¿Qué hacer para reunir los trozos?
Francisco Rodríguez lunes 26, Sep 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Los plazos de la supervivencia están vencidos. Las posibilidades de un mínimo acuerdo nacional están en el caño desde hace rato, precipitadas al vacío por los causantes del estropicio, aunque los conocidos y reputados textoservidores se obstinen en negarlo.
Los pésimos resultados de la economía, han roto con cualquier posibilidad de acuerdo nacional. Si a esto se agrega que México ya no es un país de mayorías, sino un mosaico de minorías privilegiadas, el círculo cuadrado está puesto sobre la mesa.
Si los que siguen pensando en la posibilidad de alguna solución tomada de consenso por las actuales formaciones políticas, se tomaran la molestia de observar y cuantificar los destrozos y los daños incuantificables e incalificables que se ha causado al país, llegarían más temprano que tarde a la decepción sobre la inviabilidad de cualquier medida en ese sentido.
Si antes se hablaba de la posibilidad de un entendimiento, que aprovechara los espacios institucionales en los que autoridades, organizaciones y ciudadanos pudieran llegar a un acuerdo razonable, lo menos que puede decirse es que si alguna vez existió esa solución, ya no vive en este panorama nacional. Sólo es parte de un catálogo de buenos propósitos.
Si antes se pensaba en que la participación del Congreso, los partidos políticos, las fuerzas armadas, los medios de comunicación, las iglesias, los empresarios y los diversos liderazgos de la sociedad en torno de un programa común, pudieran ayudar a fortalecer la necesidad del cambio para lograr el crecimiento con justicia, eso ya pasó.
Nadie pensó en la grandeza de este país ni en su futuro. Todos se dedicaron a lo suyo. Es ya impensable remontar la caída en la productividad y en la competitividad de la economía mexicana, en resolver la falta de generación de nuevos empleos o en detener la migración creciente de los desplazados hacia los Estados Unidos.
Barruntos de
balcanización; más poder a cacicazgos regionales
La pobreza lacerante, que hoy abarca a más del ochenta por ciento de la población, el rezago educativo, que ha querido ser atendido con aspirinas laborales o administrativas en el mejor de los casos, el retraso secular en la ciencia y en la tecnología, son evidencias palpables e ignominiosas de un sistema descompuesto.
Sólo quedan el fortalecimiento de los cacicazgos regionales, los barruntos de balcanización, el crecimiento exponencial de la violencia criminal y la inseguridad crónica, el debilitamiento del Estado frente a los poderes informales y la capacidad de fuego de los “intereses especiales”, a modo de los que dicen que mandan…
… el corporativismo sustentado en la corrupción, el patrimonialismo que privilegia lo privado sobre lo público, la influencia indebida de los socios, coyotes y familiares en las decisiones públicas, la mezcla de los negocios con la política y la pérdida de control sobre el dinero que inclina el triunfo en las balanzas electorales, que son la cereza del pastel macabro.
Partidos, mancillados
Los partidos políticos, probablemente los últimos vasos comunicantes que le quedaban al gobierno para tomar el pulso y la temperatura de la población, han sido desacreditados y deslegitimados hasta la médula. Dirigidos por burocracias obtusas, se han dedicado a conservar su parte económica en el reparto del régimen corporativo y patrimonialista.
Las fuerzas armadas, bajo la lupa permanente de las organizaciones internacionales de seguridad, han dado mucho de qué hablar en el exterior. La complicidad de muchísimos de sus altos mandos con el trasiego, es sencillamente espeluznante. Tiene mucho que dejaron de representar los valores patrios y el honor nacional…
… para convertir a sus huestes en comparsas de asistentes y guardaespaldas de las caravanas de poderosos narcotraficantes que campean a sus anchas, con la comodidad de pachás a lo largo y ancho de caminos, carreteras y veredas del territorio nacional.
Medios y empresarios
también están en la lona,
a punto del KO
El peso específico que antes tenían las organizaciones empresariales, de comunicación masiva y eclesiásticas está en la lona. Ninguna tiene limpia la hoja de servicios como para prestarse a ser la balanza, la brújula o la conciencia nacional de un arreglo de este tipo. Estamos absolutamente descobijados.
Si todavía hubiera quien apueste a la solución salvífica proveniente del exterior, nada más le basta con observar el desastre en que está convertida la política y la economía estadounidense: enfrentada a su déficit externo, su déficit fiscal y su alta dependencia del petróleo del Medio Oriente. Ante este panorama, México continuará atrapado en el subdesarrollo y la miseria.
