Violencia vs violencia = caos
¬ Augusto Corro lunes 10, Oct 2016Punto por punto
Augusto Corro
La semana pasada el senador panista, Jorge Luis Preciado, propuso que los ciudadanos puedan portar armas en vehículos y negocios.
Sin duda se trató de una idea planteada muy a la ligera por el legislador que inmediatamente levantó protestas hasta por militantes de su propio partido.
Sin embargo, el tema de la violencia es de total actualidad y debe ser analizado por especialistas, autoridades, etc., para terminar la ola de criminalidad que golpea a México.
Los índices de asaltos, secuestros y asesinatos se incrementaron en los últimos meses y es la sociedad indefensa la que más padece toda clase de agresiones.
Y no es con la posesión de armas para defenderse como se resolvería el conflicto de la criminalidad. De ninguna manera.
Aunque sí se deben buscar soluciones para salir de la pesadilla que crece incontrolable.
Definitivamente el que todo mundo ande armado para repeler a los criminales solo incrementaría la violencia.
Lo que se necesita son fuentes de empleo, leyes de severas contra los delincuentes, jueces honestos, policías honrados, etc.
Para vivir con seguridad debe erradicarse pobreza, impunidad y corrupción. Claro, los resultados no se darán en un abrir y cerrar de ojos; pero ya es necesario empezar a hacerlo.
Aquellos que no tienen trabajo, ni escuela, desesperados son presa del canto del dinero fácil que promueve la delincuencia organizada.
En fin, la complejísima tarea de erradicar la violencia que nos ahoga ya debe tomarse en serio. Seguro que hay otras maneras de brindar seguridad a una sociedad urgida de vivir en paz. Y el uso de más pistolas sería el caos.
Como dijo el diputado Jesús Zambrano al tocar el tema: “No estamos en el viejo Oeste”.
Aunque en lo personal, pienso que ya rebasamos esa situación. ¿O no?
LOS ASESINARON
Los tres jóvenes “levantados” en Boca del Río, Veracruz, fueron encontrados sin vida.
La semana pasada informamos en este espacio la desaparición de Génesis Deyanira Urrutia Ramírez, Leobardo Arroyo Prado y Octavio García Baruch. Se desconoce el paradero del cuarto joven privado de la libertad.
Los restos humanos de los tres jóvenes y de otras tres personas fueron encontrados en seis bolsas negras de plástico la tarde del viernes en el municipio de Camarón de Tejeda, en Veracruz, después de ocho días de búsqueda.
Los cuerpos estaban desmembrados y quemados con ácido. Los muchachos fueron levantados por sujetos armados cuando salían de un centro comercial, según una de las versiones de los hechos; otra fue en el sentido que las víctimas fueron sustraídos Ellos eran estudiantes de la Universidad Veracruzana.
El día del “levantón” (29 de septiembre) en otro punto de la ciudad se reportó la desaparición de otro joven, quien de acuerdo con los vecinos fue perseguido por personas armadas, en la calle Salvador Díaz Mirón.
Las autoridades estatales en cuanto conocieron el hallazgo de las bolsas y la identificación de los cadáveres, dijeron que los asesinatos fueron cometidos por el crimen organizado. Llevar las muertes de los jóvenes mencionados al escenario de la delincuencia organizada significó que los homicidas no serán aprehendidos y menos juzgados.
Se concluye así otra historia de crímenes en Veracruz, la entidad con más de 435 casos de secuestro a partir de 2013 a la fecha; y 19 periodistas asesinados en el sexenio del impresentable gobernador priista, Javier Duarte.
CONFLICTO MIGRATORIO
En Mexicali y Tijuana se empezó a generar un conflicto migratorio de difícil solución.
El problema es que más de 5 mil haitianos y africanos se encuentran varados, en espera de pasar a Estados Unidos.
Los problemas de alojamiento y alimentación para los mencionados migrantes se convirtieron en una “crisis humanitaria”.
Pero la crisis podría ser mayor en los próximos meses, pues si continúa el ritmo actual extranjeros en la zona, la población migrante alcanzaría los 30 mil.
Así pues, los albergues para los migrantes se encuentran saturados y los viajeros duermen hasta en las calles.
La triste historia de los haitianos empezó a escribirse tras el terremoto que sacudió a su país en enero de 2010.
Ante la tragedia se abrieron las puertas de los países amigos para dar albergue a los afectados por el sismo. Después se cerraron las puertas en todas partes, incluido Estados Unidos, donde al principio entraron 500 haitianos sin mayor problema.
Esa acción concreta estimuló a más haitianos, quienes decidieron acercarse a la frontera en busca de la oportunidad de llegar al vecino país del norte.