La realidad alcanzó a la irrealidad
¬ José Antonio López Sosa martes 3, Ene 2017Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
No aprendemos los mexicanos, o quizá es que quien no aprende es la clase política o hablar con franqueza.
¿Será que estamos acostumbrados a que nos endulcen los oídos con visiones románticas que no se cumplirán jamás?
Así es cada seis años, antes con el régimen monopartidista y ahora con este mercado de partidos, llegan a prometer que las cosas cambiarán, que la crisis cederá (porque estamos en crisis económica desde los años setenta, si no me equivoco), que no habrá corrupción, que tendremos empleo y una vida digna.
Es común que los candidatos y partidos denuesten al adversario previendo escenarios desastrosos en caso que no sean ellos los ganadores, al final la realidad alcanza a la irrealidad, en las últimas administraciones esas visiones apocalípticas se han cumplido a manos de los propios que las advirtieron de no ganar.
Ha habido voces claras en la sociedad civil y en el periodismo que han advertido de estos riesgos, poco se tomaron en serio y el resultado otra vez es que estamos frente a una crisis económica, a un aumento en los combustibles, en la energía eléctrica, frente a una devaluación sistemática del peso mexicano y con un gobierno plagado de corrupción.
También hay voces que claramente se venden al mejor postor, esas que insisten en defender al gobierno en turno y que incluso insultan a quienes protestan frente a hechos como el aumento al precio de las gasolinas, esas voces cumplen una función cerca del mercantilismo y lejos de la sensatez, de esas también hay muchas famosas y anónimas en nuestro país.
Otra vez la realidad nos alcanzó, una vez más superó a la irrealidad que se nos prometió en aquella lejana campaña política de 2012, cuando un nuevo PRI auguraba mover a México hacia el desarrollo y la prosperidad.
La solución no radica en un discurso mesiánico como el de Andrés Manuel López Obrador, tampoco en un hipócrita mensaje de Ricardo Anaya o en tuits pagados en redes sociales por Alejandra Barrales.
El sistema político se rompió, no hay en quién confiar, la estructura partidista está infestada de corrupción y saqueos, de una agenda propia y de intereses muy lejanos a los del ciudadano de a pie.
¿Cuándo aprenderemos los mexicanos?, ¿nos sucederá lo mismo el año entrante, en 2018 cuando vengan las próximas elecciones?.
El problema ha dejado de ser sólo de la clase política, es ahora también nuestra responsabilidad. Nuestra única arma es el voto hasta el día de hoy, ¿cómo lo haremos valer el año entrante?, esa es la cuestión.
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