¿Feliz Navidad?
¬ Salvador Estrada jueves 22, Dic 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
Su uso la desgastó y de ser repetida millones de veces en el mundo perdió su penetración emocional y ahora, al volver a darle juego, desear feliz Navidad a todos, ya no es suficiente para tener paz interior y sentir el amor.
Cuando deseamos feliz Navidad y entregamos un regalo nos sumamos a los millones de consumidores en el mundo que repiten lo que no sienten porque no nace del corazón decirlo.
La Navidad, que es la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, ha caído en el consumismo y los compradores compulsivos se sienten realizados en las grades tiendas, donde gastan con plástico lo que luego pagarán con intereses.
Pero lo convulso de este país y del mundo no está para solamente desear, sino vivir, una feliz Navidad.
Es necesario amar y sentirse amado y reflexionar sobre nuestro comportamiento.
En las cárceles están cientos de presos, por robar para comer, que necesitan ser puestos en libertad después de permanecer detenidos, uno, dos o tres años, sin ser juzgados, para que sientan de verdad una feliz Navidad.
Cuando los legisladores se reparten su bono de ciento cincuenta mil pesos tendrán Navidad abundante en regalos, pero nunca llena de paz, sabiendo que en México tenemos 50 millones de pobres que en la Noche Buena la cena no llega a su mesa, sino sólo unas cuántas tortillas con frijoles
Los empresarios o patrones, a quienes algunos consideran “mochos” si desean la paz de la Navidad, deben de pagar salarios justos a sus trabajadores y no explotarlos con contratos leoninos como ocurre actualmente en algunas empresas a cuyos trabajadores no les dan aguinaldo, ni vacaciones, ni Seguro Social, ni Infonavit ni tampoco reparto de utilidades y cuando quieran los pueden cesar sin ninguna prestación.
Y los indigentes de la capital, que caen en los quicios de las puertas para dormir cubiertos de papeles y cartones, no tienen quién les dé la mano, para darles albergue aunque en México vive uno de los hombres más ricos del mundo pasarán la Navidad temblando de frío. Y algunos quedarán dormidos para siempre.
Para sentir la Navidad se debe perdonar al familiar, al amigo, al compañero de trabajo o de la escuela con quienes discutimos y ofendemos.
La paz nos llegará con un abrazo de perdón.
No basta que los gobernantes deseen a sus gobernados una feliz Navidad. Es necesario que la justicia social rinda sus frutos y cuenten con seguridad, empleo, salud y vivienda.
Nuestro país profesa la fe católica en su mayoría, el 80 por ciento, pero hemos perdido la fe en los partidos políticos, los políticos, las instituciones y en la iglesia y para sentir la Navidad es necesaria la reconciliación y volver a creer.
Faltan dos días para la Noche Buena y la Navidad. Aprendamos a perdonar y a no engañarnos dando un regalo a quien durante todo un año lo tratamos mal.
Navidad es amor, es perdón, es paz. Y es lo que debemos desearnos todos ¡Feliz Navidad!