Embarazo infantil, sin freno
¬ Jorge Velázquez jueves 8, Sep 2016Picota
Jorge Velázquez
DE ACUERDO CON DATOS DEL INSTITUTO NACIONAL de Estadística y Geografía (INEGI), cada año más de 113 mil niñas entre los 15 y 18 años se casan en México, cifra que representa la quinta parte del total de mexicanas que contraen matrimonio.
El problema demanda la urgente intervención de las autoridades educativas, encabezadas por Aurelio Nuño Mayer, para cambiar urgentemente los modelos educativos en las escuelas primarias y secundarias y pasar de la mera prevención y uso de anticonceptivos a una educación integral en donde se advierta de manera clara a padres y jóvenes los riesgos del embarazo infantil.
Hay más datos al respecto. El informe denominado “La infancia cuenta en México 2014”, elaborado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), alerta que en nuestro país se ha registrado un aumento de embarazos en este grupo de población, ya que de 2005 a 2012 la tasa de mujeres de 15 a 17 años embarazadas aumentó 6 por ciento para colocarse en 54.4 por cada mil.
Por si lo anterior fuera poco, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), publicó en 2013 el informe “Maternidad en la niñez. Enfrentar el reto del embarazo en adolescentes”, donde se señala que el matrimonio infantil o adolescente está directamente relacionado con el embarazo, pues alrededor del 90% de los embarazos en adolescentes en países en desarrollo ocurren dentro del matrimonio.
Ante ello y con el propósito de erradicar el matrimonio infantil en todo el país, la diputada Lucila Garfías Gutiérrez propuso reformar y derogar diversas disposiciones del Código Civil federal, a fin de que se establezca la edad mínima de 18 años en hombres y mujeres para contraer nupcias. No obstante, esto sería sólo un elemento de apoyo a la educación integral de escuelas y familia que es necesario establecer.
ENTRAMPADO EN UNA crisis que se inició prácticamente al término del sexenio de Lázaro Cárdenas, el sector agropecuario urge de cirugía mayor que logre capitalizarlo y empujar la producción. Y es que a la fecha son escasas las fuentes de financiamiento como lo señala la Encuesta Nacional Agropecuaria 2014 (ENA 2014), en donde se hace notar que sólo el 10.4 por ciento de las unidades de producción cuentan con un crédito; sin embargo, a pesar de que el dato resulta bastante bajo, representa un incremento de 35 por ciento en relación con el dato de la ENA 2012, y mejor aún una variación de 160 por ciento en comparación con la información reportada en el Censo Agropecuario de 2007. Pero falta más.