Trump no trompica
Freddy Sánchez jueves 15, Sep 2016Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Cada vez falta menos para despejar la incógnita de la sucesión presidencial en los Estados Unidos.
¿Hillary o Trump?
La duda cala hondo en el ánimo mundial. De ahí que millones de personas crucen los dedos para que sea la esposa de Clinton la que sustituya a Obama. Aunque, lo cierto es que como los propios gringos podrían decir, las posibilidades de ganar entre los dos contendientes, son en este momento fifty, fifty.
Así las cosas, ganará Clinton si pierde la porción del electorado que en suelo gringo festeja y promueve la instauración de un nuevo gobierno de acciones rigoristas, implacables e incluso bestiales.
En caso contrario, ganará Trump si pierden los electores que han declarado su animadversión contra todo futuro intento de radicalismo violento en la política exterior de los Estados Unidos.
Dado entonces que todavía no se puede dar como seguro ganador de la elección norteamericana a ninguno de los aspirantes, todo podría resolverse en el último momento, dependiendo de qué fracción del electorado se decida a ir a las urnas en cuantía suficiente para garantizar el triunfo de uno y la derrota de su opositor.
Esta incertidumbre pues, obliga a la ecuanimidad y la prudencia.
En particular a los gobiernos que tanto temen ver llegar al cargo presidencial norteamericano al individuo que ha dado sobradas muestras de una gran propensión al autoritarismo.
Con Trump en la Casa Blanca los focos rojos empezarán a prenderse en distintas regiones del globo terráqueo. México no será la excepción, incluso si ganara Hillary.
Porque después de su rechazo a venir a México, tras la invitación a su adversario (sin importar que ambos fueran invitados al mismo tiempo), sencillamente demandará alguna acción mexicana para desagraviarla.
En ese aspecto, algunos analistas de la política exterior han expresado su convicción de que el trato con la señora Clinton, pese al disgusto por la invitación a su contendiente, inequívocamente será menos complicada.
Así que para nuestro país y el mundo en general, lo menos inconveniente es que Trump pierda la elección.
Ahora que si no es así, quizás los críticos de Peña Nieto por haber tendiendo un puente de comunicación con el señor de “las trompadas”, tendrán que reconocer que el mandatario mexicano hizo bien en lo que hizo.
Sobre todo, considerando la reacción de Trump, elogiando ampliamente al ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray, después de que presentó su renuncia al cargo, acusado en distintos foros públicos y privados de haber sugerido la estrategia de invitarlo.
Con él mi gobierno tendría tratos maravillosos. Algo así dijo quien nos guste o no podría llegar a ser presidente de los Estados Unidos.
Y en ese caso, bastaría mandar a Videgaray como embajador de México a la Unión Americana.
Una buena vacuna por si acaso Trump no trompica.