El último estertor de Obama, pronunciado ante la Asamblea de las Naciones Unidas, es patético: “una nación rodeada de muros, sería una nación prisionera de sí misma… debemos rechazar cualquier forma de fundamentalismo y racismo o la creencia en una superioridad étnica. “¡Se parece a los lamentos del presidente en cualquier mitin arreglado para quejarse de sí mismo!
Alejados de la autoridad por miedo a que nos roben
lo que nos queda
Refugiado en Nueva York por otras razones, quiso echar también su cuarto a espadas y balbuceó: “es la democracia la que está perdiendo credibilidad y hace que los ciudadanos se alejen de la autoridad… ante eso, la demagogia encuentra el campo fértil”. En México los ciudadanos lo juzgan de manera diferente y se alejan de la autoridad por el temor de perder hasta las joyas de los abuelos.
En el interior del país no hay para dónde hacerse. Mucho menos, pensar en que alguien en el exterior pudiera arrogarse facultades para “deshacer un entuerto” de este tamaño. Sería pedirle peras al olmo. Las posiciones entreguistas agotaron cualquier opción de salvamento o de mínimo respeto.
La devaluación galopante que padecemos es la forma más eficaz para arrebatar el patrimonio de los mexicanos, ante el encarecimiento inmediato de todos los bienes esenciales de consumo masivo. En respuesta, el aparato recaudatorio del SAT anuncia la devolución de casi 6 mil millones de pesos a empresas defraudadoras, propiedad de los ancestrales coyotes del sistema.
El negocio de inyectar dólares para subastarlos, con comisión incluida, en los mercados de dinero arreglados, dizque para fortalecer el precio del peso, ya demostró su verdadero rostro. Redujeron y destrozaron los márgenes posibles de autonomía monetaria.
Se practica la “política
de tierra arrasada”
Tal parece que se actuó en estos cuatro años mejor, con más saña, que un gran estratega militar de la “política de tierra arrasada”, aquélla que consistía en destruir absolutamente todo lo que pudiera ser de utilidad a amigos o enemigos, después de ser vencidos en el campo de batalla. Sólo que aquí nunca hubo guerra. Obviamente ninguna dupla de partiditos unidos por los mismos intereses, podrá imponerse a estas resistencias. Urge la conformación de una coalición de fuerzas políticas con un programa mínimo para el rescate de lo poco que nos quede. Lo contrario, es seguir avanzando en la ruta de la molicie y el despropósito.
Los únicos que pueden hacer frente a la política de tierra arrasada todavía no han levantado la mano. Es necesario que ya lo hagan. Nadie tiene autoridad moral para impedirlo. ¿No cree usted?
Índice Flamígero: ¡Vaya campaña anticorrupción de Enrique Ochoa Reza, personero de Luis Videgaray en el PRI! Renunció a la CFE, porque según le dijo a la anunciadora de una pomada para curar cicatrices, él le pidió a EPN ir a encabezar al tricolor. Esto es, lo hizo por voluntad propia, pero la empresa lo indemnizó como si se tratara de un reajuste. Y por ello se embolsó 1 millón 206 mil 271 pesos con 81 centavos. Si eso no es corrupción… + + + Don Alfredo Álvarez Barrón retoma el dicho de Margarita Zavala, la semana pasada, en su visita a Ciudad Juárez, tal y como lo encabezaron algunos diarios: “Yo no soy Felipe Calderón”: Margarita Zavala. Y El Poeta del Nopal ironiza: “Como Pedro ante Jesús, / pero socios de por vida, / debe cargar, comedida, / con esa pesada cruz.” + + + Más de don Alfredo Álvarez Barrón: “Revocación de mandato, reelección de diputados, eliminación del fuero, así como la incorporación del referéndum, el plebiscito y la consulta ciudadana, son algunas de las propuestas incluidas en el proyecto de Constitución para la Ciudad de México que según el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, será la más moderna de América Latina. Tal documento deberá ser discutido, y en su caso, aprobado por la Asamblea Constituyente, presidida por un grupo de decanos cuya edad promedio es de 84 años, entre los que destacan Augusto Gómez Villanueva, un emisario del pasado de los tiempos echeverristas; Porfirio Muñoz Ledo, ex compañero de partido del anterior; el maestro Bernardo Bátiz y Javier Jiménez Espriú. Con tantas décadas de experiencia y sabiduría parece que el asunto va en serio…” Y vuelve a la carga El Poeta del Nopal: “Revocación de mandato, / pero con ciertos candados, / reelección de diputados / en el futuro inmediato; / interesante alegato / que puede marcar un hito, / pero el audaz plebiscito / sólo confunde a la gente: / ¿Asamblea Constituyente / o danza de los viejitos?”.
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