Lo que viene en el 2017
Ramón Zurita Sahagún viernes 23, Dic 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si 2016 ha sido un año difícil en lo político y en lo económico, el que se aproxima a partir del uno de enero amenaza con serlo todavía más.
El preámbulo del 2018 se presenta complicado en muchos aspectos, por lo que los actores políticos tendrán que hacer malabares para salir airosos de la situación.
Inicia con un golpe directo a los consumidores con el alza en el precio de la gasolina, por la liberación de los precios del energético, como consecuencia de una reforma constitucional que hasta el momento no ofrece lo prometido.
Luz y gasolina han subido en forma indiscriminada, sin responder a las promesas del gobierno de que bajaría el costo del consumo con dicha reforma.
El peso sigue a la baja y, en consecuencia, el dólar y el euro al alza y a finales de enero podrían sufrir un nuevo colapso.
La fecha del 20 de enero se espera con suma cautela por parte del gobierno mexicano, ya que es la señalada para la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Hay inquietud, incertidumbre y hasta cierto temor sobre las acciones con las que inicie su gobierno Trump, principalmente por todo lo declarado durante la etapa de candidato y ver hasta dónde llega el cambio de palabras por acciones.
En lo que respecta al petróleo, 2016 no fue tan malo como un año antes, ya que se detuvo la caída de los precios internacionales y hasta se revaluaron, lo que dio un respiro a las finanzas nacionales.
La austeridad decretada y los recortes presupuestarios para 2017, pusieron a temblar a diversos sectores, lo que podría derivar en desempleo.
La renuncia anunciada para julio del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, es otra acción sensible que pudiera repercutir en el ámbito financiero, especialmente en el internacional, dependiendo el nombre del sucesor.
Pero si en el aspecto financiero, las cosas se advierten complicadas en el político lo son más todavía.
Comentamos al principio que 2017 es el preámbulo de las elecciones presidenciales de un año después, donde los partidos y aspirantes inician sus escarceos.
El segundo y tercer mes de los años serán fundamentales para la definición de candidatos a los gobiernos estatales en tres entidades del país, una más que las otras, ya que se trata del Estado de México, donde se concentra, por mucho, el mayor número de electores del país.
Será el Estado de México el que atraiga todos los reflectores electorales, al realizarse los comicios para gobernador, donde los priístas se encuentran conscientes de que perderlo significaría una derrota anticipada en el proceso presidencial del 2018.
Para los tricolores perderlo, significa quedar fuera de los tres estados con mayor concentración de población: Estado de México, Ciudad de México y Veracruz y con un cuarto, Jalisco, dominado por la oposición, aunque mantenga el gobierno estatal.
En el caso de los otros partidos, no ganarlo forma parte de su presupuesto, aunque no obtener la victoria con una alianza formada por PAN-PRD se consideraría un fracaso.
Por eso, ambos partidos continúan con el diálogo para establecer una candidatura común que les ponga en la posibilidad de ganar los comicios.
De acuerdo con sondeos, los priístas van en caballo de hacienda, aunque tendrían que mantenerse unidos y no equivocarse con el nombre del candidato, de una amplia gama de aspirantes.
Coahuila es otra de las entidades en que se renovará el gobierno estatal y tampoco las tiene todas consigo el priísmo, ya que la población se encuentra cansada del dominio de la familia Moreira.
Primero fue Humberto, hoy satanizado por su propio partido que lo elevó a las mayores alturas y luego lo dejó caer y hoy hasta analiza su expulsión, si es que antes no renuncia él mismo.
Humberto, el menor de los dos hermanos Moreira gobernadores de Coahuila, pretende seguir con su carrera política y su partido (PRI) ya le advirtió que no lo dejará pasar, aunque sea un cargo local, por lo que amenaza con lanzarse como candidato independiente o de otro de los partidos pequeños.
El Humberto Moreira victorioso que solicitó licencia al gobierno estatal en un espectacular acto, donde concurrieron la mayoría de los gobernadores de ese entonces y las principales figuras del priísmo y llegó con el apoyo masivo a la dirigencia nacional del PRI, es ahora impresentable para los dirigentes tricolores.
Su hermano Rubén va por el mismo camino, ya que el rechazo ciudadano es mayúsculo y conforme se termina su gestión, el repudio aumenta.
El panismo tiene la mira puesta en la entidad y podría terminar con la hegemonía priísta que date desde hace 88 años.
Nayarit es uno de los estados pequeños del país, donde en términos electorales no representan mucho para el priísmo, pero si un golpe demoledor si es que lo llegase a perder, porque equilibraría el número de posiciones del priísmo con los partidos opositores.
El año próximo también hay otra elección y aunque no es para gobernador podría servir a los priístas para resarcirse del duro golpe recibido el pasado cinco de junio con la pérdida del gobierno veracruzano.
Los comicios municipales, podrían servir para que el tricolor inicie la remontada con rumbo al 2018, donde los veracruzanos acudirán nuevamente a las urnas para elegir un gobernador sexenal.
Son más de 200 municipios, algunos de ellos con gran importancia económica, política y social.
Las cartas están sobre la mesa, por lo que habremos e esperar la manera en la que van destapándolas los diversos actores políticos.
FELICIDADES
Con motivo de las fiestas decembrinas, tomaremos un receso, por lo que nos reincorporaremos el 9 de enero, por lo que solamente nos queda desearles una feliz NAVIDAD y un espléndido AÑO NUEVO.