Maldito muro
Freddy Sánchez martes 13, Dic 2016Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Los gringos no quitan el dedo del renglón.
El muro va y, además, lo tendrá que pagar México.
Nos guste o no nos guste.
Porque los futuros encargados del gobierno yanqui no quieren echarse para atrás en sus planes de reprimir la inmigración a costa de lo que sea, pero no a su costo.
Tal cosa dejó en claro, en días pasados, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Mike Pence.
Afirmó categóricamente que no sólo la promesa del señor Trump sobre la construcción de un muro fronterizo se cumplirá.
También dijo que hay varias formas de obligar a los mexicanos para pagar por dicho muro.
Así que los “caprichitos” del magnate convertido en Presidente de la Unión Americana, (salvo que de nuestro lado surja una chispa de ingenio para evitarlo), implicarán una doble afrenta contra nuestro país.
Por una parte, tener que soportar el agravio de un manifiesto desprecio contra muchos de nuestros compatriotas al ver alzarse en “nuestras narices” con frío despotismo el muro de marras.
Y por otra parte, todavía tener que pagar para que se nos señale de indeseables.
Dos afrentas inamistosas, desconsideradas y prepotentes contra México, por decir lo menos.
Porque se trataría, sin lugar a dudas, de un acto por demás deplorable.
Pero lo sería más, que el gobierno mexicano no hiciera nada para impedirlo.
Que tibiamente y sin orgullo patrio, prácticamente “agachara la cabeza” ante lo que sería una descarada pisoteada contra la bandera nacional.
Y es que tener que pagar por el muro podría ser el equivalente a darle las gracias a un violador por el ultraje de nuestra madre.
Algo simple y llanamente indignante e inaceptable.
Urge por ello una reacción institucional en defensa de los intereses nacionales.
Hay que decirlo sin tapujos: manifestarse y actuar en contra de los planes gringos para evitar un golpe a la economía de los connacionales al tener que pagar el muro, dista mucho de ser un mero nacionalismo trasnochado.
Se trata de una cuestión de dignidad nacional.
Que Trump construya entonces su mentado muro, (lo que obviamente no podemos impedir), pero que lo haga en su territorio y no en el nuestro, con dinero de los contribuyentes de su país y no del nuestro.
De tal suerte que si en los Estados Unidos, el futuro gobierno que pronto entrará en funciones, afirma tener a la mano varias formas de hacer que el muro lo pague México, justo es que nuestros políticos y gobernantes cierren filas y echen a volar su ingenio, (esta vez en favor de México y no sólo de sus intereses personales), para buscar varias formas de impedirlo.
Alguna manera sutil e inteligente se encontrará, a efecto de que sean los norteamericanos y no nuestra nación la que pague la construcción del maldito muro.