Los independientes ahuyentan el voto
Jorge Luis Galicia Palacios miércoles 21, Dic 2016Como veo, doy
Jorg Palacios
- Autoritarismo e intolerancia impiden consensuar candidato único
- Transparencia de recursos y financiadores, otro dique
“Todos quieren”, “son muchos”, esa es la respuesta a la que llegan los ciudadanos cuándo se les pregunta si conocen a alguno de los personajes que se mencionan para ser candidatos a la presidencia de la república por la vía de la figura independiente, y quienes mayormente saben algo del tema se lamentan en el sentido de “ninguno de ellos está dispuesto a bajarse de sus pretensiones”, y concluyen que esto de alguna manera fortalece la existencia de los partidos políticos ya que en principio de cuentas éstos se sujetan a un sólo candidato, están más organizados y en gran medida se conocen los recursos con los que hacen proselitismo, aspectos que no están muy claros con quienes impulsan el movimiento independentista.
Ante esa percepción ciudadana, se da por anticipado que, aunque hay significativas simpatías por los llamados “candidatos ciudadanos”, el surgimiento de muchos candidatos en este rubro pulverizará el anhelo ciudadano de mayor participación en tiempos electorales.
Como recordamos, la Reforma Política-Electoral que contempla la figura de las candidaturas independientes se publicó el 10 de Febrero de 2014 en el Diario Oficial de la Federación y a partir de 2015 los partidos políticos ya no son los medios únicos para que un ciudadano se registre para contender por algún cargo de elección popular, ya que a partir de ese año cualquier ciudadano puede inscribirse como candidatos independientes.
Es cierto, la reforma política en comento abrió un nicho de oportunidad para miles de ciudadanos que se sienten olvidados o mal representados por los partidos políticos, y en ese contexto los candidatos ciudadanos siguen siendo un atractivo pero ahora la dificultad estriba en quiénes de los que se mencionan debe abanderar las aspiraciones independentistas, ese es y será el mayor problema con que se enfrenten, porque con tanto “sabiondo” se antoja difícil encontrar puntos de acuerdo y de consenso.
Y es que de entrada, además de la falta de transparencia de recursos y financiadores, lo que empieza a mostrar o hacer visible en estas candidaturas, es el verdadero rostro de los aspirantes, por un lado intolerancia y por otro autoritarismo, donde todos se asumen como únicos y qué sólo ellos son garantes de un sano ejercicio del servicio público, porque ellos no “son políticos”.
Por supuesto que es una total mentira, porque puede que todos sean muy buenos pero es un hecho que si todos insisten en aparecer en la boleta lo único que lograrán es que este tipo de postulaciones sigan siendo vistas con recelo y desconfianza entre la ciudadanía, porque a la vista de ellos serán “paleros” de los partidos políticos con el único fin de restar votos a genuinos aspirantes que sustentan su fortaleza en el apoyo ciudadano,
Por lo demás, quienes hoy levantan la mano para ser tomados en cuenta como aspirantes presidenciales bajo la bandera independentista, no deben olvidar que una vez que aparezcan sus nombres en las listas de los organismos electorales, como candidatos, en ese momento empiezan a hacer oficialmente política, son políticos y como tales van a competir, así que eso de la cantaleta de que “no soy político” es sólo un truco propagandístico.
Por el momento, han mostrado interés en el tema el periodista Pedro Ferríz de Con, y el politólogo Jorge Castañeda, pero en esa tesitura se encuentra el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera; el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez “EL Bronco”, y más recientemente anuncia su participación bajo este esquema El Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con una mujer indígena como candidata. Y así, queda claro que la lista de nombres seguirá creciendo y también las posibilidades de competencia, en esa medida, irán disminuyendo.
También es cierto que a partir de 2015, los independientes o ciudadanos hoy son una realidad en gobiernos estatales, diputados federales, presidencias municipales y congresos locales, lo cual deja ver un camino trazado y aunque el siguiente paso en esa ruta hay que romper muchos diques antes de llegar a la contienda presidencial, la posibilidad de sentar reales en esa posición se ve lejana.
VA MI RESTO.- En cuanto a candidaturas independientes o ciudadanas, hay que apuntar que en 2005 lo intentó Jorge Castañeda, para la Presidencia de la República, y aunque los tribunales le dieron la razón en su argumentos y derecho a que tenía a presentarse en la elección de 2006, su nombre no estuvo en las boletas porque las reglas del momento no consideraban esa figura.
Aunque vale la pena recordar que, aunque sin mucho éxito, la historia electoral registra que en nuestro país hubo candidaturas independientes en 1946 y 1952, con Ezequiel Padilla y Miguel Henríquez Guzmán, respectivamente, hombres de presencia política y oratoria brillante, pero el sistema de partidos acabó con sus prometedoras trayectorias, y hasta ahí porque como veo, doy.