Luis Enrique Miranda y diputados
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 28, Nov 2016Como veo, doy
Jorg Palacios
- Ser “lengua fácil” jala reflectores en la Cámara de Diputados
- Programas de Sedesol, a segundo término
Quienes lo conocen o han permanecido cerca de él en el ámbito público o privado en los últimos años, dicen que el actual secretario de Desarrollo Social del gobierno federal, Luis Enrique Miranda Nava, no se caracteriza precisamente por el uso de un lenguaje de buenos modales, más bien lo suyo, lo suyo, son las palabras altisonantes, las que refieren prepotencia y de alguna manera altanería.
Esa singular forma de hablar, impropia para un servidor público, le han generado más de un problema al señor Miranda Nava, quien esta semana otra vez dio mucho de qué hablar en la Cámara de Diputados luego de que (en los términos y reglamentos del Poder Legislativo) acudió a comparecer ante integrantes de las comisiones unidas de Desarrollo Social y Fomento Cooperativo y Economía Social, que presiden Javier Guerrero García (PRI) y Norma Xóchitl Hernández Colín (Morena), respectivamente.
Durante la primera de tres rondas de preguntas, la diputada de Morena, Araceli Damián, criticó al funcionario, principalmente por su falta de conocimiento en las cifras relacionadas a la pobreza pero también por sus constantes viajes proselitistas en el Estado de México y por utilizar la Sedesol como agencia de viajes gratuita.
En respuesta, Miranda tildó de loca a la legisladora, a quién le dijo: “Sí, me falta estudiar. Desgraciadamente no estudié siquiatría para entenderla a usted, pero eso es otra cosa”.
La respuesta, sin duda, por demás ofensiva, fue un exabrupto más de los que caracterizan al personaje, una equivocación que de inmediato fue atajada por el funcionario al externar sus disculpas a quienes con su expresión ofendió.
Era demasiado tarde, el daño estaba hecho y, provocación o no, Luis Miranda perdió con su expresión la oportunidad de que el tema de desarrollo social trascendiera a los medios y en su lugar encontró un escándalo al grado de que por ese motivo ya haya quien esté solicitando su remoción en el cargo.
Los siete programas prioritarios de la Sedesol que operan en el país son: Pensión para Adultos Mayores; Atención a Jornaleros Agrícolas; Estancias Infantiles; Diconsa; Liconsa; Comedores Comunitarios y Prospera, pero eso poco importó a algunos legisladores, a ellos lo que verdaderamente les gusta es el escándalo, en lugar de tomar la tribuna del palacio legislativo de San Lázaro para continuar con un debate sobre los resultados expuestos, uno y otro respondieron igual al funcionario, con “lengua fácil”.
Hubo un exceso, una falta de respeto, de eso no hay duda, el problema es que más de una vez esos legisladores que hoy se rasgan las vestiduras ante el exabrupto del titular de la Sedesol son los mismos que desde la máxima tribuna del país lanzan mentadas sin ton ni son a sus mismos pares, a legisladores y funcionarios, sólo que éstos lo hacen malentendiendo la libertad de expresión y amparados en el llamado fuero legislativo que impide reconvenir a los legisladores por sus ideas y expresiones, y en esa falsa interpretación no se dan cuenta que en el poder Ejecutivo también existe el fuero.
Casos de legisladores, de los llamados “lengua fácil”, hay muchos y por citar un sólo ejemplo, porque dicen que para muestra basta un botón, ahí en San Lázaro hay un legislador que sus pares ya lo ubican como el “provocador”, “kamikaze legislativo”, “el de las ocurrencias” o “incitador”, y con esas características descriptivas muy pocos de ellos salen bien librados cuando por coyuntura u orden parlamentario se enfrentan en debate.
Nos referimos a Mario Ariel Juárez Rodríguez, representante del GPP de Morena.
Mario Juárez ha dejado constancia en más de una ocasión lo difícil que le representa ser legislador, ya que con su actuación e improperios es más fácil que de él se diga “que está loco” o bien, al puro estilo de una conocida canción popular, refieran que “no entiende razones andando en la borrachera”.
Sus pares en la cámara no olvidan lo legua fácil que es Mario Juárez, quien en plena discusión y posicionamientos partidistas en la aprobación del dictamen de la Ley de Transparencia, en abril pasado, les recordó a su mamacita por el simple hecho de que la mayoría se pronunció a favor del nuevo ordenamiento jurídico, por lo que de inmediato los adversarios y aludidos diputados pidieron una retractación de sus palabras al legislador y a la mesa directiva se le solicitó retirar el exabrupto del Diario de los Debates por considerarlo un insulto mayor a la mayoría de los legisladores presentes en ese recinto.
En esa ocasión Juárez defendió su derecho de libertad de expresión, no sólo no se retractó de sus altisonantes palabras sino que no autorizó el retiro de las mismas en el Diario de los Debates. Ese es el nivel de comportamiento de algunos legisladores como Juárez Rodríguez, los mismos que ante un exabrupto del titular de la Sedesol han pegado el grito en el cielo dizque porque fueron agraviados.
Lo dicho, de los programas en materia de desarrollo social nadie se acuerda, y de ello se han encargado Luis Miranda y los diputados que piden su cabeza. Qué pena.