Todo iba medianamente bien
¬ José Antonio López Sosa martes 6, Sep 2016Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Y así era, todo iba bien hasta que en la estrategia planteada presuntamente por Luis Videgaray y aceptada por el presidente Enrique Peña Nieto, no tomaron en cuenta la variable que ocurrió, el hecho que uno de los dos candidatos a la presidencia de los Estados Unidos decidiera no aceptar la invitación a México antes de la elección de noviembre próximo.
Hillary Clinton, candidata demócrata, y quien ofrece en su plataforma política menos daño a la comunidad mexicana en los Estados Unidos, no aceptó venir a México y reunirse con el presidente Peña, luego que la semana pasada sucediera el desastre que todos vimos con la visita de Donald Trump, candidato republicano, a la Ciudad de México.
¿En qué momento pensaron los asesores del Presidente que luego de la lamentable exhibición que dimos como país al recibir a Trump, Clinton aceptaría venir?
Los defensores del Presidente, esos que dicen que es casi deporte nacional criticar al jefe del Ejecutivo, ¿se le echarán encima también a la señora Clinton? o dirán que es parte de la estrategia del gobierno de la República para fijar posturas (¿?), como lo han dicho y redactado en diversos espacios.
Me parece que todo iba bien en la relación con los Estados Unidos, bien hasta donde es medianamente posible con la desconfianza que el gobierno de Obama ha tenido en las últimas dos administraciones mexicanas, bien a secas, hasta que se fraguó y ocurrió la visita de Trump a México. Eso marca un antes y un después, el que no lo quiera ver es porque no quiere.
La negativa de Clinton a visitar nuestro país es tan sólo la primera reacción estadunidense ante lo ocurrido, faltará ver lo que sucederá luego de enero próximo, cuando el nuevo presidente allá tome protesta. Si es Trump, ya sabemos el riesgo que corre la relación bilateral ante el discurso incendiario del magnate populista, si es Clinton, con todo y la simpatía que siente por ella el pueblo y gobierno mexicano, ya comenzó la presidencia con el pie izquierdo y habrá que ver si en el corto plazo se puede recomponer la relación.
Toda acción lleva a una reacción, quizás Videgaray y el propio Peña Nieto no dimensionaron el tamaño de la reacción, no aquí en México, allá en los Estados Unidos. Falta de oficio, sin lugar a dudas.