¿Los mexicanos son estoicos ante el dolor?
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 7, Nov 2016Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Los trastornos mentales afectan al 23% de la población
El dolor es considerado por buena parte de los mexicanos como una carga obligatoria y no busca un medicamento antiinflamatorio o analgésico que controle eficazmente las molestias, lo revela la Dra. Paola Maldonado, especialista en Medicamentos de Consumo de Bayer y Maestra en Bioética. De acuerdo con una encuesta 37% de los mexicanos acude a remedios caseros, terapias alternativas o simplemente, no hacen nada contra el problema. Se encuestó a 2 mil 747 personas, quienes durante los seis meses previos 53% experimentaron dolor de cabeza leve; 50%, de espalda; 38%, dolencias musculares, 36% en el cuello, 30%, en las piernas, y 28%, cólicos menstruales. Estos malestares se vuelven compañeros de vida, pues su recurrencia oscila entre 9.5 y 4.2 veces al mes, dependiendo de la zona en que se localice el problema. Los más recurrentes son los de hombros, piernas, cuello y musculares. De hecho, 50% de los encuestados admitieron sufrir alguna dolencia por lo menos una vez a la semana Esto no tiene por qué ser así, actualmente se cuenta con un amplio arsenal terapéutico que permite controlar diversos tipos de dolores y de diferentes intensidades. Ejemplo de ello son los medicamentos de venta sin receta (OTC) que ayudan a reducir la fiebre y a aliviar dolores de cabeza, musculares y la rigidez. Entre ellos están los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), además de tener un efecto analgésico, también reducen la inflamación, lo cual tiene un doble beneficio. Ejemplo de ellos son los que tienen como sustancia activa Naproxeno sódico, como Flanax. Naproxeno sódico está indicado para reducir la inflamación después de torceduras, ante cólicos menstruales, dolores dentales, golpes, infecciones en vías respiratorias y dolores musculares, entre otros problemas. Naproxeno con sal sódica permite atacar las molestias más rápidamente, pues se absorben con mayor velocidad, explicó la experta. .Si persiste el dolor, es importante acudir al médico, ya que éste puede generarse por problemas que requieren un manejo del especialista.
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La Asociación Mundial de Psiquiatría, la Asociación Psiquiátrica Mexicana A.C. y el Instituto Nacional de Psiquiatría Dr. Ramón de la Fuente Muñiz de la Secretaría de Salud, México, los días 2 y 3 de noviembre de 2016 realizaron un mesa redonda “Adolescencia y Violencia”, cuyo objetivo fue establecer los lineamientos que la psiquiatría considera fundamentales, para la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de los adolescentes con trastornos mentales o en riesgo de desarrollaros. Los trastornos mentales en México afectan al 23% de su población a lo largo de la vida, y cerca de la mitad de los casos dan inicio durante la adolescencia y la vida adulta joven. La pobreza, las diferencias culturales, el género, la violencia y las políticas de salud, son los determinantes socioculturales de la salud mental. La inseguridad y la violencia, presentes en nuestro país, aumentan el riesgo y pueden desencadenar distintas enfermedades mentales. Los adolescentes y otros segmentos de la población mexicana, son especialmente vulnerables. Concluyeron que la creación de la Ley General de Salud Mental a nivel nacional, constituiría un instrumento legal para la protección de la salud mental de la población mexicana, en general y es necesario incorporar en las acciones, a médicos de primer contacto y especialistas en psiquiatría, así como profesionales de la salud mental del área de psicología, trabajo social, enfermería y otras áreas afines. Las conductas antisociales y criminales, por lo general, no están relacionadas con los trastornos mentales. La mayoría de los actos delictivos, son realizados por personas mentalmente sanas. En cambio, la violencia y la inseguridad, generan o desencadenan trastornos mentales. El trastorno por consumo de sustancias, es a la vez un trastorno mental y un factor predisponente para el desarrollo de otros trastornos mentales graves. El consumo de drogas, forma parte de un conjunto de condiciones predisponentes y conductas, que pueden o no relacionarse con la violencia o la conducta antisocial. Sin embargo, el uso de sustancias durante la adolescencia, condiciona alteraciones en el funcionamiento cognitivo (intelectual) de la persona y aumento en la deserción escolar. Es indispensable establecer o reforzar los programas de prevención de uso de alcohol y sustancias y en el medio educativo es necesario incluir programas preventivos y de detección temprana y contar con medios de canalización para su atención.