Insensibilidad política, ¿qué sigue?
¬ Augusto Corro miércoles 7, Sep 2016Punto por punto
Augusto Corro
Del escándalo mayúsculo provocado por la indeseable visita de Donald Trump a México, quedó muy claro que en materia de relaciones exteriores estamos reprobados.
Esa gigantesca carga de odio contra el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos no fue advertida por las autoridades mexicanos que le dieron el inmerecido trato de estadista.
Los mexicanos recibimos una especie de cachetada, descontón en términos coloquiales, ante la intempestiva presencia del magnate de la construcción en Los Pinos, hecho que aún no es digerido por propios y extraños.
El daño ya está hecho, una raya más al tigre. El presidente Enrique Peña Nieto debió sentirse más que agobiado por el cúmulo de problemas que enfrenta. Por eso, llamó la atención la insensibilidad política para sumar uno más.
Entre los conflictos que están pendientes por resolver se encuentran los siguientes: una economía debilitada, la rebelión de los maestros contra la reforma educativa, el incremento de la violencia y el plagio de su tesis profesional.
También se le podrían agregar el problema por conflicto de interés, derivado de un departamento en Miami, propiedad de la primera dama, Angélica Rivera.
En ese marco conflictivo, surgió el asunto de la visita de Trump a Los Pinos, que reflejó una inmensa insensibilidad política del presidente Peña Nieto y su grupo de asesores. Aunque ya en los medios, se señaló ya al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, como el “cerebro” que maquinó el plan de invitar al repugnante candidato republicano.
A los problemas señalados, más la negativa de Hillary Clinton de visitar México en temporada electoral en EU, tienen al gobierno mexicano en la lona, noqueado.
RELACIONES EXTERIORES, ¿QUÉ ES ESO?
Seguramente, la cúpula del poder, encabezada por el jefe de la nación, ya busca la manera de amortiguar el daño a la imagen presidencial. Será difícil, pero muy necesario para enderezar el barco y evitar mayor deterioro en la política interior y exterior.
Se trata de un tema que urge resolver, porque aún le faltan dos años de gobierno difíciles, debido a la figura deteriorada del primer mandatario.
Como señalamos arriba, el daño ya se hizo. Los resultados negativos inmediatos afectaron directamente al presidente Peña Nieto, porque él dio la cara para atender al abominable Trump.
Quienes idearon esa maquiavélica jugada tendrán que explicar, ampliamente, el porqué de embarcar al mandatario Peña Nieto en un hecho que a todas luces iba a ser reprobable para la sociedad mexicana, pues se trataba de la visita de un enemigo declarado de México.
El magnate de la construcción desde hace un año inició sus ataques contra nosotros. Nos calificó de violadores y criminales. Amenazó con suspender los envíos de remesas económicas de nuestros paisanos y construir un muro en la frontera México-EU. En sus descabelladas promesas de campaña se refirió a la deportación de millones de indocumentados.
El mensaje de Trump sólo refleja su odio a los seres humanos, a quienes ve como simples trabajadores de una empresa. El candidato republicano cometió el grave error de ver a los electores como simples asalariados de su emporio de la construcción, con las posibilidades de humillarlos y ofenderlos.
Esta vez, si es oportuno que aquellos que indujeron al presidente Peña Nieto a recibir a Trump, den la cara. Si es el propio secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el responsable de invitar a México al aborrecible Trump, tendrá que explicar ampliamente su papel de asesor y aceptar las consecuencias de su error.
No se puede aceptar tanta insensibilidad política de un funcionario encargado de las finanzas públicas. Con su actitud, a todas luces irreflexiva, Videgaray también afectó la política internacional de México.
No fue correcto que invadieran los terrenos de la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, que, según dicen, ni siquiera estuvo enterada de la visita del controvertido aspirante a la presidencia de EU.
El asunto de Trump y su visita a México debe analizarse y si es posible, los asesores de una política insensible, deben ser llamados a rendir cuentas, no puede aceptarse el perdón que hoy se encuentra de moda entre los políticos, para justificar sus errores.
En el Congreso de la Unión se efectuará el desglose del IV Informe Presidencial, una gran oportunidad de los legisladores para conocer la verdad sobre la presencia de Trump en México.
Seguramente, comparecerán ante los diputados y senadores el secretario de Hacienda, Luis Videgaray; la titular de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu, y los diputados y senadores tendrán la gran oportunidad de preguntar, en nombre de los mexicanos, que llevó al presidente Peña Nieto a cometer el error de recibir Trump, enemigo de México, en Los Pinos.