Chinches politicastros
Alberto Vieyra G. viernes 16, Dic 2016De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Sabía usted que los 500 diputados federales, 128 senadores y los mil 129 diputados locales no pagan impuestos e incluso los titulares de Hacienda y el SAT lo pregonan a los cuatro vientos?
El llamado cómico de la política de México, el ya fallecido don Jesús Martínez Palillo, traía en el bolsillo del pantalón hasta 11 amparos para evitar acciones de la justicia puesto que a los politicastros de México no los bajaba de méndigos pulpos chupeteadores, o chinches politicastros, como les llamo yo.
Siempre es lo mismo, siempre nos chupan la sangre, igual que las chinches. Mantenerlas es infernal.
Ha concluido el actual periodo de sesiones en el Congreso de la Unión y tanto diputados como senadores se embolsaron, por no hacer nada, 508 mil pesos de aguinaldo cada uno y sin haber pagado un solo centavo de impuestos, y son los que hacen las leyes en México, que absurdamente se aplican al débil porque débil nació, y llueve truene o relampaguee debe pagar impuestos, como usted y como yo, que tenemos salarios miserables, y que para ellos son salarios aceptables.
¿Viviría “aceptablemente” esa maldita clase política con salarios mínimos?
¿Se da usted cuenta que hay niveles en México? Esa es la desgracia de nuestro país. Hay mexicanos de primera, segunda, tercera, cuarta, quinta…
Si Pitágoras no miente, senadores y diputados federales se fueron esta Navidad cargados pa’ el norte y también pa’ el sur, nomás de aguinaldo, con más de 319 millones de pesos. Sí, 254 millones de pesos repartidos entre las 500 chinches diputaciones y 65 millones entre los 128 chinches senadores, sin contar los aguinaldos de las chinches chupeteadoras de los congresos estatales, así como de los gobernadores del país.
Por ejemplo, los diputados, además de sus groseros sueldos de más de 200 mil pesos mensuales, tienen cuatro boletos de avión; camionetas de lujo del año, de más de un millón de pesos; seguros de vida y gastos médicos millonarios para ellos y sus familias y hasta para el segundo frente.
Esas chinches diputados no pagan nada en peluquería, restaurantes, cantinas, hoteles, tarjeta llave de casetas, tiendas departamentales, para que anden bien ajuareados en sus garritas y tengan para regalar corbatas o perfumes de hasta 20 mil pesos; vamos, hasta las boleadas, chocolates, chicles, hamburguesas y cafés les salen gratis, porque todo lo facturan a nombre de la Cámara Baja, para que lo pague el pobre pueblo de México.
¡Hermosa democracia electoral que impera en territorio azteca!
Desde hace mes y medio, un director de Relaciones Públicas de la Cámara de Diputados, Victor Manuel Noguez Arana, viaja por toda Europa y alrededores con su familia y agregados culturales en un momento en que se vive austeridad plena en el país.
Esa negrera austeridad la hizo sentir hipócritamente en la posada navideña, el inepto vocero de la Cámara Baja, Oscar Argüelles Dorantes, donde con una pinchurrienta cena, a la que sólo asistió el diputado panista Edmundo Javier Bolaños Aguilar, a quien se le queman las habas por ser gobernador de Morelos, agasajó a algunos seudoperiodistas, puesto que los más importantes le hicieron el feo.
Esa es la Cámara de Diputados, la casa del pueblo, donde se hacen las leyes, pero como dirían allá en mis terruños: “Hágase la voluntad en las leyes de mi compadre”, perdón, “en los bueyes de mi compadre”.