Videgaray traicionó a México
Francisco Rodríguez viernes 9, Sep 2016Índice político
Francisco Rodríguez
Por lo visto, México es el objetivo común de los traidores. De aquéllos que quebrantan la lealtad o fidelidad hacia alguien o hacia algo. De los que, cometiendo esa falta, atentan gravemente contra la seguridad de la nación. Sin embargo, en el panorama, no hay quién tire la primera piedra. Es toda una cadena de fementidos, acostumbrados a repetir el tiro.
La villanía que se cometió en contra de la soberanía nacional, llevada a cabo por Luis Videgaray —ya no es Vi(rey)garay—, es no sólo un caso de traición a la patria, sino una imbecilidad que acabó de pintar de cuerpo entero el rostro de la traición a la historia, a la política y al mínimo decoro posible. Vergonzoso y execrable.
La figura presidencial acabó con su mito y con el sistema
Como usted y este escribidor lo hemos comentado desde que inició este “sexenio” —el más breve de la historia: duró tres meses—. Todos esperábamos algún ridículo mayor, pero han llegado al límite de lo soportable. Ya da pena hasta adjetivarlo, pues todos, hasta los agachados y enanitos de antes, insultan y desprecian. La figura presidencial acabó con su mito y con el sistema.
Se ha dicho en todos los tonos. Peña Nieto es el eslabón más débil de una cadena de traidores que no tiene para cuándo acabar.
La conciencia nacional lo ha determinado y sentenciado ante la historia que deberá escribirse más temprano que tarde.
Tampoco Videgaray, quien hasta hace unas horas todavía pensaba en cruzarse la banda presidencial para acabar con todos los registros de ignominia posible. Aquí hemos reseñado todos sus estropicios y todas sus ambiciones. Así como los nombres de sus paleros, que forman miles, habilitados con nuestros impuestos en todas las ramas del “servicio público”.
Giros en la autopista, y el reclamo de Aspe a su pupilo
De raza le viene al galgo. Videgaray fue educado, protegido y proyectado por Pedro Aspe Armella —secretario de Hacienda en el salinato—, otro traidor de siete suelas quien alegaba que “la pobreza es un mito genial”. Claro, se hizo rico, muy rico, en la nómina gubernamental. Pero hasta Aspe acusó a Videgaray, su alumno y ahijado, como traidor. ¡Imagínese usted de qué estamos hablando!
Casi al finalizar el sexenio de Arturo Montiel en el Estado de México, contrató a la empresa privada Protego Asesores, propiedad de Aspe Armella, para que “renegociara” la deuda estatal, en aquel tiempo de 32 mil millones de pesos. En la última reunión a la que asistió, celebrada en Toluca en el año 2003, Aspe quiso vender caro su amor, y fue traicionado por su protegido Videgaray.
El berrinche de Pedro Aspe fue de escándalo. Al regresar de Toluca, manejando él el automóvil y llevando a Videgaray como copiloto, en plena autopista metió el freno de mano intempestivamente, lo que provocó que el auto diera varios giros con rudeza, y espetó en cara del habilitado muchachito, su paniaguado y después su peor enemigo como titular —hasta hace dos días— de Hacienda, que era, definitivamente, un traidor a la causa del infame mercachifle.
Fideicomiso privado esquiva a la Auditoría Superior
Tras el trámite ante los bancos y demás acreedores, Aspe cobró la factura económica. Y Videgaray, la factura política: los mexiquenses lo colmaron de adulaciones y protecciones, como todos sabemos. Lo prohijaron como mexiquense y lo llenaron de dinero, posiciones políticas y todo tipo de lauros. Desde entonces, gracias a la “hazaña” de haber traspasado de 14 a 20 años los pasivos estatales, se convirtió en el titiritero de Peña Nieto, primero como gobernador —desde la posición de Finanzas— y ahora como la mayor vergüenza nacional.
En sí, el mecanismo de las famosas renegociaciones de deuda estatales, llevado al paroxismo por Pedro Aspe, es una traición de vómito. Consiste en aprovechar una formulita creada por la SHCP, no para reducir la deuda de las haciendas estatales, sino para convertirlas en pasivos transexenales y hacer florecer los negocios de Olegario Vázquez Raña, Carlos Hank, Salinas de Gortari y una caterva de mentecatos por el estilo.
