El intocable
¬ Salvador Estrada jueves 1, Sep 2016Folclor urbano
Salvador Estrada
“Donde manda capitán no gobierna marinero”, dice el sabio refrán, y ni modo, Alfredo Castillo seguirá al frente de la Comisión Nacional del Deporte, y como intocable demandó modificar las leyes para que las federaciones deportivas presenten cuentas claras y a él no le carguen el muerto de malos manejos económicos.
Sin embargo, diputados de oposición, PAN, PRD y Morena solicitaron su renuncia de inmediato “por los mediocres resultados obtenidos en la Olimpiada de Río de Janeiro.
Castillo, que ya fue ratificado en su cargo por el presidente Peña Nieto, y muy seguro de sí mismo, asistió a la Cámara de Diputados para una reunión de trabajo con la Comisión del Deporte y, como están de moda las disculpas, “ofrezco una disculpa por las cuestiones personales”, con lo cual aceptó que fue un error haber llevado a su novia a la justa olímpica y lamentó haber actuado con frivolidad.
Y en su defensa reveló que las federaciones de Atletismo, Tiro con Arco, Beisbol y Frontón han sido denunciadas por peculado por un monto de 68 millones 143 mil pesos.
Y dijo que la Conade brindó apoyos diversos a los deportistas, pero nunca aclaró que los deportistas que ganaron medallas son apoyados económicamente por la Marina y el Ejército.
La diputada Nadia Vega le echó en cara su mal proceder.
”Usted debería renunciar a su cargo de manera irrevocable. Los diputados del PAN creemos que los pésimos resultados que ha dejado a su paso en la Conade no se arreglan con “usted disculpe”.
Después de tragar saliva, Alfredo Castillo escuchó a la diputada Olga Catalán, del PRD, quien le dijo: ”Si con ofrecer una disculpa debe eximirse de cualquier responsabilidad y si los mexicanos deben de olvidar su mala actuación…está equivocado, ya que muchos atletas lo han acusado de darles la espalda en la contienda…
El diputado Renato Molina, de Morena, se lanzó directo a la yugular:
“Usted dice que vamos bien, nosotros decimos que esto es un fracaso deportivo. Usted cree que con una disculpa por llevar a la novia va a justificar su actuación. Estamos seguros de que hay federaciones a las que no se puede defender. Usted ha sido ratificado, pero la sociedad mexicana no lo ratifica. Presente su renuncia de manera irrevocable”.
Y, Alfredo Castillo, no se arrugó y ya no sintió ni lo duro ni lo tupido, le valió… y se hizo como que la virgen le hablaba.
Ahí quedaban sus peticiones, modificaciones a la ley para que las federaciones presenten cuentas claras y se vayan a la cárcel los directivos que cayeron en el peculado. A él nada le alteró y le quedó claro que “donde manda capitán, no gobierna marinero”.