Recuento patrio
Ramón Zurita Sahagún martes 20, Sep 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Pasadas las fiestas patrias, el país se reincorpora a sus tareas cotidianas, sin sobresaltos, aunque con preocupación en algunos sectores y superado el escollo que auguraba para esa fecha cosas dramáticas.
El pronóstico era reservado, por la animadversión creada alrededor de la figura presidencial, donde se consideraba sumamente riesgoso el momento de la ceremonia del Grito de Independencia, por los abucheos y rechiflas que se pudieran manifestar en contra del Ejecutivo federal.
También porque las redes sociales se infestaron de peticiones de renuncia (tendría que ser licencia) del Presidente y hasta se organizó una marcha para probar el encono ciudadano.
Para fortuna del gobierno federal, ni una ni otra situación se produjo, masivamente, aunque existieron pruebas de ello.
En Palacio Nacional, el blindaje creado alrededor del Presidente (se dice que fueron acarreadas miles de personas del Estado de México), impidió que el coro de protestas fuera más allá de los que normalmente manifiestan su inconformidad en los actos públicos.
Las arengas fueron las tradicionales en favor de los héroes de la Independencia y sin incrustar dentro de ellos a personajes ajenos a ese evento histórico.
Igualmente, un blindaje impidió en Xalapa, Veracruz, algún desaguisado contra el gobernador Javier Duarte.
Curioso fue que en un municipio de Tabasco (del que es oriundo Andrés Manuel López Obrador), el alcalde priísta, “Cuco” Rovirosa, lanzara vivas a su persona (el hombre que por cuarta ocasión da el Grito de Independencia), al municipio que gobierna y al estado en que se ubica.
Pero en la CDMX no sucedió eso y Enrique Peña Nieto pudo salir airoso de un evento que parecía sumamente riesgoso.
Tampoco la marcha para pedir su renuncia (licencia) tuvo el efecto esperado y la convocatoria atrajo cerca de 5 mil personas que marcharon del Ángel del Independencia al Hemiciclo a Juárez, con gritos que pedían su salida.
Hasta ahí las manifestaciones de rechazo hacia su gestión presidencial, aunque el sentimiento se mantiene contenido en algunos sectores de la población.
Tampoco tuvo mayores problemas el IV Informe de Gobierno de Miguel Ángel Mancera Espinosa, acto que sirvió para que el jefe de gobierno (¿del DF o CDMX?) pidiera se liberaran mayores recursos para la entidad que gobierna, a efecto que los recortes del presupuesto no le afecten como se estableció en el documento presentado ante los diputados.
La petición del jefe de gobierno es avalada por los dirigentes del partido, así como sus representantes populares, los que manifiestan su intención de tomar las calles si su petición no es atendida.
Para Mancera resulta favorable esto, ya que le permite mostrar su cara de víctima del sistema e intentar crecer en popularidad en su propósito por convertirse en un candidato presidencial competitivo.
Hasta el momento, los destapes de Mancera provocados por él mismo o por el partido que pretende promoverlo no han tenido el éxito esperado, como tampoco lo consigue el gobernador de Nuevo León, quien mantiene la esperanza de ser candidato presidencial independiente.
El jueves 15, Jaime Rodríguez Calderón comprobó que ya no es la figura llamativa que atraía a todos los asistentes a un evento y su presencia en la toma de posesión de José Rosas Aispuro como gobernador de Durango fue una más de los tantos personajes políticos ahí convocados.
Lejos estuvo de los aplausos que concentraron Margarita Zavala, Josefina Vázquez Mota o hasta Felipe Calderón, Ricardo Anaya y hasta Agustín Basave, aunque tampoco le tocaron los abucheos y rechiflas como los que recibieron Ismael Hernández, Jorge Herrera y hasta a distancia el Presidente.
La figura de los independientes se vio mermada en estas fiestas patrias, ya que otro aspirante a esa nominación, Pedro Ferriz, fue expulsado de la marcha en la que se pedía la renuncia (licencia) del Presidente donde intentó incrustarse.
En cambio la que recibió un bálsamo reconfortante fue la también aspirante a independiente, Margarita Zavala, aunque el tema ya no es prioritario para ella, toda vez que se encuentra concentrada en la búsqueda de la nominación de su partido y prefiere ya no amagar con que si no la hacen candidata se va de independiente, como lo hizo en sus inicios.
Margarita aprovecha cada acto público para jalar simpatías, aunque sabe que las reglas de su partido establecen que el candidato surgirá de una consulta interna en la que participen solamente los militantes del organismo político.
Para muchos panistas, Margarita no alcanza el nivel necesario para entrar en competencia directa con el todavía gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas o con el dirigente nacional del partido, Ricardo Anaya Cortés.
A quien si favorecieron las fiestas patrias fue al diputado federal Gustavo E. Madero Muñoz, ex dirigente nacional del partido, quien las aprovechó para solicitar licencia a su cargo de legislador e irse como funcionario del gabinete del gobernador Javier Corral Jurado, quien asumirá el cargo de gobernador de Chihuahua los primeros días de octubre.
Un par de semanas antes de eso, Madero Muñoz pasó lista de presentes en todos los medios de comunicación, a los que llevó su reclamo en contra del dirigente nacional de su partido, Ricardo Anaya Cortés, por incumplimiento de acuerdo privado en el que se comprometía el dirigente del partido a seleccionarlo como presidente de la Cámara de Diputados, cuando correspondiera a su partido.
Y es que, supuestamente, era un compromiso formal el que Gustavo Enrique Madero había sellado con Anaya para que ocupara esa función, aunque también en esas entrevistas negó fuese a formar parte del equipo de Corral Jurado, lo que finalmente sucedió.