Van con todo
Ramón Zurita Sahagún lunes 3, Oct 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas son las entidades del país que concentran la mayor violencia, como dan cuenta la mayor parte de las 69 bajas sufridas por las fuerzas armadas durante la presente administración sexenal.
El ataque sufrido por miembros del Ejército el pasado viernes en el norte de Sinaloa muestra la exposición de estos elementos que en muchos de los casos no cuentan con el armamento necesario para combatir a los grandes grupos delincuenciales.
Cinco muertos y una decena de heridos fue el saldo de este enfrentamiento, que se suma a otros hechos ocurridos en esa y las otras dos entidades, acosadas en algunos de sus principales municipios por los grandes cárteles de la droga.
Si a ese número de bajas de suman las de los cuerpos policíacos, se advertirá que la violencia e inseguridad es tan grande como ineficaces resultan ser los programas implementados por el gobierno federal.
Es cierto que en ese tiempo habían sido abatidos varios de los principales jefes de los grupos delincuenciales, mientras otros fueron detenidos y sufren prisión, aunque ello no ha menguado su presencia, ni bajado los índices de violencia, con todo y las cifras que, algunos consideran, alegres que ofrecen las autoridades.
Las bajas entre miembros de las fuerzas armadas (Ejército y Marina), elementos pertenecientes a las distintas policías y ciudadanos comunes, aunadas a las de los propios delincuentes, suman varios miles, tan sólo en la presente administración sexenal.
Claro que el acumulado con el pasado sexenio hace un número más impresionante de víctimas, superior a las pérdidas humanas de algunas guerras.
El problemas de la violencia en México hace recordar aquellos tiempos en que alertaban sobre el riesgo de que México se colombianizara, hoy Colombia está lejano de tener la violencia e inseguridad que vive México.
La situación es tan grave (aunque algunos lo nieguen) que algunas de las reacciones por parte de las fuerzas armadas en el uso excesivo de la fuerza, que van desde algunas ejecuciones de delincuentes a mansalva, torturas y otros hechos producidos por algunos miembros de las fuerzas armadas, han sido considerados como parte de la respuesta a los crímenes de elementos de esos cuerpos militares.
Es cierto que la ley no se aplica ojo por ojo, ni diente por diente, como dice la sentencia bíblica, pero así se trata de justificar algunos de los excesos cometidos por las fuerzas armadas.
Con la proclama del secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, durante el homenaje rendido a los soldados caídos en Sinaloa de que: el Ejército va con todo contra “las bestias criminales”, se radicaliza todavía más la lucha contra el crimen organizado.
Es cierto que desde el inicio del sexenio se ha mantenido una lucha permanente contra el crimen organizado, pero los resultados no parecen ser los esperados.El ataque sufrido por miembros del Ejército, con la muerte de cinco de sus elementos y una decena de heridos se suma a otros ocurridos en distintas partes del país, en que incluso han sido derribados helicópteros y produciendo indignación en la sociedad.
Y es que de los cinco soldados muertos, uno era sargento segundo, dos cabos conductores, un cabo de sanidad y solamente un soldado de infantería.
Desde que las fuerzas armadas fueron incorporadas a las tareas que deben desempeñar los cuerpos policíacos, las bajas han sido sensibles y el Ejército ha perdido parte de ese respeto que ha tenido siempre entre la sociedad que lo hace uno de los organismos más confiables del país.
Siempre dispuesto a ayudar en casos de contingencia, mediante la aplicación de los programas de ayuda para los desastres naturales (DNIII), su incorporación a las tareas de lucha contra la delincuencia organizada causa escozor y más todavía cuando no cuenta con el armamento necesario para ello.
La modernización del Ejército se ha dado en los años recientes, así como el equipamiento, pero los saldos de los enfrentamientos contra los grupos delincuenciales dejan en claro que se requiere de otro tipo de armamento, más sofisticado para conseguir el propósito de combatirlos con éxito.
Esperemos para ver qué es lo que sucede en los próximos días y si las autoridades son capaces de dar con los responsables de este ataque que dejó un saldo lamentable y una percepción de mayores riesgos, considerando que si el Ejército disciplinado, ordenado y con el equipamiento, supuestamente, necesario sucumbe ante estos ataques, qué nos depara el destino en fechas próximas.
El fenómeno Waters
Nadie supuso la conmoción que lograría Roger Waters en México y la gran concentración conseguida en el Zócalo de la CDMX da cuenta de la necesidad de la población por dar salida a sus emociones.
El ex integrante de Pink Floyd no solamente deleitó con su música, sino también con sus consignas que fueron coreadas por las 170 mil personas asistentes a su concierto gratuito.
Su activismo dejó constancia de ello, cuando criticó al gobierno mexicano por los 43 desaparecidos y la violencia e inseguridad en que se vive en el país y arremetió con D. Trump.
Woldenberg y Córdova
Varias horas de charla sostuvieron el ex titular del IFE y el presidente del INE, José Woldenberg y Lorenzo Córdova, donde prevalecieron los temas referentes a lo que se viene para ese instituto electoral.
La experiencia de Woldenberg parece ser necesaria para un arrinconado Córdova al que le tupen por todos lados, ante la inminencia de una nueva reforma electoral y los gastos exorbitantes que se planea hacer en el INE.
Charla amena, donde Córdova asentía a la mayor parte de la exposición que le hacía su antecesor en el cargo.