul, Gustavo Madero y Franciso Ramírez Acuña, con excepción de Blanca Judith Díaz, participan en el juego del “Tío Lolo”, pues se hacen tontos solos. El congresista Gustavo Madero será el presidente del PAN. Ya fue decidido. Los demás aspirantes participan, únicamente, para reflejar una imagen de democracia en ese partido que no la tiene y donde se practican las viejas tácticas príistas del dedazo, ejemplo claro del autoritarismo tradicional.
Por eso no llama la atención que Cecilia Romero Castillo, ex comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM) se exponga a la crítica, sin contemplación alguna, de la que es objeto por parte de la opinión pública que tiene presente su papel desastroso al frente del instituto citado. Ella sabe muy bien el rol que juega en la farsa política.
En cuanto habló de sus aspiraciones políticas, recibió una lluvia de descalificaciones relacionadas con el cinismo, ineptitud, sin el mínimo recato, pues ella dirigía el INM cuando se registraron las 72 muertes de los migrantes en un rancho de San Fernando, Tamaulipas. El escándalo provocó fricciones internacionales, por la incapacidad de INM y las diferentes autoridades para salvaguardar los intereses de los indocumentados, no solamente de los que perecieron en el estado norteño mencionado, sino de todos aquellos que lograr llegar a México de paso a Estados Unidos.
A raíz de la masacre de los migrantes, salieron a la luz pública el contubernio entre las autoridades mexicanas y el crimen organizado para extorsionar, secuestrar, torturar y asesinar a aquellos extranjeros que se atreven poner un pie en nuestro país. La relación de abusos de que son objeto los indocumentados indefensos es interminable. Entre sus victimarios se encuentran agentes de Migración. Basta con darse una vuelta por la frontera sur, para ver el caos se vive en materia migratoria. Se trata de una frontera casi olvidada, en la que predomina la ley de la selva.
A la política panista, Cecilia Romero Castillo, no le interesó o no quiso meter las manos para proteger a los migrantes. Si no disponía de la fuerza pública para contrarrestar tanta violación contra los migrantes, por lo menos tenía la obligación de denunciar las atrocidades cometidas contra los indocumentados.
Después de la masacre de los 72 indocumentados en la que participó el crimen organizado, Cecilia Romero Castillo salió del INM, ahora busca la presidencia del PAN. Se trata de un alarde de cinismo y falta de pudor, propio de la clase política panista.
El caso de Julio César Godoy Toscano. De la grabación de una supuesta plática telefónica entre Servando Gómez “La Tuta” y el ahora diputado perredista Godoy Toscano, que se conoció la semana pasada, se complicó la situación del ahora legislador. Provocó entre los dirigentes perredistas comentarios que van desde aquél en que se le plantea al presunto transgresor que renuncie al fuero y enfrente a la justicia. Otros diputados perredistas ya no quieren saber nada del medio hermano del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy. La condición de sospechoso del mencionado político dañó la imagen del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Primero se trató de un presunto delincuente perseguido por la justicia, que entró a la Cámara de Diputados, furtivamente, como lo haría cualquier delincuente que busca burlar a la ley.
Después, inexplicablemente, el perredista Alejandro Encinas lo protegió, lo escondió en sus oficinas de San Lázaro para llevarlo a rendir su protesta como legislador. Sintió Godoy Toscano la protección del PRD y la reprobación de la sociedad ya se dio cuenta lo útil de contar con el fuero. Si el multicitado legislador estaba seguro de su inocencia, su deber era arreglar sus pendientes con la justicia, limpiar su nombre y luego llegar a la Cámara.
Pero ocurrió de diferente manera. Godoy Toscano, con su forma de actuar, incrementó la duda que se tenía de él sobre sus relaciones con el crimen organizado. Pero ahí no termina la historia. El legislador forma parte de un partido que se encuentra sumido en el descrédito y en el divisionismo. Su imagen de organización política conflictiva en nada le ayuda en los tiempos actuales que libran una lucha por las alianzas partidistas.
El PRD refleja hacia el exterior su desorden interno. Las pugnas por el poder llevan al partido rumbo a su desaparición. Si el PRD de los chuchos logra una alianza con los panistas en el Estado de México, ahí empezará a desmoronarse, todavía más, el partido del sol azteca.
Ante ese panorama, la presencia de un diputado que se mueve entre la legalidad y el sospechosismo, este ultimo resulta triunfador y lo menos que espera el PRD es que la sociedad piense que protege a un diputado que usa el fuero para evitar la acción de la justicia.
Sobran los botones de muestra del cinismo político. El diputado Julio César no se presentó a la cita que tenía con la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados para tratar el asunto del desafuero.
La grabación del diputado michoacano con el capo de “La Familia”, Servando Gómez Martínez “La Tuta” y las declaraciones de su principal operador, Ignacio Javier López Medina o Manuel Lombero Arias o Nacho López, son pruebas demoledoras contra Godoy Toscano, de quien se empieza a decir que no es remoto que se convierta en prófugo de la justicia, nuevamente, para mayor desprestigio del PRD y los diputados que lo protegieron para burlar la vigilancia de San Lázaro. Hoy será un día importante para saber si Julio César vuelve andar a salto de mata.