Pekín, entre el orden y el caos
¬ José Antonio López Sosa martes 20, Sep 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Pekín , China.- La capital de la República Popular de China es una de las ciudades con mayores problemas de contaminación en el mundo; sin embargo, nos tocó la buena suerte de llegar en un día lluvioso y tener un par de amaneceres transparentes, cosa que no es muy usual en esta urbe.
Esta ciudad es de contrastes, las vialidades son amplias y ordenadas, hay espacios verdes por doquier, miles de árboles en las aceras y parques públicos que dan un respiro a los más de 20 millonede habitantes que aquí conviven a diario. Su sistema de transporte público es eficiente, hay Metro, autobuses urbanos y suburbanos y un sistema parecido al Metrobús. Hay bicicletas públicas para uso de los ciudadanos y en las principales avenidas hay ciclopistas bien trazadas con espacios suficientes.
Ahora bien, el caos se da por la cantidad de personas que aquí viven, hay embudos viales que hacen que un tramo de pocos kilómetros se recorra en automóvil en muchos minutos, el tránsito vehicular es un tema recurrente entre los ciudadanos; sin embargo, ello no merma las grandes ventajas que tienen quienes viven en esta ciudad, centro administrativo y político de la República Popular de China y un lugar donde se encuentra de todo. Es una ciudad hermosa en todos sentidos.
Llegamos al hotel The Peninsula, uno de los más lujosos en el mundo, en el corazón de la ciudad, a pocas calles de la Plaza Tiananmen y la Ciudad Prohibida. Ha sido tan próspero el modelo de negocios para esta cadena que se encuentran en la fase final de remodelación de todo el hotel, tienen en sus instalaciones una galería de arte (invitan a artistas locales a vivir en The Peninsula por algunos meses para que creen sus obras), un centro comercial con marcas de lujo, contrastando con la idea que tenemos sobre la China cerrada al mundo, éste es uno de los sitios más cosmopolitas de la ciudad. Esta experiencia ha sido de lo más auténtico que se pueda encontrar en Pekín, tanto para quien visita China por negocios o placer.
El gobierno tiene un control absoluto sobre los ciudadanos, es cierto, no hay libertad de expresión, hay un solo partido político (el comunista), un solo canal de televisión (CCTV), un solo periódico oficial (con otros que replican la información de Estado), no están permitidas las manifestaciones ni las ideas públicas, que en general vayan contra las políticas dictadas desde el gobierno. Como visitante es difícil verlo, porque el desarrollo y la infraestructura parecen el de un país libre.
Bajo ninguna circunstancia se puede justificar la prohibición por el desarrollo, es una larga historia lo ocurrido en la República Popular de China; sin embargo, visitar esta ciudad es un deleite en muchos sentidos, desde el histórico hasta el político, un lugar que en el que hay que estar para entender un poco a una tercera parte de la humanidad.