¡Salve Regina!
* Especiales, Espectáculos martes 11, Oct 2016- La actriz de cine, teatro, televisión, ganadora del Ariel, la productora, la soprano, la artista independiente, la activista, la mujer, la mexicana, la Megabizcocho, quiso compartir con su público una vida de logros con su nueva producción: Canciones p’agarrar… el alma
Nando Arreguín Rojas
Fotos: Sergio Bautista/Ocesa
Con oro y sangre apareció Regina Orozco la noche de su celebración por 45 años de trayectoria artística. Con un vestido en encaje rojo cual profundo carmesí con fondo en lamé dorado y rebozo de seda azul rematado en plumas, iluminó con su presencia el escenario mientras el público la recibía con un aplauso gozoso, cálido, como si fuese un abrazo de quien espera a un ser querido.
Y correspondió el recibimiento con una potente y sentida interpretación de Cielo rojo.
Ella, la actriz de cine, teatro, televisión; ganadora del Ariel, la productora, la soprano, la artista independiente, la activista, la mujer, la mexicana, la Megabizcocho, quiso compartir con su público una vida de logros con su nueva producción: Canciones p’agarrar… el alma.
El Teatro Metropólitan, donde ha presentado espectáculos como Rosa Mexicano y Canciones pa’lavar trastes, le abrió sus puertas nuevamente y transformó su escena por unas horas en un México que Regina recorrió de sur a norte convertida en una Charra desesperada por encontrar a su Charro, en una historia de amor en los tiempos del Tinder y el WhatsApp.
En un viaje cuyo fin era salvar al país convulsionado por el narcotráfico, la violencia de género, las desapariciones, la migración, la homofobia, la pobreza extrema y con la ayuda de poderes chamánicos vertidos en un nopal hidropónico con injertos de peyote, la Charra logra una catársis a través de su música, de su arte, y de una frase que se convierte en su mantra y nos hace repetir como una jaculatoria: Yo soy México, una y otra vez, hasta lograr que los asistentes se conviertan en sus acompañantes y ayudantes para lograr su cometido y conseguir también con esto, reencontrarse con su Charro.
Acompañada del Mariachi Juvenil Tecatitlán y homenajeando a José Alfredo Jiménez con Amanecí en tus brazos, hizo gala del excelente timbre de su voz. Un popurrí de Pedro Infante convocó a que el público la coreara.
La Regina Catrina, la Amorosa, también evocó a los muertos al interpretar Se me olvidó otra vez, recordando a Juan Gabriel.
Cheque en blanco de Chelo Silva, y Las mil y una noches, de Flans siguieron en esta primera parte del show.
El Cholo, caracterizado por el artista escénico Alejandro Lugo, quien ha sido parte de sus más recientes shows, la aconseja y ayuda en este recorrido y junto con ella nos muestra que también está el otro México que hemos dejado de ver y agradecer, el de la gastronomía, del turismo, del folclore. Alejandro forma parte de A grito producciones, compañía con la que la Orozco produce y crea sus espectáculos.
Un pequeño concurso de tres cantantes aficionados, bueno, dos aficionados y uno no tanto, dio espacio para que reapareciera Regina, ahora enfundada en un estilizado traje norteño en azul con bordado y flequillos en dorado sobre un palazzo también en oro.
Continuó deleitando con temas del Divo de Juárez: De mí enamórate, La diferencia y La farsante.
En un momento de agradecimiento a la audiencia dijo: “Muchas gracias a todos. Para mí usar la palabra amor la consideraba cursi, trillada, como de Coca-Cola, pero en mi experiencia de esta vida el amor es esencial para poder vivir verdaderamente y yo, Regina del Sagrado Corazón Orozco Mora, porque así me llamo, quiero agradecerle a México y quiero pedirles que lo amemos. Yo necesito que amemos a México porque podemos hacerlo, porque somos más amorosos que los malosos. Yo soy México”, por lo que fue ovacionada nuevamente.
El Charro apareció en pantalla (Damián Alcázar) explicando cómo había buscado también a su Charra, logrando las aclaraciones sobre el malentendido y dando paso a la parte final del espectáculo con una Regina Orozco cubierta de olanes y estampado multicolor cual bordado oaxaqueño.
Interpretó Sólo hay que quererte un poquito más, mi México, canción compuesta por su hija, Sol Bañuelos, a quien presentó en ese momento. Pidió entonces a Manoella Torres y Susana Zabaleta subieran con ella al escenario para celebrar a su lado.
“Tienes una voz hermosa, te sale de lo más profundo del corazón. Me ha tocado estar con grandes compañeras, pero Regina tu corazón es enorme”, le dijo Manoella antes de interpretar las tres, Virgen de medianoche y Bésame mucho.
Con Susana se presentará el 4 de febrero de 2017 en el mismo Teatro Metropólitan con el espectáculo Juntas y… Revueltas en concierto.
Nos obsequió dos temas más para dar por terminada la memorable velada y seguir con una firma de autógrafos a sus fieles seguidores.