Perdón tardío
¬ Gustavo Mora miércoles 6, Oct 2010Nostálgicos y acelerados
Gustavo Mora
Armando Quintero, junto con Martí Batres y Pablo Gómez se sienten herederos de los mártires del 2 de octubre de 1968. Y actúan como si en verdad hubieran participado en las marchas y se hubieran salvado de la masacre.
A nombre del Distrito Federal, Quintero tuvo la mala puntada, 42 años después, de ofrecer una pública disculpa a los que dice fueron sus compañeros y familiares. Y amplió su participación exigiendo a las dependencias que tuvieron vela en el entierro, que hagan lo mismo.
En primer lugar, el que se llamó Departamento del Distrito Federal ya no existe como tal. Y su titular, Alfonso Corona del Rosal ya murió y escribió un libro dando la versión de los hechos.
Luego, el que fuera secretario de la Defensa Nacional, general Marcelino García Barragán, ya también falleció, aunque dejó, por su hijo Javier García Paniagua, su versión de los acontecimientos la noche negra de Tlatelolco.
El único sobreviviente es Luis Echeverría Álvarez que ocupaba la Secretaría de Gobernación y tanto Corona como Marcelino lo acusaron de que les dio el presidentazo, pues Gustavo Díaz Ordaz estaba en Jalisco y nunca se supo, hasta ahora, la razón por la que no regresó al Distrito Federal para asumir sus funciones y dar directamente las órdenes que dijo recibir Echeverría.
Carlos Hank González, muerto también, fue el depositario de las Memorias de Gustavo Díaz Ordaz y cumplió hasta el último momento la voluntad de su amigo de no darlas a conocer a menos que fuera estrictamente necesario. Suponemos que los hijos del profesor Hank guardan en la bóveda impenetrable lo que su padre dejó pendiente con carácter de: confidencial. Y esa bóveda no se va a abrir porque tiene fieles y discretos depositarios.
¿Ustedes creen que Echeverría va a soltar la sopa? Lo que hizo fue culpar a su superior y decir que él solamente cumplió instrucciones que recibía por la vía telefónica privada (como en el halconazo de 1 año y 8 meses después, volvió a poner cara de yo no fui para culpar a sus colaboradores Alfonso Martínez Domínguez y Julio Sánchez Vargas, los de más alto nivel)
Así que no le haga al loco Armando Quintero, ni busque reflectores junto con Martí Batres y Pablo Gómez.
Marcelo Ebrard Casaubón, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, debería jalarle las orejas de burro a su oportunista colaborador.
Y los secretarios de la Defensa y de Gobernación no tienen que hacer caso de las locuras felices de Quintero.
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Elba Esther Gordillo fue expulsada del PRI por jugarle las contras en alianzas con el gobernador de Aguascalientes Luis Armando Reynoso Femat (curiosamente, también expulsado recientemente del PAN) y con el mismo Felipe Calderón Hinojosa. Por eso, mueve a risa la amenaza de Andrés Manuel López Obrador de solicitar licencia en el PRD o pedir permiso para apoyar a otro candidato si es que los del sol azteca terminan aliándose con el PAN en el Estado de México. Tanto en el PRI, como en el PAN, apoyar a un candidato distinto al del partido se castiga con la tarjeta roja. Acción Nacional ya reconoció de plano que solito no puede ganar en la entidad vecina y aprobó la alianza… Jorge Ocejo Moreno, tan empresarial como lo fueran Manuel J. Clouthier y Carlos Abascal Carranza prominentes figuras del panismo que parece no tener otras entre su militancia efectiva, acusó a Manuel Espino Barrientos de dejar destrozado no solamente al Partido Acción Nacional, sino también a la Organización Democrática Cristiana de América que igualmente encabezó el duranguense sonorizado. Y no es que Espino no sea capaz de eso y más, pero huele a consigna de muy arriba para justificar la expulsión del tormentoso agitador de las filas panistas… César Augusto Santiago declara que en la selección de los tres consejeros ciudadanos del IFE, se debe buscar que sirvan a la democracia y no sean cuotas de partidos políticos a los que servirán, pues sus funciones trascenderán la elección presidencial del 2012. Le sobra razón ya que César Augusto es de los que siempre habla con inteligencia y lógica política.