Independientes y las bolas de humo
Ramón Zurita Sahagún jueves 19, Ene 2017De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Desde el triunfo de Jaime Rodríguez Calderón (El Bronco), como candidato independiente en Nuevo León, un gran número de políticos adoptan esa figura, aunque en realidad no lo sean.
En la pasada elección de 12 gobiernos estatales (5 de junio de 2016), un gran número de participantes jugaron con la camiseta de independientes, sin que ninguno de ellos se acercara siquiera a la posibilidad de triunfo o se ubicara en un, cuando menos, un tercer sitio en las preferencias electorales.
La lista de candidatos fue larga y en algunos estados llegaron a participar más de uno, protegidos por la ley electoral local, lo que no les valió de nada, pues sus números quedaron muy distantes del triunfador. Ninguno de ellos logró rebasar el cinco.
Cercanos los comicios del cuatro de junio próximo, donde se renovarán tres gobiernos estatales (Coahuila, Estado de México y Nayarit), saltan algunos prospectos de candidatos independientes, aunque generan dudas, ya que se advierte que solamente son ambiciosos del poder y no aspirantes a gobernador provenientes de la población harta de los abusos de los gobernantes.
Dos de ellos están plenamente definidos en su propósito, ambos provenientes de la militancia priísta, de la que alguna vez se manifestaron como creyentes de su ideología.
El primero en abrirse de capa fue el cuatro veces diputado federal Javier Guerrero García, quien apenas hace poco más de una docena de años aspiró a la secretaría General del CEN del PRI, en mancuerna con Beatriz Paredes Rangel.
Aquélla ocasión les representó a Beatriz y a Javier una dura derrota, ya que fueron vencidos en una contienda interna por la fórmula compuesta por Roberto Madrazo Pintado y Elba Esther Gordillo Morales.
La incorporación de Javier le fue sumamente criticada a Beatriz, ya que no reunía el perfil para ello, pero fue una imposición de los apoyadores de la tlaxcalteca, especialmente del gobernador de Coahuila, Enrique Martínez y Martínez (hoy Embajador de México en Cuba).
Javier fue considerado como un político menor, sin los tamaños, ni las relaciones suficientes para aspirar a la secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, aunque ha logrado acercarse a varios de los gobernadores de Coahuila que lo han privilegiado con diversos cargos administrativos.
Fungió como secretario de Finanzas con Martínez y Martínez y secretario de Desarrollo Económico con el mayor de los hermanos Moreira (Rubén).
Pero Javier Guerrero ha estado vinculado a los programas sociales, por lo que ha desarrollado diversas tareas en la secretaría de Desarrollo Social, del gobierno federal.
Inició como director general de Organización Social en el Programa Nacional de Solidaridad, de donde pasó a ser integrante del Consejo Consultivo del mismo programa.
Su cargo anterior al de diputado federal, fue el de subsecretario de Desarrollo Comunitario y Participación Social en la Sedesol, durante la actual gestión presidencial de Enrique Peña Nieto.
Javier que ya fue alcalde de San Pedro de las Colonias en Coahuila consideró que era su momento adecuado para intentar competir por el gobierno estatal, aunque en su partido (PRI) no fue escuchado, por lo que optó por separarse del partido y buscar la nominación independiente.
Hoy se ve difícil su posibilidad de ganar, ya que enfrentará a un poderoso candidato del PAN (Guillermo Anaya) que ya compitió hace seis años contra Rubén Moreira y un PRI sumamente disminuido y que abanderará al alcalde de Torreón, Miguel Ángel Riquelme, respaldado por el propio gobernador Rubén Moreira Valdez.
En Coahuila se verá finalmente si Humberto Moreira Valdez, el hermano menor de Rubén, decide competir por una diputación local o, incluso, la alcaldía de Saltillo, bajo el mismo sistema de independiente.
Pero si Javier Guerrero es visto como un caballo de Troya, para romper con el respaldo que le podrían dar los militantes del PAN y de la izquierda a la nominación de Anaya, Isidro Pastor, el aspirante independiente del Estado de México, resultará un hueso duro de roer.
Formado como un soldado que pudo recuperar al maltrecho partido, después de perder la mayoría en el Congreso del estado y los principales ayuntamientos, Pastor se consideró aspirante a suceder a su “jefe” Arturo Montiel Rojas.
Desde el PRI estatal, Isidro fue un artífice de la nueva estrategia partidista, de la que se dice costó grandes cañonazos de dinero y le permitió hacer su ronchita para intentar la candidatura del PRI. No lo consiguió y fue relegado totalmente, aunque Eruviel Ávila sacó al conejo de la chistera y lo designó secretario de Movilidad del gobierno estatal.
Desde esa posición, Isidro Pastor se autoerigió en prospecto al gobierno estatal y decidió renunciar al cargo burocrático, por lo que decidió abrir sus cartas y nominarse como independiente.
En el Estado de México se considera a Isidro como uno de los grandes corruptores del partido, que sabe cómo comprar consciencias y lealtades, por lo que se especula si su candidatura es en serio o, simplemente, lo mandó Arturo Montiel Rojas para romper con el esquema que pretendían construir panistas y perredistas alrededor de un solo candidato.
En los medios políticos se considera que Isidro constituye una bola de humo y que su aspiración fue alentada por la mancuerna integrada por Arturo Montiel Rojas y el gobernador del Estado de México, para sacar al candidato que ellos pretenden y que lleva en primer lugar a Ana Lilia Herrera Anzaldo, la secretaria de Educación y en segundo a Carlos Iriarte Mercado dirigente estatal del PRI y que busca impedir a toda costa la nominación de Alfredo del Mazo Maza.
Veremos en las semanas siguientes si se consolidan las candidatura independientes o son solamente un juego de espejos.