Secretos políticos de Estado
Alberto Vieyra G. miércoles 16, Nov 2016De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Dónde está la farsa del sistema más antidemocrático del mundo? ¿Dónde está el secreto de los Padres Fundadores de Estados Unidos con respecto a un sistema democrático diseñado para que las grandes y poderosas élites norteamericanas puedan seguir dominando en la escena política del Tío Sam? ¿Quiénes son los hombres o mujeres que conocen esos secretos políticos de Estado en los que gana el que pierde o pierde el que gana?
En el 2000 y ahora fue la misma historia. Antes, el demócrata Al Gore ganaría la elección presidencial indirecta, con un total de 51 millones 3 mil 894 votos populares, contra 50 millones 459 mil 211 votos de George Bush; una diferencia de poco más de 500 mil votos, pero perdería en el Colegio Electoral donde obtuvo 266 delegados contra 272 de Bush. Ganó, pero perdió.
Hoy, otra demócrata, Hillary Clinton, gana las llaves de la Casa Blanca con unos 211 mil votos sobre su adversario norteamericano Trump, pero pierde la elección en el antidemocrático Colegio Electoral con 74 delegados.
Una disparidad terrible en la que, francamente, no se entiende qué votación representa cada miembro del Colegio Electoral. Necesariamente, hay gato encerrado. Eso encierra seguramente acuerdos inconfesables entre los Padres Fundadores para prestarse el poder en los EU por determinado tiempo, según los vaivenes de la guerra y la economía, que son los ejes fundamentales a través de los cuales los norteamericanos retroalimentan su nacionalismo.
Prácticamente, todos los sistemas democráticos del mundo guardan secretos de Estado, que sólo unos cuantos hombres los conocen y los ponen en práctica.
Para muestra un botón. El sistema político priísta nacería en 1929 con cuatro facciones: callista, carrancista, obregonista y socialista. Entre esas cuatro facciones políticas debía rotarse pacíficamente y sin sobresaltos el poder en México, cada seis años. La gente no lo sabía. Al electorado común y corriente solamente se le decía “fulano de tal fue destapado como candidato presidencial del PRI”, pero jamás se le revelaba a qué facción política representaba. Es lo mismo que ocurre en EU.
En México, solamente dos hombres sabían ese secreto y cómo funcionaba la invencible maquinaria electoral que le permitió al PRI perpetuarse durante siete décadas en el poder: Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas del Río.
El general Cárdenas, hasta 1979, año de su muerte, era consultado obligadamente para que dijera a qué facción política le tocaba bailar en la Presidencia de México para que no reapareciera la era de la bala y de las pistolas, después de que Álvaro Obregón fue asesinado ya reelecto en 1928.
¿Quiénes son los hombres que en EU tienen los secretos de Estado del sistema democrático norteamericano? ¿Los Rockefeller? ¿Los masones de El Ojo que todo lo ve? ¿Los republicanos que conforman el llamado Cinturón de la Biblia Norteamericana? ¿Los poderosos de Wall Street del Partido Demócrata, entre ellos, Bill Gates, Warren Buffet? ¿Quiénes saben esos secretos de Estado? ¿Estaremos lejos de saberlo los simples mortales?