¿Son necesarios los secretarios?
Ramón Zurita Sahagún jueves 27, Oct 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Qué tan necesario resulta ser que las distintas dependencias tengan un titular a cargo, si con un encargado es suficiente.
Lo anterior viene a cuento, por el reciente nombramiento de la ahora ex procuradora general de la República, Arely Gómez González, como secretaria de la Función Pública, una dependencia que se ha pasado las dos terceras partes del sexenio sin contar con el nombramiento de un secretario como titular.
Siendo una dependencia que al inicio del sexenio tendía a desaparecer por decreto (no aplicado), la Secretaría de la Función Pública que se fundó como el cumplimiento de un compromiso de campaña de Miguel de la Madrid, con la Renovación Moral (lema de su campaña), ha confirmado ser una de las dependencias más obsoletas de todo el gobierno federal.
Es tan insípida e incolora que de diciembre de 2012 a inicios de enero de 2015, no tuvo titular, sino solamente la figura de Julián Olivas Ugalde como subsecretario encargado de despacho.
La necesidad de lavarse la cara provocó que el presidente Enrique Peña Nieto designara un secretario que investigara si existía o no conflicto de interés en el tema de la Casa Blanca y otros temas vinculados a la eventual corrupción en el gobierno federal.
Con el resultado de la investigación, el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, renunció al cargo, quedando nuevamente acéfala la titularidad de la dependencia.
Javier Vargas Zempoaltácatl, subsecretario de la Función, quedó a cargo del despacho durante más de tres meses, sin que nadie considerase necesario nombrar a un titular.
Ahora se designa a la senadora con licencia y ex titular de la PGR, Arely Gómez, quien deberá cumplimentar con las funciones encargadas a esa dependencia.
La Secretaría de la Función Pública es el organismo del Estado mexicano encargado de coordinar, evaluar y vigilar el ejercicio público del gobierno de nivel federal.
Sin embargo, la idea de la renovación moral plasmada en la época de Miguel de la Madrid quedó en proyecto, ya que la dependencia ha sido incapaz de solventar alguno de los temas importantes.
Durante la gestión sexenal de Vicente Fox Quesada, se nombró titular de la dependencia a Francisco Barrio Terrazas, quien se comprometió a atrapar a peces gordos, lo que no pudo en los casi tres años que estuvo al frente.
Otros secretarios como Germán Martínez Cázares, Eduardo Romero Ramos, Salvador Vega y Rafael Morgan Ríos, en las administraciones panistas, circularon sin dejar huella en la secretaría.
Tampoco lo hicieron los priístas Francisco Rojas (primer secretario de la Contraloría), Ignacio Pichardo, María Elena Vázquez Nava, Norma Samaniego, Arsenio Farell.
Habrá que ver el rumbo que sigue Arely Gómez con la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción.
Sin embargo, lo que vale la pena analizar es qué tan necesario es nombrar un titular, si los encargados hacen el trabajo y hasta ganan menos salarios.
La sede diplomática de México en Washington (Estados Unidos) quedó sin Embajador por largos meses, hasta que fue designado para el cargo Miguel Basáñez, quien ni siquiera pudo calentar la silla.
Son muchas las áreas de gobierno que se pasan largas temporadas sin cabeza, como lo es actualmente la dirección de Fonatur, luego de que Héctor Gómez Barraza, se desplazara al Comité Ejecutivo Nacional del PRI.
Otras posiciones de segundo nivel como la subsecretaría de Gobernación que tenía a su cargo Luis Enrique Miranda pasó semanas y felices días sin que se nombrara el nuevo subsecretario.
A la muerte de Juan Camilo Mouriño, la secretaría de Gobernación quedó varios días sin secretario, lo que en parte fue por el luto decretado por el Presidente Calderón Hinojosa.
Tercer procurador
Los procuradores fueron tan fugaces en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari que un total de cinco desfilaron por la PGR.
Inició Enrique Álvarez del Castillo, siguió Jorge Carpizo, continuó Ignacio Morales Lechuga, lo sustituyó Diego Valadés y culminó el sexenio Humberto Benítez Treviño (el papá de la primera Lady mexicana).
En esta gestión sexenal de cuatro años de Enrique Peña Nieto empezó Jesús Murillo Kara, siguió Arely Gómez González y continuará Raúl Cervantes, si es ratificado por el Senado.
Los dos primeros han tenido que lidiar con los mismos temas y Cervantes tendrá que hacerlo también, donde los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala es prioritario y otros más que han escandalizado no solamente a la sociedad mexicana sino al mundo entero.
Habrá que ver si Raúl Cervantes, de quien se asegura cuenta con la capacidad suficiente para ocupar el puesto, pero trae encima la sombra del padrinazgo de su primo, el Consejero Jurídico de la Presidencia, Humberto Castillejos Cervantes, es capaz de conseguirlo.
No es por joder
La frase pronunciada por el Presidente Enrique Peña Nieto se convirtió rápidamente en una de las más comentadas en todos lados. Lo mismo en redes sociales que en primeras planas de diarios, medios electrónicos y comentarios de boca a boca.
Con la frase el Ejecutivo federal muestra parte del hartazgo que le producen las críticas a su gestión sexenal y a otros temas que se encuentran en boga, que pasan por decisiones de gobierno, tocando hasta su vida personal.
Hacía tiempo que un Presidente de la República no emitía una frase, como Jefe de Estado o de Gobierno, una frase que impactará tanto entre la ciudadanía.
Tal vez aquella de José López Portillo en la que aventuraba que defendería el peso como un perro.
Lo que queda claro es el deseo de los mandatarios por comunicarse en lenguaje llano con la población, pero que repercute en forma contraria a esos deseos.