Protego funciona como un fideicomiso privado al que se abonan las cargas estatales y la empresa de Aspe se encarga de las transacciones bursátiles y bancarias de quien se pre$te a cargar con el muerto. Han hecho eterna toda clase de desvíos y peculados, que alcanza límites de miles de millones de pesos sin respaldo alguno.
Como se trata de un fideicomiso privado donde Aspe funciona como fiduciario de las deudas estatales, esquiva cualquier auditoría e investigación de la Auditoría Superior de la Federación. Un asalto en despoblado, propio de miserables y traidores despreciables, protegidos por las leyes que ellos mismos crearon. Y eso, claro, no es un “mito genial”.
Desde el GDF, Ebrard le pagó 100 mdp a Aspe Armella
Así lo hizo Aspe para todos los gobiernos locales. En 2011 traspasó la deuda del gobierno del DF, en manos de Ebrard, para “extender” el plazo, de 9 a 14 años, cobrando la módica suma de 100 millones de pesos, declarados a pecho abierto. Sonora le pagó 30 millones. Zacatecas pudo endeudarse seis veces más, y así, hasta dónde pueda imaginarse el lector.
Protego, Casa de Bolsa, “reestructuró pasivos… contratando nuevos endeudamientos”, en cuyos trámites y entrambuliques se llevaba comi$iones de león. Un negocio sin fin, maquinado y ejecutado para enriquecer bestialmente a tramposos y coyotes de la peor ralea. Aspe quedó tan rico, que hoy es accionista copresidente del Fondo de Inversión Evercore, desde luego estadunidense, y en ese carácter, beneficiario del remate petrolero y sus fatídicas subastas.
Por la reforma energética, a Aspe dos campos petroleros
A través de la fantasmal empresa Diavaz Offshore, en la que fungen como prestanombres Óscar y Luis Vázquez Sentíes, Aspe se hizo de dos campos petroleros en tierra, durante la tercera “licitación” de la Ronda Uno. Gracias a la decidida intervención del Fondo de Inversión Evercore, el que fuera precandidato presidencial de Salinas de Gortari, es uno de los más ricos de México.
Surgido a la sombra de Francisco Gil Díaz, protegido de Raúl Bailleres, Aspe se inició como director del área económica del templo de los itamitas. Todos se han vuelto escandalosamente millonarios, traficando con nuestras desgracias, demoliendo toda esperanza, arrasando con los timbres de orgullo de la nación. Forman todos una cadena de traidores de la más baja estofa. Y aún así, consideran que entre ellos, todavía hay clases. Se acusan mutuamente de traidores, tienden todas las cortinas de humo necesarias para librarse del alcance de la ley. Hasta ahora, lo han conseguido.
Traer a Trump a México, recibirlo como si fuera estadista, es una traición a la sociedad que abomina al republicano. No se dice sólo en México. Sus felonías han rebasado las vergüenzas continentales. Son pasto de todas las fieras, hasta de las que hace unas horas sólo necesitaban cinco minutos para escalar a la cumbre de la fama, un pobre infeliz, ignorante, corrupto y también traidor.
Todavía es tiempo de un escarmiento público y necesario, desde todos puntos de vista.
Usted también, creo yo, así lo juzga. ¿O no?
Índice Flamígero: Reiterativas “explicaciones” de que no lo echaron, de que él valientemente asumió el costo de la estúpida idea de invitar a Donald Trump a México que, a final de cuentas, no son creíbles. A Luis Videgaray lo defenestró Peña Nieto, luego de que en la cena de clausura del G-20, Barack Obama le hiciera fuertes reclamos por la presencia aquí del contrincante de la ofendida Hillary Clinton. + + + Me dice un experimentado financiero del sector privado: “¡Que buen bisne! Tú me entregas la secretaría y yo, por ser cuates y egresados ambos del ITAM, yo no investigo tus transas. Hoy te la regreso y, por supuesto, por ser cuates y ex alumnos itamitas, tu no investigarás las mías.” Negocio redondo, ¿o no? Eso, claro, si no hay traición de por medio. + + + ¿Y ahora cuál será el destino del helipuerto que, expresamente para uso del ex secretario de Hacienda, se construyó en la vecindad de su domicilio en el mexiquense municipio de Huixquilucan?
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