La heroicidad en Iberoamérica
* Especiales, _• Letras Iberoamericanas •_ viernes 15, Oct 2010Edgar Gómez •
Ahora, estimados amigos, les escribo desde la ciudad de Guatemala, en uno de nuestros entrañables países que conforman esta Iberoamérica y al escuchar las diversas historias que se relatan en los taxis, en los restaurantes, en las calles y con cada una de las personas que he convivido en mi estancia, me resurge la idea de la necesidad de las naciones y la experiencia de nuestra Iberoamérica de crear héroes cotidianos que permitan incrementar la autoestima y la motivación de nuestros países.
Sobre esto, quiero traer a esta disertación una experiencia vivida con Antonio Sánchez, español y colaborador también de esta sección, cuando en el inicio del Mundial de Sudáfrica celebrado en meses anteriores, nos encontrábamos en París y habíamos recibido como “balde de agua fría”, la derrota de la selección española por la modesta selección de Suiza. A esto, Antonio comentó: “No te preocupes, tengo confianza en que la heroicidad de los españoles se hará presente, siempre pasa igual. Además, las victorias se disfrutan mejor”. Originalmente pensé que era una justificación común de un amigo resignado, pero sus palabras tomaron fuerza en cada paso que dio la selección española en el mundial. Después de derrotar a Paraguay y a Alemania, la heroica España se enfilaba como favorita para levantar la Copa FIFA, y así lo hizo. Después de soportar las agresiones físicas de la tristemente tres veces derrotada Holanda, España se levantó heroicamente para ser por primera vez campeona del mundo ante los ojos atónitos del mundo y el placer de los que portamos sangre y sentimiento ibérico.
En este sentido, es importante y así se refleja, que los países tengan héroes que impulsen la unidad de una nación. Es por eso que, en el caso de México, se habla con cierta idolatría de los héroes independistas (los curas Miguel Hidalgo y José María Morelos) o en el caso de Sudamérica, del unificador Simón Bolivar o ahora de la selección de futbol de España que mantendrá mínimo por cuatro años en el altar de la heroicidad a sus jugadores. Sin embargo, nuestra región corre un riesgo alto al tratar de integrar a estos nuevos héroes. Como ejemplo quiero señalar el vivido en semanas anteriores donde el presidente Correa, de la República del Ecuador, tiene un enfrentamiento con la policía nacional de ese país y en un “acto heroico” decide confrontar las agresiones. Esto, no sólo puso en riesgo su integridad física, sino la investidura presidencial, la cual, como todas las instituciones de nuestros países se han forjado con el tiempo y en algunos casos con sangre de nuestros pueblos. Empero, el presidente Correa fue cortejado, seguramente, por la tentación de tomar la vestimenta de héroe para sí y para los ojos de su nación.
En este orden de ideas, no identifico mal que nuestros países busquen en estas personas a los héroes que impulsen los ímpetus de la población. Sin embargo, se deben crear ciertos valores generales que hagan que estos héroes unifiquen y no dividan, que impulsen y no que confronten, que desarrollen y no que limiten. Héroes que impulsen un futuro mejor y no que traigan en cada discurso los errores del pasado. Ahora Brasil está a punto de recibir la leyenda del presidente Lula, el obrero de escasos recursos y poca educación académica que dio a Brasil la estabilidad económica y el crecimiento necesario para dar un punto de inflexión a su prosperidad. Asimismo, el gobierno, las empresas y los protagonistas chilenos que en unidad permitieron el rescate de 33 mineros que salvaron su vida y dieron el mensaje de patriotismo, de trabajo conjunto y de organización que se requieren para consolidar una región.
Los liderazgos obsoletos que por momentos dejan ver las palabras del presidente Chávez o del presidente Evo Morales, al hablar de los “yanquis”, de los homosexuales o el mismo Fidel Castro, al referirse a sus adversarios, dejan ver una heroicidad sesgada hacia un trecho de la población.
Estimados lectores, en este siglo, donde pretendemos crear una región común, gobiernos y sociedad civil debemos identificar una heroicidad común que nos una. Pero tenemos que buscarlos entre la comunidad, entre nuestros empresarios, académicos, deportistas, artistas, trabajadores, estudiantes, etc. Será en este segmento de la población donde podremos dar unidad. No es malo contar o esperar héroes, siempre y cuando éstos cuenten con valores universales que permitan motivar a la población en su conjunto.
Es cuestión de preguntar a los españoles la motivación general que ha traído levantar la copa mundial de futbol. Tal vez sea aventurado decirlo, pero seguro el trago amargo de la recesión europea se ha vivido de manera distinta en España que en Grecia. Asimismo, en México podemos discutir la forma como el presidente Calderón ha enfrentado la lucha contra el narcotráfico o las políticas públicas en materia de desarrollo social. Pero, seguramente en las celebraciones del Bicentenario, todos nos sentimos orgullosos de gritar los nombres de nuestros héroes. Nadie pondría en México, en tela de duda, las acciones heroicas de la Corregidora doña Josefa Ortiz de Domínguez, al ser descubierta la conspiración de independencia de nuestro país.
Ahora nos corresponde incentivar a aquellas personas que heroicamente fomentan nuestra unidad, a través de sus palabras, de sus acciones, de sus decisiones o de su vocación de servicio. Ver al presidente Piñeira a punto del llanto durante el rescate de los mineros, o escuchar los relatos de Germán Dehesa (escritor mexicano) en Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o recibir la fabulosa noticia de que el escritor peruano creador de “Pantaleón y las visitadoras” y “La ciudad y los perros”, Mario Vargas Llosa, recibió el Premio Nobel 2010; son momento donde los héroes se crean o se consolidan. Y estos héroes son las personas que nuestra región necesita para crear puntos de unión, de reflexión y por qué no… de acción.
• Realizó estudios de Contaduría Pública y de Posgrado en Ingeniería Económica en la Universidad La Salle de México. Es servidor público en Comisión Federal de Electricidad y es militante activo del Partido Acción Nacional, donde se ha desarrollado como capacitador nacional.