Arturo J. Flores y su Poder de la quincena
Cultura martes 20, Sep 2016En la ruta de las letras
Patricia Correa
- Publicado por Ediciones B
Subo hacia el piso número 40 del enorme complejo, Godínez van, Godínez vienen; unos salen a comer, otros rondan en el enorme edificio en lo que es su diaria rutina, pero ¿Qué son los Godínez?: “somos una especie superior con pinta de inferior, igual que las cucarachas”, se lee en la contraportada del libro Godínez, El poder de la quincena, escritor por el Godín del periodismo, Arturo J. Flores, quien amablemente platicó en exclusiva para DIARIOIMAGEN, con el periodista Asael Grande (en hora laboral!), en su oficina donde comparte su tiempo para editar una famosa revista del conejito: “Fue un libro por encargo, se le ocurrió a Alfonso Franco (editor de Ediciones B), él tenía interés de de hacer un libro sobre Godínez, y me habló y me dijo que si me interesaba, le dije que sí, siempre había querido ser un ‘ghost writer’, un escritor fantasma, y me acordé que yo tenía unas crónicas Godínez que publicaba en la página de Playboy, se las mostré y algunas las retomé, algunas las escribí tal cuál para el libro, y lo cerré con un test, el libro lo terminé de escribir hace como tres meses”, comenta el autor.
Respecto a cómo define a los Godínez, Arturo J. Flores, quien estudió una de las carreras peor pagadas (comunicación), dijo: “creo que el error de considerar a los Godínez como una sola especie, somos como diferentes, no es lo mismo ser un Godín periodista, que un contador o un abogado, casi todas las oficinas se mueven bajo la misma dinámica; sin embargo, si no es lo mismo, entonces de repente el libro sí está cargado hacia el lado creativo, hacia a los Godínez creativos, al final trabajo en un lugar que es así como la catedral de los Godínez, que es el WTC, que tiene muchísimas oficinas de todo tipo”.
Godínez: éste es el término con el que se nombra a cualquiera que tenga un horario establecido y un salario fijo, sin importar el giro de la actividad económica en el que se desempeñe. Millones de éstos seres caminan por todo el país, aglutinando y taponando las venas de cada ciudad: “mi libro tiene mucho de autobiográfico, creo que todo lo que uno escribe termina de una u otra manera autobiográfico, no soy ningún tipo de sensei Godínez, o de Dalai Lama de los oficinistas, simplemente me gusta escribir, y contar lo que ve, es muy bonito tener compañeros en la oficina, llevarte bien con ellos, muchas de las grandes amistades que he trabado a lo largo de mi vida han sido en una oficina, he tenido romances en alguna oficina, mi vida se escribe a partir de las oficinas, siempre estoy escribiendo, publico cuando se puede”.
A los patrones les gusta aplastarnos, pero nuestra dieta insalubre, nuestra infinita capacidad de adaptación, nuestra tolerancia a la frustración y nuestra inevitable capacidad de reproducirnos, nos convertirían en los únicos sobrevivientes a un ataque nuclear. No dejen de leer Godínez, El poder de la quincena, de Arturo J. Flores.