Los secretarios particulares
Luis Muñoz viernes 15, Oct 2010Segunda vuelta
Luis Muñoz
Los secretarios particulares son políticos que, como dice Max Weber: “Quién hace política aspira al poder”: al poder como medio para la consecución de otros fines (idealistas o egoístas), o al poder por el poder para gozar del prestigio que ello conlleva.
Sin embargo, y pese a su destacado papel en la vida pública de nuestro país, durante la administración del entonces presidente Vicente Fox, éste decidió suprimir, por decreto, la figura de secretarios particulares. La razón parece: disminuir gastos.
Para hablar sobre el tema, “Diario Imagen” conversó con dos personajes que durante años han estado en esta línea: Alfonso Araujo López, como secretario particular adjunto de Emilio Gamboa Patrón, actual dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP), y Óscar Méndez Orihuela, quien también ha ejercido esta función en la secretaría y presidencia del Comité de Administración de la Cámara de Diputados. Uno y otro tienen muy claro lo que implica la secretaría particular y la trascendencia de quienes han ocupado este cargo, al punto de haber escalado las posiciones más altas y relevantes del medio político nacional.
Pero vayamos por partes. ¿Quiénes son los secretarios particulares? ¿De dónde proviene el término? Autores del libro que lleva ese título, Méndez Orihuela y Araujo López explican que la palabra proviene del latín secretarius, persona a la que se le comunica algo que no debe trascender a otra. Diversas vertientes lo señalan como el encargado de escribir la correspondencia, extender actas, dar fe de los acuerdos y custodiar los documentos de una oficina, asamblea o corporación. Es, en suma, el funcionario que maneja los asuntos más importantes y de naturaleza confidencial del jefe, sea director, diputado, senador, gobernador secretario de Estado o Presidente de la República.
No obstante ser una figura indispensable, en 2003 a iniciativa del gobierno federal, y con la aprobación de la Cámara de Diputados, se suprimieron las secretarías particulares en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2004 y subsecuentes, en cuanto a la Administración Pública Federal se refiere, quedando este puesto limitado a un campo de acción exclusivo a los mandos superiores del gobierno. Justamente, el 5 de julio de 2004, Alfonso Durazo presentó su renuncia como secretario particular del presidente Vicente Fox y vocero de la Presidencia de la República. En ese momento y como lo citaron los medios informativos, Fox se refirió a él como el “judas” de su gabinete, luego que Alfonso Durazo diera a conocer a la opinión pública su carta de renuncia, en la que expresó su desacuerdo y desilusión con el actual gobierno y las presuntas ambiciones políticas de Marta Sahagún. Después, como ya es sabido, el documento desató una crisis política, ya que el hombre más cercano al presidente Vicente Fox había dado a conocer las enormes divisiones que existían en el equipo presidencial. Pero volviendo al tema. Alfonso Araujo y Óscar Méndez explican que para el despacho de los asuntos de carácter administrativo y de gestión política, los tres poderes de la Unión (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) requieren de un conjunto de unidades y de órganos auxiliares que, en la compleja labor de la función pública, se encuentran bajo la responsabilidad del secretario particular. Un esquema que se repite en los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal.
Evidentemente la labor del secretario particular tiene un carácter institucional y proporciona al titular de la dependencia, además de lo anterior, apoyo y asistencia en materia de audiencias y peticiones.
Los asuntos estrictamente personales del encargado de la dependencia son asignados, por lo regular, a otra figura administrativa: la secretaria privada.
CARACTERÍSTICAS DEL SECRETARIO PARTICULAR. Los secretarios particulares, dicen, actúan con conocimiento, condición que los adelanta a los acontecimientos. Actúan con prudencia ante los hombres poderosos que atienden. Son adiestrados en especialidades administrativas. Deben ser atentos, serios y ordenados, conscientes de que representan la antesala del poder que ejercen con prudencia.
En términos generales, los secretarios particulares deben ser discretos y eficaces; exigentes consigo mismos; gozan de verdaderas fuentes informativas gracias a su estratégica posición. Araujo y Méndez refieren que hay secretarios particulares que se distinguen como los activos (grandes o mediocres) que obran y se comportan de acuerdo a su naturaleza y oficio. Los apáticos, que actúan con impasibilidad, desinterés y abulia. Los calculadores o inteligentes, que son tanto egoístas como previsores. Los contemplativos, aquellos que observan con mucha atención y son muy condescendientes, y los evolutivos, que cambian con frecuencia de actitud o manera de pensar.
Pero también los hay coléricos, que son aquellos que tienen un afán de dominio tan intenso que proceden siempre en forma evidente y agresiva. Los extrovertidos, que siempre encuentran dificultades al querer adaptarse en su medio. Los flemáticos, a los que nada les interesa en particular, ni les despierta un sentimiento de cierta intensidad en lo que desarrollan; son fríos y se toman su tiempo para la toma de decisiones, y los melancólicos, a quienes se considera poco aptos para las grandes posibilidades de triunfo en su función.
