Huracán y explosión rockera con The Who en el Palacio de los Deportes
Espectáculos viernes 14, Oct 2016- Concierto histórico
- Visitaron nuestro país para ofrecer la que quizá haya sido su única presentación en vivo en México en el Palacio de los Deportes, como parte de su Back to the Who Tour 51!
Asael Grande
Por primera ocasión, la banda británica de rock The Who, considerada un ícono de la música del siglo XX, visitaron nuestro país para ofrecer el que quizá haya sido su única presentación en vivo en México en el Palacio de los Deportes, como parte de su Back to the Who Tour 51!
Con una alineación conformada por Roger Daltrey (voz), Pete Townshend (guitarra), Pino Palladino (bajo), y Zak Starkey (hijo de Ringo Starr), en la batería, estuvieron acompañados de los músicos Simon Townshend (guitarra), John Corey (teclado), Loren Gold (teclado) y Frank Simes (teclado y dirección musical).
Formados hace 52 años, en 1964, y con los fallecidos John Entwistle en el bajo y Keith Moon en la batería, The Who, una de las bandas más legendarias y definitivas del rock, ofrecieron un concierto con sus más grandes canciones y éxitos incluidos en álbumes de su discografía, tales como como My Generation (1965), Tommy (1969), Who’s Next (1971), Quadrophenia (1973), The Who by Numbers (1975), Who Are You (1978), y Face Dances (1981).
En punto de las 21:37 horas las luces del Domo de Cobre se apagaron para que las 18 mil 500 almas fueran testigos de una gran dosis llena de energía, el poder y la rebelión de The Who, del poder épico en la guitarra de Pete Townshend, el rugido vocal de Daltrey y la gala rítmica de la batería de Zarkey.
La velada rockera arrancó con las icónica I can´t explain, y The seeker, para seguir con la predominante y progresiva Who Are You: “No intentaré hablar español, pero los amo, México, estamos gustosos de estar aquí!”, dijo el legendario guitarrista, Pete Townshend.
La siguiente en sonar fue el himno del movimiento mod de Inglaterra en la década de 1960: The kids are alright. Después sonaron los acordes de la pesada y de complejas armonías I Can see for Miles.
El himno generacional que no podía faltar, considerado como una de las declaraciones más destiladas de la rebelión juvenil en la historia del rock fue My Generation, que en su parte instrumental, lucieron los solos de Townshend, con el bajo de su hermano Simon, y viceversa, además del clásico el tartamudeo -enojado y frustrado- con el que Daltrey interpretó la canción.
Con el octanaje rocanrolero a tope, los clásicos siguieron sonando con la bella Behind blue eyes, en la que la voz Roger Daltrey acompañada de un arpegio de guitarra acústica, más adelante se le añadió el bajo y el conjunto de armonías acompañantes; después de Bargain, y Join together, sonaron You better you bet (del Face Dances), 5:15, I’m one, y la prodigiosa Love reing o’er me.
El fin de la noche rocanrolera se acercó, no sin antes interpretar temas de Tommy, la ópera prima de The Who, con Amazing journey/Overture/Sparks, Pinball wizard, See me, feel me/Listenong to you, y terminar lo que fue una verdadera misa llena de sonidos Mod y Rockers con la conocida Baba o’riley, característica por su innovadora fusión de hard rock y la temprana experimentación de música electrónica, otro himno que arrancó inigualables y honrados gritos de euforia al iniciar con el sintetizador, seguido de unos enérgicos acordes de piano hasta entrar los demás instrumentos.
Escrita por Townshend, el recital de la banda británica culminó con Won’t get fooled again, que combinó fuertes acordes de guitarra con el poder de órganos altamente procesados y sonidos sintetizados, que finalizaron una velada atmosférica que encontró su clímax en lo que se convirtió en una extensa y envolvente cita pendiente con el rock de The Who, sin cortapisas, legendaria, majestuosa, increíble, conceptual, con una multitud generacional que fue protagonista de la energía y el huracán explosivo de The Who en tierras aztecas.