Medidas drásticas para enfrentar contaminación ambiental, propone Premio Nobel de Química
¬ AAPAUNAM jueves 1, Sep 2016AAPAUNAM INFORMA
Jorge Delfín Sánchez
La solución a la contaminación ambiental en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México requiere de medidas drásticas. Un problema serio no se puede resolverse con medidas a medias y de corto plazo afirmó el Premio Nobel de Química 1995, académico Mario Molina, quien además es miembro de El Colegio Nacional.
En el encuentro “Hacia una ciudad sustentable”, coordinado por Alejandro Frank, también miembro de El Colegio Nacional y director del Centro de Ciencias de la Complejidad y por Mireya Ímaz, titular del Programa Universitario de Estrategias para la Sustentabilidad, el Premio Nobel preciso que se deben reducir las emisiones contaminantes, que son causantes del deterioro de la calidad del aire.
Debemos preocuparnos, de forma simultánea, de la calidad del aire y de los congestionamientos, ya que éstos últimos interfieren no sólo con las emisiones, sino con la eficiencia con la que funciona la economía de ésta y otras ciudades del país. En consecuencia, el Centro Mario Molina para Estudios Estratégicos sobre Energía y Medio Ambiente, sugirió mejorar de manera importante el transporte público, que debe ser de bajas emisiones, de calidad e integrado a escala metropolitana. De igual forma, promover el uso racional del auto y las tecnologías limpias, disminuir en forma drástica las emisiones de transporte de carga y de contaminantes provenientes de la actividad industrial, así como la distribución de combustibles.
Por su parte, Alicia Ziccardi, directora del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de la UNAM, señaló que la Ciudad de México es una macro región urbana, que en 2010 registró 21 millones de habitantes, de los cuales, 53 por ciento viven en los municipios conurbados del Estado de México, 42 por ciento en la Ciudad de México y 5 por ciento en Hidalgo. Las más altas tasas de crecimiento –entre 6 y 11 por ciento de 2000 y 2010–, se dieron en los municipios de Tecámac, Tizayuca y Huehuetoca. El aumento total de la superficie urbana de 2005 a 2010 fue de 18 mil 800 hectáreas, de las cuales 16,500 fueron producto de la expansión periférica de nuevos asentamientos, pero por su lejanía hoy registran un abandono masivo de esas viviendas, que alcanzan centenares de miles.
Otra participante, Claudia Sheinbaum, jefa delegacional de Tlalpan e investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, resaltó que para 2030 cerca del 60 por ciento de la población mundial vivirá en zonas urbanas y 95 por ciento de esa expansión ocurrirá en los países en desarrollo. Aunque las urbes ocupan apenas el 3 por ciento del planeta, representan el 80 por ciento del consumo de energía y 75 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En otro contexto, en vista de la grave problemática de la contaminación en la Ciudad de México, es preciso analizar medidas que permitan desplazarse con mayor rapidez y no a 50 kilómetros por hora, ya que debido al congestionamiento que predomina se produce mayor contaminación. Asimismo, es necesario revisar a miles de taxis y camiones que circulan en el Estado de México, sin placas ni identificación vehicular, que provocan alto índice de contaminación.
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