Como en el antiguo Oeste
¬ Augusto Corro jueves 24, Nov 2016Punto por punto
Augusto Corro
Tuvieron que pasar alrededor de doce años para que las autoridades federales decidieran capturar al ex gobernador priísta de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, acusado de delitos relacionados con la delincuencia organizada.
Como en el antiguo Oeste, la Procuraduría General de la República ofrece una recompensa de 15 millones de pesos para aquella persona o personas que informen sobre el paradero del ex mandatario.
A Yarrington Ruvalcaba se le busca por sus vínculos con el Cártel de Golfo, que, según testigos, entregaba dinero al ahora prófugo de la justicia, para que lo dejara trabajar sin problemas en Tamaulipas.
El problema del narcotráfico en Tamaulipas hizo de esta entidad uno de los estados más violentos de México, pues luchan por la plaza el Cártel del Golfo y Los Zetas en una guerra cruenta que parece interminable.
Ya desde el 2012 se giró una orden de aprehensión contra el ex mandatario por sus presuntos nexos con el narcotráfico. En Estados Unidos el FBI inició una investigación por los delitos de crimen organizado y lavado de dinero, por supuestos sobornos del Cártel del Golfo.
Hace cuatro años, las autoridades federales a Yarrington Ruvalcaba y sus prestanombres les decomisaron cuentas bancarias, casas, ranchos, animales, alhajas, muebles y la isla Frontón, en las costas de Veracruz.
El prófugo, según su biografía, tuvo una carrera ascendente en la política. Fue un “valor juvenil” campeón de oratoria y llegó a soñar en ser presidente de México. Hoy es un presunto delincuente a salto de mata.
SAQUEO
Javier Durte de Ochoa, gobernador con licencia de Veracruz, también es buscado por la policía y también hay una recompensa de 15 millones de pesos para quien informe de su paradero.
Mientras lo encuentran sus perseguidores, en Xalapa sus ex trabajadores domésticos reclaman el pago pendiente de cuatro quincenas, aguinaldo y liquidación laboral.
Cocineros, choferes, jardineros, telefonistas, empleados de mantenimiento y hasta quienes alimentaban a los seis perros de Duarte de Ochoa se manifestaron en Casa Veracruz, donde vivió el ex funcionario más de tres años.
La protesta de 30 trabajadores se efectuó frente a la citada casa de gobierno. Llevaban pancartas y cartulinas en las que denunciaban los rezagos en sus pagos.
La situación es crítica en Veracruz, porque el gobernador con licencia no dejó un centavo en las arcas públicas. ¿De dónde saldrá el dinero para pagar tantas deudas? Vaya tarea que tiene el nuevo gobernador Miguel Angel Yunes Linares, quien asumirá el poder el 1 de diciembre próximo.
Mientras, el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales, dijo que los federales están a punto de atrapar al veracruzano, quien logró escapar del operativo que se montó en Chiapas para su captura.
“En breve habrá resultados, no puedo decir un día en específico”, declaró Renato Sales.
El comisionado tendrá que acelerar el paso para cerrar este capítulo del perseguido número uno de México, porque aún faltan varios gobernadores que deben rendir cuentas ante la justicia.
AUTORIDADES
REBASADAS
La delincuencia rebasó al gobierno priísta de Héctor Astudillo, dijo Ángel Ávila, presidente del Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Tras la ola de violencia en aquella entidad que en los últimos días dejó 30 muertos, 9 de estos decapitados, la población guerrerense vive aterrorizada.
El perredista informó que durante la gestión de Astudillo van más de 2 mil 100 muertos; una ejecución cada 6 horas.
Tras la ola de secuestros, el gobernador identificó a Raybel Jacobo Almonte (a) “El Tequilero”, como el líder de la banda de secuestradores de trabajadores mineros.
El mencionado delincuente y sus cómplices también prestan servicios a las empresas mineras, pues les rentan maquinaria.
Desde junio pasado, el gobernador Astudillo declaró que la narcoviolencia es el principal problema de Guerrero.
Ya pasaron varios meses y la situación empeora en el estado. Ante la ineptitud del mandatario y la magnitud del problema a los guerrerenses se les olvidó qué es la seguridad.
En San Jerónimo el Grande, municipio de Ajuchitán del Progreso, Guerrero, los pobladores iniciaron un movimiento de autodefensa armada para luchar contra los delincuentes encabezados por “El Tequilero”.
Los habitantes de dicho lugar señalaron que ya están cansados de tanta violencia generada por ese grupo criminal. El viernes de la semana pasada, un grupo de hombres embozados entró al pueblo y secuestró a 12 o 14 personas.
En fin, el gobernador Astudillo tiene a Guerrero sumido en el terror.