La candidata
Ramón Zurita Sahagún miércoles 14, Dic 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El lanzamiento de su Fundación Dignificación de la Política A.C. ha permitido a Margarita Zavala Gómez del Campo usarle de proyección para una eventual candidatura a la Presidencia de la República.
El reforzamiento de la misma con su propuesta política “Yo con México”, le da los argumentos necesarios para desplazarse por el país en busca de la anhelada postulación.
Margarita sigue la tónica de otras mujeres, que como esposas de gobernantes creen contar con las armas necesarias para ocupar ese mismo espacio, ya como gobernantes ellas mismas.
La mayoría de ellas consideran que deben disfrutar de ese privilegio, como parte de una herencia, ya que en general carecen de cargos públicos o políticos o trayectorias propias.
Es cierto que la excepción hace la regla, como lo es en algunos casos de diputadas y senadoras que se alternan las plazas con sus esposos, como un pago de cuota de sus respectivos partidos políticos.
Sin embargo, hasta ahora, todas las mujeres que han aspirado a un cargo de gobernantes han basado sus expectativas en los logros conseguidos por sus esposos.
Margarita es una más de quienes aspiran a lograrlo, aunque nadie lo ha conseguido.
Varias de ellas lo han intentado, algunas llegaron a la candidatura y otras se quedaron en el camino, sin que ninguna de las que fueron nominadas hubiese ganado en las urnas.
Las aspiraciones de estas primeras damas iniciaron con el casamiento de Marta Sahagún Jiménez con el entonces Presidente de la República, Vicente Fox Quesada.
Marta, militante del PAN, había sido candidata del partido blanquiazul a la alcaldía de Celaya, siendo derrotada en las urnas.
En su currículum se encontraba como máximo cargo el haber sido coordinadora de Comunicación Social del gobierno de Guanajuato y el mismo cargo en Presidencia de la República.
Desde ahí forjó sus aspiraciones, mismas que no se consolidaron, ya que ni siquiera entró en la competencia por la candidatura presidencial de Acción Nacional, aunque durante varios años mantuvo su interés en participar.
María del Carmen Ramírez, esposa del entonces gobernador de Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, se empecinó en ser la sucesora en el cargo de su esposo.
Desde que Sánchez Anaya ganó la gubernatura, su esposa vio la oportunidad de convertirse ella misma en candidata, por lo que se convirtió, primero en candidata al Senado de la República por parte del PRD y aunque perdió la elección, alcanzó la senaduría de primera minoría.
Convertida en senadora, María del Carmen buscó y consiguió la posibilidad de ser candidata de los partidos de izquierda al gobierno estatal, aunque en la realidad no fue competitiva, y se ubicó hasta el tercer lugar de las preferencias de los electores.
Ganó el ex priísta Héctor Ortiz, quien al no ser candidato, hizo lo mismo que seis años antes había realizado Sánchez Anaya, renunciar al PRI y ser candidato de otro partido. Sánchez Anaya lo había hecho por el PRD y Ortiz por el PAN.
El priísta Mariano González Zarur, quien había derrotado en la elección para senador a María del Carmen quedó en segundo lugar, mientras ella fue relegada hasta el tercer sitio.
Después de eso, María del Carmen se perdió en el espacio político y su nombre ha quedado casi en el olvido.
Martha Elena García Gómez, esposa de Antonio Echevarría Domínguez, gobernador de Nayarit, aspiró a sucederlo.
Intentó ser la candidata de una alianza similar a la que postuló a su esposo al gobierno estatal, aunque solamente el Partido Convergencia respondió a esa convocatoria, por lo que se frustró su nominación inmediata para suceder al esposo.
Martha Elena tuvo que esperar seis años para entonces si competir como candidata de una alianza conformada por PAN y PRD, aunque perdió ante el priísta Roberto Sandoval.
Desde que incursionó en la política, ya consiguió ser diputada federal y hoy lo es senadora de primera minoría.
Margarita Zavala es la cuarta esposa de un gobernante que aspira al cargo que tuvo su esposo, aunque en este caso se trata de la Presidencia de la República.
Todavía no es candidata ni mucho menos ha ganado la elección, por lo que no se puede saber si ella romperá el maleficio de quienes aspiran como parte de una herencia al cargo que antes tuvo su esposo.
Margarita, como las otras ex primeras damas, carece de una carrera política propia, aunque se trata de engrandecer que fue diputada local y federal por el partido que ahora espera la abandere a la Presidencia de la República, aunque en los dos casos sus diputaciones fueron por la vía de la representación proporcional.
La agresión de Ana Gabriela
La senadora Ana Gabriela Guevara fue agredida y golpeada salvajemente por cuatro sujetos varones, cuya acción merece ser penalizada.
No es por el hecho de ser senadora, sino porque es una más de las tantas expresiones de violencia que se viven en el país, donde no hay respeto para las mujeres, con todo y las campañas que realiza el gobierno federal para frenar la violencia hacia las mujeres que en muchos de los casos terminan en feminicidios.
La ex atleta es una mujer de lucha con una carrera deportiva que dio realce al país y que desde el Senado de la República ha mostrado un comportamiento sin grandes estridencias.
Ella misma lo señala, no traigo escolta, manejo mi propio vehículo y no provoco escándalos, por lo que la agresión sufrida debe ser un ejemplo de lo que ya no puede seguir pasando en México.