Otra de policías y ladrones
Francisco Rodríguez viernes 15, Oct 2010Índice político
Francisco Rodríguez
YA LE HE PLATICADO aquí de un personaje que, como todo bribón, resulta ser hasta simpático. Y es que no sólo burló a la DEA estadunidense. También hizo negocios con Diego Fernández de Cevallos y podría adivinarse que también lo timó.
Se trata de Rodolfo Manzano Peredo, quien protagonizara aquel episodio -ya narrado con anterioridad- de llegar a la texana Isla del Padre a comprar un yate valorado en un millón de dólares, mismo que intentó pagar en efectivo y en billetes de baja denominación. Reportado a la DEA, ésta sólo le decomisó el dinero y lo regresó a México, sin percatarse en esos momentos que el tipo fungía como subdelegado de la PGR en Reynosa, Tamaulipas. A lo más que llegaron fue a retirarle la visa.
Manzano no se quedó con las ganas de poseer un yate y se compró otro. Éste, anclado en Acapulco, tiene el nombre de “El Monstruo”, un poco más valioso que el que no pudo traerse “del otro lado”.
Con Fernández de Cevallos hizo otra operación multimillonaria. Le compró 68 hectáreas de terreno que eran parte de uno de sus ranchos en Querétaro por 3.5 millones de dólares y, claro, en una sola exhibición. Actualmente, en ese rancho, Manzano tiene invernaderos y un casco de hacienda que remodeló, invirtiendo en esto más de 5 millones de pesos que, en un principio, había solicitado en créditos a los bancos, mismos que se los negaron y los tuvo que pagar de sus “ahorritos”, fruto de su “trabajo”, claro está.
¿Cómo es posible que un ex policía judicial haya hecho esta fortuna con su simple trabajo y el sueldo que le pagaba la corporación, ya que antes de ser policía no era nadie y ni mucho menos provenía de una familia con recursos económicos?
Manzano Peredo, de acuerdo a fuentes de la SSP federal que prefieren guardar el anonimato -ya ve usted cómo es que ahí se las gastan- ha sido visto en las inmediaciones de esa dependencia a la que pretendería ingresar, quizá en aras de aportar su know-how en este interminable “sexenio de Hidalgo”. A lo mejor nada más visitando a su “cuate” de la infancia, Luis Cárdenas Palomino, pues ambos vivieron en la colonia Lindavista, al norte de la capital nacional. Hay quienes, además, han expresado en diarios queretanos que el personaje de hoy podría estar relacionado al secuestro de Fernández de Cevallos, del que se dice podría tener desenlace en estas horas.
Y de ahí mismo, de la SSP federal, es que reportan más riquezas y propiedades del ex “yaqui”, cual se denominaba a los representantes del procurador en “las plazas” de la República.
Más de media docena de vehículos de lujo… una escuela en el área de Satélite -Naucalpan, Estado de México- en la llamada Zona Azul, cuyo nombre es Grupo Cultural Educativo Avanti, S.A., un salón de fiestas pegado a esa escuela… todo lo cual, por supuesto, pagó con sus muchos “ahorros”.
En Acapulco compró, cash y en más de 8 millones de pesos, el cascarón de un edificio -a un lado del hotel Villa Vera- al cual le invirtió en remodelación y haciendo en cada piso un departamento de lujo. Ahí vive en tres de los 10 departamentos de que consta el inmueble.
Las mismas fuentes dicen tener detectadas correrías de Manzano en Cancún, donde habría hecho varios negocios con vehículos robados, y se le liga a otro individuo de nombre Guillermo Escalante. Este sujeto era operador del ex gobernador Joaquín Hendricks. Manzano “sólo posee” en este centro turístico un departamento de lujo en el fraccionamiento exclusivo Pok-ta-pok.
La lista de propiedades de Manzano es interminable. Un penthouse en el Club de Golf Lomas Country, en Interlomas (Huixquilucan, Edomex)… casa en Lindavista… edificio de oficinas en Ciudad Satélite… ¡un helicóptero!, en sociedad con la familia Mena… armas de colección… you name it.
¿De dónde tanto dinero?, preguntará usted.
Cuentan funcionarios probos -que sí los hay- de la SSP federal, que Rodolfo Manzano les robó ¡20 millones de dólares! a los “Zetas”… y que es impune porque tiene amenazados a muchos de ponerse a “cantar” y que, tras sus desentonadas estrofas, caerían muchas cabezas.
Esto es, pues, lo que se llama impunidad.
Índice Flamígero: ¿Hay en el cotarro alguien más tonto que la fallida secretaria de Turismo de la frustránea administración federal? Sí, me responden: ¡Quien le dio el nombramiento! La dama en cuestión, usted lo sabe, regateó la condición de turistas a los 20 michoacanos desaparecidos -muy presumiblemente por las propias “autoridades” federales- en Acapulco, hace un par de semanas. Para esta señora, se adquiere el status de viajante sólo cuando se visten pantalones cortos y se trae colgado al cuello una cámara fotográfica, lo cual no es sino un cliché. Valdría preguntar si, de acuerdo a sus precondiciones, los extranjeros que aquí practican el consentido “turismo sexual” ¿traen a sus familias?
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