Se llevan pesado
Ramón Zurita Sahagún viernes 25, Nov 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Hace unos días, la presidenta nacional del PRD, Alejandra Barrales Magdaleno, reconoció que en su partido se llevan pesado.
De esa forma respondía a la petición que hicieron algunos gobernadores militantes de su partido para la elección de una nueva dirigencia nacional, aunque el período de ella termina a mediados del año próximo.
Los políticos siempre se han llevado así, sin respeto, irrumpen, acusan, señalan, denuncian, la mayor de las veces sin argumento.
Siempre ha sido, los candidatos se agreden, se insultan en los períodos de campaña y nadie sale lastimado, ya que al final, todo transcurre, sin recuerdos de nada.
De todos lados surgen palabras altisonantes en contra de los políticos, en las marchas, mítines y plantones, los quejosos lanzan improperios contra las autoridades, como una muestra de rechazo a su accionar.
Como siempre en estas historias hay quienes se llevan de esa forma, pero no se aguantan cuando encuentran quien les responda de la misma manera.
En el Congreso de la Unión, diputados y senadores se comportan como si estuviesen en una sala de diversión o un palenque, se agreden, se insultan, se amenazan, se distraen y hasta discuten los temas de política y las iniciativas que se presentan.
Dueños y señores de su espacio, los diputados y senadores se comportan como se les da la gana con sus invitados o comparecientes. Unas veces los dejan entrar y los tratan cordialmente, pero en otras destilan coraje en contra de esos personajes.
Ellos tratan como se les da la gana a los representantes de otros poderes que transitan por sus espacios, sin respeto, con insultos, pero se sienten ofendidos cuando encuentran alguien que les responda de la misma manera.
Uno de los personajes más vejados en la Cámara de Diputados fue el entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, a quien hasta billetes le aventaron a la cara algunos legisladores de la izquierda.
Otros más, principalmente los priístas, lanzan insultos en contra del orador en turno, cuando no les interesa el tema o sienten que no va de acuerdo con su sentir.
Todos entran en el juego de las rechiflas, los abucheos y las descalificaciones.
Por eso sorprende el que ellos mismos se rasguen las vestiduras ante el comportamiento grosero de un político ajeno a su entorno.
El secretario de Desarrollo Social, Luis Enrique Miranda Nava, es un político rústico, de mal carácter y hasta desconocedor de los temas que se encuentran a su cargo, aunque, tal vez, por el poco tiempo que lleva como titular de esa dependencia.
Sin embargo, su mayor defecto es el de ser amigo personal del Presidente Enrique Peña Nieto, por lo que se le cuestiona el ocupar ese cargo, motivado por la cercanía y el afecto del Ejecutivo.
Miranda Nava acudió a comparecer ante comisiones de Diputados y se extralimitó.
La diputada Araceli Damián de Morena puso en duda su conocimiento y capacidad para ser el titular de la Secretaría de Desarrollo Social y su respuesta fue tajante no soy psiquiatra, para entenderle.
Esa respuesta causó indignación, furia y coraje entre sus compañeros diputados del Movimiento de Regeneración Nacional y en la propia diputada la que abandonó el salón donde comparecía el secretario de Sedesol.
Con todo y que Miranda Nava se disculpó con la diputada por una de las redes sociales, nadie quedó satisfecho y ahora hasta su renuncia se pide.
Es cierto que Miranda Nava se extralimitó, pero peores cosas han hecho o dicho muchos políticos.
En este caso se trata de una dama y además diputada. Pero hace algunos años (10) el ahora presidente de su partido, Andrés Manuel López Obrador, lanzó un cállate chachalaca en contra del entonces Presidente Vicente Fox Quesada, lo que da muestra del poco respeto a la investidura presidencial. Otros políticos se acusan de rateros, extorsionadores, prestanombres y hasta pederastas.
La realidad es que no existen reglas para el trato de unos hacia los otros y aunque existiesen, ninguno las acataría. Pero en el caso de los diputados y los secretarios del gabinete ni siquiera pertenecen al mismo poder, uno es legislativo y el otro ejecutivo y forman parte de los tres Poderes de la Unión.
Y aunque los diputados piden la remoción de Miranda Nava, lo que si debe darse es una amonestación, reconvención y llamado de atención por parte de quien lo designó para que le baje un par de rayitas.
Alberto Silva en la mira
Los ex secretarios de Desarrollo Social de Veracruz, Alberto Silva Ramos y Jorge Carvallo Delfín, son, aparentemente, el objetivo de las autoridades para clarificar la operación de recursos con empresas fantasmas.
Por eso el actual titular de dicha dependencia en Veracruz, Alfredo Ferrari Saavedra, se negó a responder a los diputados locales sobre el tema.
El funcionario estableció que esa investigación se encuentra en curso.
Tanto Silva Ramos como Carvallo Delfín fueron de los personajes más cercanos al gobernador prófugo Javier Duarte de Ochoa, quien los placeó por distintos cargos, para ver si alguno de ellos alcanzaba el nivel necesario para competir por la candidatura al gobierno estatal.
En el caso de Silva Ramos, conocido como “El Cisne”, fue alcalde de Tuxpan, secretario de Desarrollo Social, presidente estatal del PRI, dos veces coordinador de Comunicación Social y hasta diputado federal y hoy es presunto operador de las empresas fantasmas, con las que supuestamente trabajó tanto en la Secretaría como en Comunicación Social, donde enfrenta diversos señalamientos.