Que Duarte regrese lo robado
¬ Augusto Corro martes 1, Nov 2016Punto por punto
Augusto Corro
Parece que el gobernador con licencia, Javier Duarte de Ochoa, es más inteligente que todas las policías juntas, pues no lo encuentran por ningún lado. Prófugo de la justicia, acusado por un sinnúmero de delitos, al ex mandatario de Veracruz se le perdió el rastro.
Hace varios días el titular de la Procuraduría General de la República (PGR) dijo que están cerca de ser detenidos el citado Duarte de Ochoa y el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías. El primero militaba en el PRI; y el segundo en Acción Nacional. Ambos son buscados por la policía. Del tricolor se especula que sigue en territorio mexicano; del blanquiazul se dice que se esconde en Brasil.
Tratamos el tema del ex Ejecutivo jarocho porque el dirigente nacional priísta, Enrique Ochoa Reza, exigió a las autoridades federales que continúen las investigaciones y se cumplan las órdenes de aprehensión que hay contra el exmandatario. Además que se incauten sus bienes y que regrese el dinero que se robó.
“El pueblo de México no acepta gobernadores corruptos que abusen de la confianza de todos y por esa razón los corruptos deben estar en la cárcel”, dijo el líder tricolor al ser entrevistado en una estación de radio.
Declaró que el tema de la corrupción no es nuevo y que “cubre a todos los partidos políticos”. Pues sí, tiene razón el dirigente, solo que son de extracción priísta la mayoría de pillos.
Quizá el expediente de Duarte de Ochoa atrajo la atención de propios y extraños por la dimensión del delito, pero se encuentran en el banquillo de los acusados otros mandatarios estatales tan saqueadores del erario como el mismo ex ejecutivo veracruzano. ¿Cuándo irán los representantes de la ley contra esos ex gobernadores corruptos?
En tanto no se vea en la cárcel a Duarte de Ochoa y al ex mandatario de Sonora, Padrés Elías, el discurso anticorrupción del líder Ochoa Reza no suena sincero, real, pues hay un abismo del dicho al hecho.
Es decir que en el PRI les preocupa que ante la proximidad de las elecciones del próximo año, la imagen abollada del partido empiece a mejorar; pero si no se activa la justicia contra los políticos delincuentes tricolores, a partir de ya, los procesos electorales se le complicarán.
El dirigente tricolor se encuentra empeñado en llevar ante un juez al “depredador” Duarte de Ochoa, pero los “tiempos” de la justicia son diferentes y quienes la imparten no tienen ninguna prisa.
LUJO QUE OFENDE
Alcaldes de diferentes partidos políticos exigen que el gobierno del estado de Veracruz les entregue el dinero que les envió la autoridad federal, pero que fue desviado o retenido por Javier Duarte de Ochoa, gobernador con licencia, prófugo de la justicia.
A la hora de escribir estas líneas, los presidentes municipales se reunían con el mandatario interino, Flavino Ríos, brazo derecho de Duarte de Ochoa, para encontrar una solución al conflicto y les entreguen 3 mil millones de pesos.
Hace varios días, los mencionados alcaldes clausuraron simbólicamente el palacio de gobierno, en Xalapa y aprovecharon la oportunidad para dar a conocer, a través de fotos, un rancho de Duarte de Ochoa en un lugar conocido como Las Mesas, en Valle de Bravo, Estado de México.
El mencionado sitio rebasa la elegancia y el derroche de dinero, pues sus instalaciones son propias de un palacio. En una foto aérea del lugar se observan las instalaciones armoniosas, en las que no se limitaron los recursos económicos para hacerlas funcionales y lujosas.
A los lados del edificio principal se encuentran los establos y un lienzo charro. En el interior, los acabados son de madera, con mobiliario de primera calidad. Las caballerizas lucen limpias, con caballos blancos bien alimentados.
El comedor, o uno de los comedores, lo diseñaron al estilo medieval, donde la madera es el principal material de paredes y techo; la mesa grande y las bancas de ese lugar fueron construidas con tablones, que brindan una imagen rústica.
Los alcaldes veracruzanos afirmaron, pues, que esa propiedad en el Estado de México le pertenece a Duarte de Ochoa, presuntamente adquirida por un prestanombres, con dinero desviado del erario.
El inmueble fue cateado el jueves pasado por elementos de la Procuraduría General de la República (PGR).