Violencia
¬ Augusto Corro lunes 7, Nov 2016Punto por punto
Augusto Corro
Cuatro jóvenes preparatorianos, entre 15 y 17 años, fueron asesinados en Morelos. ¿Las causas? Se ignoran, como los miles de casos violentos que ocurren en todo México. ¿Se conocerá el móvil del crimen y serán identificados los criminales? Lo dudamos, porque vivimos tiempos de impunidad. Los delincuentes se sienten a salvo, a pesar del salvajismo de sus acciones. Saben que de sus delitos se conocerán en los medios informativos y luego se olvidarán. Acaso sirvan como referencia para compararlos con otros hechos violentos, pero nada más.
Desde finales del siglo pasado, aquella entidad se volvió refugio de los integrantes de los cárteles de la droga, con los males que los siguen: secuestros y asesinatos. Concretamente en Morelos, ninguno de los gobiernos priístas, panistas o perredistas lograron brindar seguridad a los morelenses. El actual gobernador, Graco Ramírez, fue incapaz de dar un poco de paz y tranquilidad a sus gobernados.
Resulta que el miércoles pasado fueron localizados los cuerpos sin vida de Alejandro Medina Juárez, Melesio Pizaña Flores, Alberto Emiliano Sánchez López y Francisco Emiliano Carmona Servín, estudiantes de primero y segundo año de la preparatoria de Jojutla de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), en el municipio de Yautepec.
Ese múltiple asesinato impactó en la sociedad universitaria, cuyos representantes exigieron inmediatamente el esclarecimiento de los hechos. Sabemos que esa exigencia no será tomada en cuenta por las autoridades, cuya ineptitud e ineficacia para perseguir a delincuentes son conocidas por todo mundo. En Morelos, durante la administración de Graco Ramírez, van más de 4 mil personas que pierden la vida violentamente.
La sociedad morelense, como ocurren en otras entidades, no tiene manera de evitar los actos criminales que no distinguen edades, como en el caso de los preparatorianos que fueron victimados a navajazos o cuchilladas. Se trató, pues, de pagar otra vez con sangre de jóvenes las consecuencias de la impunidad y la corrupción.
Es en Morelos donde se incrementaron los secuestros, las muertes y las inhumaciones clandestinas, donde los restos de decenas de personas fueron arrojados a las fosas sin conocer siquiera su nombre, ni las razones de su muerte. En fin, la entidad mencionada ya se encuentra catalogada como una de las más peligrosas de México.
PARTIDOCRACIA PRIVILEGIADA
Carretadas de millones de pesos recibirán los partidos políticos el próximo año 2017. Concretamente, se les entregarán 3 mil 940 millones 984 mil 374 pesos, así se publicó en el “Diario Oficial de la Federación”.
De esa cantidad estratosférica se distribuirá el 30% en forma igualitaria entre los institutos políticos nacionales y el restante 70 por ciento, según el porcentaje de votos que obtuvieron en la reciente elección de diputados.
De lo anterior, se desprende que la democracia a la mexicana es muy costosa y avanza con dificultades. Los partidos políticos en vez de recibir ese bondadoso suicidio deberían buscar la manera de subsistir con sus propios medios, con la aportación económica de sus seguidores.
Claro, los dirigentes políticos se sienten satisfechos de recibir ese regalo anual de miles de millones que algunos casos insuficientes para saldar deudas, como es el caso del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que a todo mundo le debe. En fin, el dinero de los impuestos termina en manos de la partidocracia que poco o nada hace por sacar de la pobreza a más de cincuenta millones mexicanos.
¿Y EL PRI CAPITALINO?
Sería interesante saber en que invierten los partidos políticos esas fabulosas cantidades de dinero que reciben, porque se dan casos que sus empleados no reciben a tiempo sus sueldos.
Un ejemplo lo ofrece el PRI-capitalino, que preside Mariana Moguel Robles, hija de Rosario Robles, dirigente de extracción perredista, que hoy se desempeña como titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
Dicho partido era en sexenios pasados un baluarte del Revolucionario Institucional, pero sus líderes se encargaron de hundirlo y llevarlo a la situación anodina en la que ahora se encuentra.
Quizá el escándalo que golpeó con fuerza al PRI-capitalino fue aquel asunto relacionado con Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, presidente del partido local, y una red de prostitución en el PRI. Sin embargo, este hecho, fue una raya más al tigre, pues son las pugnas internas las que tienen en la lona a los priístas. No se entiende como un partido como el Revolucionario Institucional dejó la plaza (política libre) para que la ocupara quien a si lo deseara, como ocurrió.