El adiós de Reyes Baeza
Ramón Zurita Sahagún lunes 4, Oct 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El cambio de gobernador en Chihuahua es un aliciente para la ciudadanía de esa entidad, aunque ello no garantice el cese de la violencia o permita reducir la mortandad provocada por la presencia de los grupos delincuenciales.
Se va José Reyes Baeza Terrazas, con más pena que gloria, y llega César Duarte Jáquez y con él renacen las esperanzas de una población azotada por el flagelo de la violencia.
En Chihuahua no se produjo, como en otros estados, la alternancia, ya que gobierna el PRI y repitió con un triunfo contundente de su candidato en las urnas, lo que significa que la población no responsabiliza a sus autoridades de la extrema violencia que padece la entidad.
José Reyes Baeza Terrazas, el gobernador saliente llegó en medio de grandes expectativas, ya que antes de asumir el gobierno estatal fungió como alcalde de la capital y diputado federal, pero además pertenece a dos familias de prosapia en la entidad.
Sin embargo, su administración es una de las más cuestionadas en la historia, ya que le tocó enfrentar una violencia extrema que jamás supo detener y de la que responsabilizó a la federación eludiendo el papel que le correspondía al gobierno estatal.
En la administración de Baeza Terrazas, las cifras de homicidios son alarmantes en grado extremo y tocaron por igual a pobres que ricos, hombres y mujeres, nacionales y extranjeros, niños, jóvenes y viejos.
Ningún sector de la población quedó a salvo de esta violencia que ubicó a la principal población del estado, Ciudad Juárez, como el punto fronterizo más peligroso del mundo y una de las ciudades con mayor índice de criminalidad en el universo, por encima de aquellas que sufren conflictos bélicos.
El gobernador saliente se va en medio de severas críticas por su pasividad para actuar y poner freno a la inseguridad y bajo señalamientos de protección al narcotráfico.
Sus acciones de gobierno fueron escasas y la imagen pública que deja él y su gobierno se encuentra sumamente desgastada, prevaleciendo el recuerdo de más de 6 mil muertos en sus seis años de gobierno.
Y no es que la violencia sea imputable al gobierno de José Reyes Baeza, ya que antes de asumir la administración estatal, el estado estaba considerado como un a tierra sin ley, donde los dos anteriores gobiernos fueron el inicio de lo que hoy se vive.
Durante la administración de Francisco Barrio Terrazas, el primero y único panista en gobernar la entidad, se produjeron las primeras señales de alerta en el estado, luego de que el pánico atrapó a la población de Ciudad Juárez, por la constante desaparición de mujeres.
El fenómeno fue conocido como “Las Muertas de Juárez” y la noticia dio la vuelta al mundo, produciendo escozor dentro y fuera del país, por el número de víctimas y la frecuencia con que se producían los asesinatos de personas de ese género.
Investigadores locales y foráneos se apersonaron en la zona fronteriza, sin que se lograra detener el embate de los crímenes, aunque se atrapó a algunos personajes que fueron responsabilizados de los mismos, pero estos continuaron produciéndose en cadena.
Las sospechas sobre “chivos expiatorios” quedaron siempre, sobre todo cuando ocurrió la muerte del principal sospechoso de los asesinatos.
El hecho provocó un deseo morboso de decenas de personas por atestiguar los hechos de violencia y se llegaron a filmar documentales y películas sobre el tema, lo que generó una repulsa hacia la principal población del estado.
Pero si el gobierno de Barrio Terrazas provocó que el PRI recuperara prontamente la plaza, el personaje que lo hizo, Patricio Martínez, dejó un mal sabor de boca, ya que la violencia personificada en el cártel de Juárez dejaba constancia de su presencia.
Incluso, el propio gobernador Martínez fue víctima de un atentado, aunque por parte de un elemento de sus propias fuerzas policiales.
Con todo y su pésima administración, los priístas no tuvieron demasiada resistencia par conseguir una nueva victoria en las urnas, como sucedió en la actualidad, donde César Duarte se erigió como el triunfador absoluto por varis puntos de diferencia sobre su adversario panista.
Hoy Duarte asume el gobierno estatal, con la presencia de la plana mayor de su partido, ya que se espera acudan la presidenta nacional del partido, los coordinadores en diputados, Francisco Rojas Gutiérrez y senadores, Manlio Fabio Beltrones, el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez y las estrellas de los gobierno estatales Enrique Peña Nieto, Estado de México, y Humberto Moreira Valdez, Coahuila, quienes seguramente atraerán los reflectores.
*Sumamente activo estuvo el gobernador electo de Sinaloa, Mario López Valdez, durante su estancia en México.
El jueves visitó a sus colegas del Senado de la República – cuenta con licencia- los que lo recibieron bien, tanto priistas como panista y perredistas, ya que llegó al escaño como representante del primero de los partidos y ganó la elección de gobernador arropado por los otros dos.
Ese mismo día por la noche, acompañó a Marcelo Ebrard Casaubón al lanzamiento de su fundación en la Casa de la Bola.
Pero López Valdez tuvo tiempo para eventos sociales, ya que el sábado acudió a la boda de César Nava Vázquez con Patricia Sirvent en la Torre Mayor, acontecimiento que congregó a la plana mayor del panismo, encabezados por el propio presidente Felipe Calderón.
*El gobernador electo de Hidalgo, Francisco Olvera Ruiz, hizo un llamado a las diversas fuerzas políticas del estado para que se sumen al proyecto que desarrollará en la administración que inicia en abril de 2011.
Olvera manifestó su confianza en que el triunfo alcanzado en las urnas sea ratificado en los próximos días por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ya que no se detectaron incidentes que pusieran en riesgo el proceso electoral.