Golpes bajos a las fuerzas armadas y sus mandos
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 12, Dic 2016Como veo, doy
Jorg Palacios
- Senadores plantean periodo extraordinario en busca de marco legal que regule actuación del Ejército en las calles
Los militares son patriotas, aman a México y en cuestión de lealtad hay sobradas pruebas de que son de una sola pieza, sin embargo intereses de índole político pretenden cuestionar el papel de las fuerzas armadas, desacreditarlas, vulnerarlas y tal vez derrotarlas.
Bastó una insinuación del general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, en el sentido de replantear las funciones del Ejército y solicitar un marco legal que dé certeza jurídica en sus funciones de seguridad pública, para que las voces de siempre, las que se identifican con grupos anti sistémicos, salieran al paso a cuestionar el trabajo de las fuerzas armadas de México y hasta las acusan de violadoras de los derechos humanos, pero no dicen nada de los elementos de la milicia que han caído en su lucha contra poderosos grupos de la delincuencia organizada.
Para los caídos ni un sólo reconocimiento, ni una mención, porque en el egoísmo político de sus detractores ese es su trabajo y sus derechos humanos no cuentan.
Ante una hipotética petición de la ciudadanía en el sentido de que las fuerzas armadas fueran retiradas de las calles para que el Ejército regrese a los cuarteles a realizar las funciones que le corresponden, el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, señaló que él sería el primero en levantar “no una, sino las dos manos” y añadió que “nosotros no pedimos estar aquí, no nos sentimos a gusto, no estudiamos para perseguir delincuentes, nuestra función es otra y se está desnaturalizando”, lo anterior después de exponer en conferencia de prensa que los niveles de violencia y de inseguridad en el país no son asuntos “que se puedan resolver a balazos”.
Es cierto, puede que exista una dicotomía entre los términos en materia de seguridad nacional y seguridad pública, pero también es una incógnita lo que hubiera pasado si hace diez años las fuerzas armadas no fueran desplegadas en nuestras calles para apoyar en labores propias de las policías, tal vez los escenarios de violencia y delitos del fuero común hoy estarían fuera de toda proporción y muy por encima de los ya de por sí altos índices de inseguridad que existen en el territorio nacional.
Puede que la acción de tener en las calles a las fuerzas armadas no correspondan a las funciones para las cual fueron creadas, como es salvaguardar y garantizar la paz y soberanía de un país en tiempos de conflictos y amenazas velican provenientes del exterior, pero en esa definición no vemos que se contraponga el criterio de que Ejército y Marina pueda ser elemento principal o coadyuvante en las tareas de seguridad pública, porque al fin y al cabo eso también determina la seguridad nacional de un país.
En ese contexto, es válido el debate que entre la opinión pública se está dando para que el poder legislativo actué al respecto, donde Ejército y Marina han sido los primeros en solicitar que se les dé un marco legal para cumplir, con mayor transparencia y respeto a los derechos humanos, la orden de combatir delitos del fuero común.
Pero no es aceptable que la observación que se hace desde lo más alto de los grados militares sea un motivo para el golpe bajo contra los cuerpos militares y sus mandos, como es el caso de la declaración oportunista del ex candidato al gobierno de Colima por el partido político Morena, Francisco Gallardo, quien dijo que al referirse a las palabras de Cienfuegos Zepeda, lo que en realidad pretende el secretario de la Defensa Nacional es que se apruebe una “ley de impunidad para encubrir y justificar las violaciones del Ejército” al realizar tareas de seguridad pública.
En el mismo sentido, otra conocida voz entre los seguidores y partidarios de Morena, el padre Alejandro Solalinde, señaló que “estamos ante un problema muy grave que puede institucionalizarse, en el fondo lo que tenemos con el Ejército es una modificación estructural que puede convertirse en un poder ya no fáctico de estar usurpando funciones temporales policiacas, sino ya legales y esto puede llevar a una mayor impunidad porque hemos visto que el Ejército y las fuerzas armadas en general han estado involucradas en torturas y violaciones sistemáticas a derechos humanos”.
Es cierto, nadie debe cerrar los ojos ante graves acusaciones en los que algunos elementos de la milicia se han visto inmiscuidos, pero tampoco esos granitos en el arroz deben ser motivo para generalizar las faltas, en todo caso para eso existen los tribunales militares y se les debe castigar por ellas, pero de ahí a pretender atacar con pretensiones políticas a quienes mayoritariamente hacen gala del honor y lealtad a todo un país, pues no es válido, ahora que si insisten es esos posicionamientos lo más seguro es que para ellos habrán trompetillas, y hasta ahí porque como veo, doy.
VA MI RESTO.- El coordinador del PRI en el Senado, Emilio Gamboa, anunció que propondrá a las demás bancadas un periodo extraordinario para sacar adelante el marco legal que regule la actuación de las fuerzas armadas en las calles, luego del reclamo del secretario de la Defensa Nacional que declaró que el Ejército quiere regresar a sus cuarteles.
En ese mismo sentido, el presidente del Senado, Pablo Escudero, así como los coordinadores del PAN y del PRD, Fernando Herrera y Miguel Barbosa, respectivamente, manifestaron su disposición a construir un acuerdo para convocar a periodo extraordinario y discutir el marco legal que dé certeza a los operativos de las fuerzas armadas en las calles.