Toques eléctricos
¬ Augusto Corro lunes 11, Oct 2010Punto x Punto
Augusto Corro
El pésimo manejo político que se dio a la extinción y liquidación de la empresa Luz y Fuerza del Centro (LFC) mantiene vivo al aguerrido Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), al cumplirse un año de la ofensiva del gobierno federal panista.
El pretexto para echar a la calle a 44 mil trabajadores fue lo de menos. Se usaron todos los argumentos posibles para cerrar la empresa que abastecía y mantenía el servicio eléctrico en el Valle de México y alrededores.
De esa cantidad de electricistas del SME más de 16 mil pidieron su liquidación; el resto ya tiene empleo y aceptó las condiciones planteadas por las autoridades para dejar el empleo.
Las argucias del gobierno panista para cerrar LFC fueron múltiples y absurdas y ninguna convincente. Los propios trabajadores califican la acción como un golpe de estado contra los intereses del sindicato más antiguo y luchador de México.
Al quedarse sin empleo, los miembros del SME, al mando de su dirigente Martín Esparza, libran una lucha incansable contra las autoridades laborales, encabezadas por Javier Lozano Alarcón, que se montaron en su macho y no quieren rectificar sus decisiones arbitrarias, injustas e improcedentes.
Afortunadamente, el comportamiento de los electricistas es pacífico y ejemplar y de esta manera continuarán sus manifestaciones para alcanzar la justicia que los beneficie a ellos y a sus familiares, que suman miles.
Hoy, los militantes del mencionado sindicato volverán a las calles a manifestarse, a continuar con sus protestas, y por la tarde se efectuará una concentración en el Zócalo. Cuando estalló el conflicto entre el gobierno panista federal y el SME vaticinamos que el problema crecería y si no se encontraba una solución inmediata a los intereses de los involucrados, los daños derivados serían irreparables.
Por el momento, la capital y sus alrededores reciben un uso irregular del servicio eléctrico. Nos encontramos en el cuento de nunca acabar, con la historia que usted conoce ampliamente.
SIEMPRE SÍ
En el Estado de México los perredistas chuchos acordaron aliarse con los panistas para ir juntos a la aventura de elegir a un candidato que los represente a ambos.
Es un hecho, pues la alianza del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido Acción Nacional (PAN). Asunto consumado, aunque esa determinación política provocará conflictos en la denominada izquierda, o lo que queda de ella.
Según encuestas, la mayoría de los perredistas mexiquenses rechazan las alianzas con los blanquiazules. Esto podría dividir aún más al sol azteca en aquella entidad en la que Andrés Manuel López Obrador realiza su campaña.
El propio tabasqueño no acepta la alianza entre su partido y el PAN por el controvertido triunfo de éste en las elecciones presidenciales pasadas.
AMLO advirtió que de aprobarse esa alianza, el pediría licencia al PRD para ausentarse una temporada e ir con los perredistas-lopezobradoristas, Convergencia y PT con candidato propio en busca de la gubernatura.
El propio Jesús Ortega, líder del PRD, y el jefe del gobierno capitalino Marcelo Ebrard, simpatizan con las alianzas y obviamente enfrentarán a AMLO, en un ensayo de lo que será la lucha por la candidatura presidencial de la izquierda para el 2012.
Polarizada la oposición en el Estado de México, el beneficiado directo será el actual gobernador Enrique Peña Nieto, pues el Partido Revolucionario Institucional (PRI) no enfrenta obstáculos difíciles para esa justa electoral.
Se ve claro que las alianzas no tendrán, en entidad mencionada, los resultados como los que se obtuvieron, por ejemplo, en Oaxaca, donde el gobernador Ulises Ruiz Ortiz ya tenía abonado el terreno, debido a su mal gobierno, para perder ante sus opositores. En el Estado de México las cosas son diferentes.
OCURRENCIA
A la Comisión Nacional de Física y Deporte (Conade), cuyo titular es Bernardo de la Garza, se le ocurrió transformar Paseo de la Reforma en un centro de atletismo con todo y su alberca. Los preparativos para el Festival Olímpico Bicentenario con varios días de anticipación y la realización del evento el fin de semana provocaron que miles de capitalinos padecieran graves problemas por el congestionamiento del tránsito vehicular.
Al cerrar una vía primaria como lo es la mencionada avenida y las rutas adyacentes, los automovilistas tardaban más de tres horas en su recorrido. La vida económica de la zona se canceló, debido a la imposibilidad de llegar, incluso a pie. Un tráfico caótico prevaleció mientras duró el festival mencionado. Además, las mentadas de madre de los automovilistas contra los organizadores del evento, sin lugar a dudas, impusieron un nuevo récord.
¿Había necesidad de trastocar la vida de millones de capitalinos con esa jalada de Festival Olímpico Bicentenario? Que se sepa, los deportistas poco a nada tuvieron que ver con la Independencia de México ni con la Revolución Mexicana. El único deporte reconocido como nacional es el de las charreadas, pero este brilló por su ausencia en Paseo de la Reforma. Seguramente los charros mexicanos sí participaron en las gestas libertadoras, pero no como deportistas.
La idea de improvisar un miniestadio de atletismo en Paseo de la Reforma refleja la mente mediocre del titular de la Conade, porque no se entiende de otra manera que si se cuenta con excelentes estadios y albercas olímpicas para demostraciones deportivas, éstas tendrían que efectuarse con las incomodidades propias de un lugar no diseñado para tal propósito.
¿Qué tal el estadio Olímpico de la UNAM para repetir por varios días el acercamiento del pueblo con sus ídolos? ¿No podría ocurrir lo mismo con las albercas olímpicas donde se pudiera disfrutar sin tanto atropello la presencia del medallista mariguano (según revelación del mismo) Michael Phelps, (¿cuántos dólares nos costó su presentación?) quien por cierto opacó y borró a los deportistas mexicanos que pocos reconocieron.
El mal ya está hecho. Ahora falta llamar a cuentas a Bernardo de la Garza, para que detalle punto por punto el costo del multicitado festival y que explique, ampliamente, porque no se utilizaron las instalaciones deportivas que son muchas y se encuentran en condiciones óptimas.
Si las mentadas fueran tomadas en cuenta por los políticos, en México no había tantos problemas.