Hay, pues, una inmensa gama de actitudes en todos ellos, pero el secretario idóneo sería el que está consciente de lo que es y lo que representa su labor, pues es quien aplica las decisiones tomadas por el titular de una institución ante las fuerzas, internas y externas, que la conforman, influyendo de manera determinante en el logro de las metas y objetivos propuestos, con alto grado de calidad, eficiencia, productividad, rentabilidad y enorme contenido estratégico, valores supremos, sin olvidar la política y norma adecuadas.
UNA ECUACIÓN SIMPLE. Quien hoy ocupa un cargo de alta responsabilidad, ayer fue secretario particular; quien hoy es secretario particular, mañana, quizá, sea el responsable de los destinos de este país.
Algunos ejemplos: Manuel Ávila Camacho fue secretario particular de Ramón Cabrera, delegado del primer jefe del Ejército Constitucionalista, don Venustiano Carranza, en el estado de Puebla (1914). Luis Echeverría Álvarez fue secretario particular del presidente del CEN del PRI, Rodolfo Sánchez Taboada (1946). Adolfo López Mateos fue secretario particular del presidente del Partido Nacional Revolucionario (PNR) (nombre con el que se fundó el actual Partido Revolucionario Institucional (PRI), senador Carlos Riva Palacio (1933-1934), mismo cargo que ocupó con el gobernador del Estado de México, Filiberto Gómez (1929), y Adolfo Ruiz Cortines fungió como secretario particular del secretario de Industria, Comercio y Trabajo, General Jacinto E. Treviño (1920-1921). Otros casos que es interesante citar: Manuel Camacho Solís operó como secretario particular del subsecretario de Planeación Comercial de la Secom, Leopoldo Solís Manjarrez (1977); Emilio Gamboa Patrón fue secretario particular del presidente Miguel de la Madrid (1982-88); Sergio García Ramírez lo fue del presidente electo Luis Echeverría (1970); Augusto Gómez Villanueva, del gobernador de Aguascalientes Enrique Olivares Santana (1962-1964); Óscar Espinosa Villarreal, del gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo González (1986); Diódoro Carrasco Altamirano, del secretario de la Secofi, Héctor Hernández Cervantes (1984.85), y Hugo Cervantes del Río ocupó ese cargo con el secretario de Marina, Rodolfo Sánchez Taboada (1952-54). De los políticos que hoy ocupan las primeras planas de los diarios, destacan Manlio Fabio Beltrones, quien fue secretario particular del titular de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios; Ángel Aguirre Rivero, quien se desempeñó también en esa función con el gobernador de Guerrero, Javier Rojo Gómez; René Bejarano (el “señor de las ligas”), fue secretario particular del jefe de gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador; Sami David David, secretario particular del titular de Segob, Enrique Olivares Santana, entre muchos otros.
Lo que llama la atención es que, por alguna razón, parece ser un cargo preferentemente para los hombres, pues son pocas las mujeres que han ocupado esa responsabilidad, entre ellas María Guadalupe Aguirre Soria, Beatriz Barros Horcasitas, María Alicia Cueva Salgado, Margarita Diéguez Armas, Guadalupe Escobedo González, Aída González Martínez, Judith Martínez Ortega y María Luisa Pequeño García. Esta es, pues, a grades rasgos, la historia de los secretarios particulares, personajes que viven prácticamente en el anonimato, pero que han dejado impresa su huella por ser los catalizadores de conflictos en los que influye su inteligencia, cultura y preparación, siempre en busca de la solución más adecuada.
POLÍTICOS EXTRAVIADOS. El dirigente del PRI en el Estado de México, Ricardo Aguilar Castillo, dijo que los partidos que buscan candidatos externos están extraviados, pues cuando no se cumple con el fin de promover la participación política y formar ciudadanos capaces de gobernar y representar dignamente a los electores, se recurre desesperadamente a ofrecer sus siglas al primer aventurero electoral sin mayor requisito que la ambición del poder a costa de lo que sea.
Durante el informe de labores de la diputada federal Marisela Serrano Hernández, Aguilar Castillo destacó que la subasta de las ideologías le está haciendo mucho daño a la democracia en el país.
El dirigente priísta dijo respetar las decisiones de todos los partidos políticos de seleccionar al candidato que más les convenga, aunque señaló que sería un grave fracaso para un instituto político como el PAN, que teniendo más de 71 años de edad carezca de cuadros políticos dignos dentro de sus filas para enfrentar una competencia electoral.
“Buscar prospectos fuera de un partido constituye una forma de desprecio a sus militantes. Visto así, ninguno de ellos tendría incentivos para pertenecer a un partido que no reconozca una militancia o una trayectoria política solvente; sería todo un despropósito”, añadió.
Para Aguilar Castillo el PAN y el PRD no superan su aturdimiento que les provocaron los electores mexiquenses luego de haber perdido las elecciones del 2009, ya que sus argumentos de “buscar un candidato ciudadano” son tan insustanciales que ignoran un postulado constitucional notorio, como el hecho de que todos los partidos políticos sólo pueden ser integrados por ciudadanos.
bueno muy buena reseña de como los secretarios particulares pueden alcanzar las posiciones mas altas del medio politico.
yo conosco al señor alfonso araujo lopez