Sálvese quien pueda
Alberto Vieyra G. miércoles 21, Dic 2016De pe a pa
Alberto Vieyra G.
El 2017 llegará con una cascada de aumentos en todo, y hasta morirse costará más.
La liberación del precio de las gasolinas desatará una imparable carestía de la vida sin que haya poder humano o divino que pueda detenerla, pues los 500 diputados federales, esos que se despacharon un bono extra de 150 mil pesos, nos crucificaron con aumentos en productos lácteos, pasaportes, actas de nacimiento y defunción, impuesto predial, agua, gas y sin faltar el tan odiado gasolinazo, que hará que todo se vaya a las nubes y nuestros bolsillos reciban puñaladas todos los días.
La liberación del precio de la gasolina a lo largo de la frontera con los EU, es decir, en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas es un fenómeno nunca visto en el que el gobierno de la República deja indefensos a los mexicanos tras haber entregado el petróleo y la rectoría del Estado a manos de trasnacionales acostumbradas a especular, como lo hacen en las bolsas de valores del mundo.
Ese es el error histórico del gobierno, de haber entregado el petróleo al imperio capitalista, que hoy pone las reglas para que los energéticos puedan subir y bajar en tiempo real, como si se tratara del dólar, las bolsas de valores del mundo y el costo del barril del petróleo. Amén del impacto que tendrá en el alza de la inflación.
Pues sí, a los llamados representantes populares de la nación les llueven mentadas de los cuatro puntos cardinales, no sólo por haberse despachado con la cuchara molera en los aguinaldos con un total de 508 mil pesos cada uno, sin pagar un solo centavo de impuestos, sino porque al comenzar la fiesta de Lupe-Reyes, la que va del día de las Lupitas al Día de Reyes, botaron a la congeladora iniciativas de ley que tendrán que esperar al próximo período ordinario de sesiones que comienzan a mediados de febrero de 2017, entre ellas, los dictámenes de reformas a las leyes de trata y tortura, así como el que incluye la ley reglamentaria del artículo 29 de la Constitución, que busca otorgar al Presidente de la República la atribución de solicitar al Congreso, el estado de excepción.
No hay que perder de vista este último punto, pues con información privilegiada puedo adelantarle que el Ejército y la Armada regresarán a sus cuarteles después del desgaste terrible que han sufrido haciendo labores de policía, que no se consagran en la Constitución y por mero capricho de los presidentes.
Pero en la nueva ley de seguridad nacional y con reformas al 29 de la Constitución se busca dar atribuciones al jefe de las instituciones nacionales para que declare el estado de excepción en casos donde se detecten células guerrilleras o cualquier posible acto subversivo contra el Estado mexicano. En esos casos, el Ejército será empleado y se declarará el estado de excepción, es decir, la cancelación de garantías individuales y, por supuesto, la pérdida de libertades.
En casos de esa naturaleza, nadie podrá salir a la calle después de las 9 o 10 de la noche, y el que lo haga, seguramente, no vivirá para contarlo.
En fin, el 2017 será un año de no me olvides y sálvese quien pueda.