Michoacán: hallan muerto al sacerdote desaparecido
Seguridad lunes 26, Sep 2016- Robado y despojado en Puruándiro
Finalmente, el cadáver del sacerdote Alfredo López Guillén, quien fungía como párroco de la iglesia de la Santísima Trinidad en Puruándiro, fue encontrado en la población La Guayaba, cercana a donde se encuentra su iglesia.
Correspondió al arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, dar a conocer el hecho y pedir que se rezara por el cura, que fue secuestrado, robado y despojado de un vehículo por miembros de la delincuencia organizada.
El arzobispo Suárez Inda fue informado desde temprano y citó a la prensa para el medio día en el templo San Rafael, donde terminada la misa dominical dio a conocer una serie de datos, en los que subrayó que la misma iglesia cayó en la confusión que propiciaron los asesinos, de considerar que era el sacerdote el que pidió comida y tortas para llevar en el hotel Loma Linda y era otra víctima del crimen organizado.
Murió por heridas de bala: PGJ
El sacerdote López Guillén, quien desapareció el lunes pasado, murió por heridas de bala la misma noche en que fue visto por última vez, informó la Procuraduría de Michoacán.
“De acuerdo con los resultados de la necropsia, la causa de muerte es por heridas producidas por proyectil de arma de fuego, con una rigidez cadavérica de aproximadamente 120 horas”, indicó en un comunicado.
La dependencia estatal explicó que el sacerdote pidió cuatro raciones de alimentos, mismos que fueron entregadas personalmente en la parroquia a las 21:30 horas, además de que el padre le avisó ese día a la persona que le preparaba sus alimentos que no fuera al día siguiente.
La secretaria de la parroquia dijo que el sacerdote no estuvo el martes y hasta el miércoles avisó al encargado, quien se comunicó con los hermanos del cura.
Los familiares del sacerdote fueron al lugar que habitaba el padre.
“Aunque la puerta se encontraba abierta, las protecciones de los accesos del inmueble estaban cerradas con cadenas y candados, por lo que llamaron a un cerrajero para poder ingresar, percatándose de que había ropa y algunos objetos en el piso; asimismo, se detectó que no se encontraban dos vehículos del sacerdote, una camioneta Tornado y un automóvil Jetta modelo reciente”, señala el boletín de la Procuraduría.
El empleado que llevó las cuatro porciones de comida dijo a las autoridades que desde el lunes ya no estaba la camioneta Tornado en el lugar. Varios testimonios de empleados, vecinos y familiares dijeron que no notaron alguna conducta diferente en el cura y que “ninguna persona recibió alguna llamada relacionada con petición de dinero a cambio de la libertad del sacerdote”.