Atizan el fuego en Morelos
¬ Augusto Corro miércoles 31, Ago 2016Punto por punto
Augusto Corro
En lugar de buscar una solución al conflicto social que vive el estado de Morelos, su gobernador, Graco Ramírez, optó por la violencia.
Los propios líderes perredistas le dijeron al mandatario que buscara el diálogo para resolver la problemática social, pero el Ejecutivo estatal no hizo caso.
De nada sirvieron las manifestaciones de hartazgo de la población morelense contra el gobernador, debido a la espiral de violencia e inseguridad.
El lunes cerca del mediodía, la policía fue contra los militantes del Frente Amplio Morelense (FAM) en la reinstalación de un plantón en el pasillo lateral de Palacio de Gobierno.
El escritor Javier Sicilia, uno de los dirigentes que participa en el FAM, fue golpeado por los elementos del denominado Mando Único.
Los inconformes fueron citados para dialogar con las autoridades federales en busca de posibles soluciones, pero difícilmente se llegará a un acuerdo por la actitud dictatorial de Graco Ramírez.
En esas condiciones el conflicto se alargará, porque no sólo se trata de resolver los temas relacionados con la ola de violencia e inseguridad, sino aquél también relacionado con las fosas de Tetelcingo.
El mandatario estatal decidió poner oídos sordos a los impugnadores de su gobierno y ahora tiene que luchar contra el descontento con diferentes sectores sociales, como son Universidad, Iglesia, transportistas, defensores de derechos humanos, etc.
El resultado de ese conflicto es impredecible. Una cosa sí es cierta: Graco Ramírez ve como se esfuma su ilusión de ser candidato presidencial perredista en el 2018.
LA TRAICIÓN
Si algo distinguió a los políticos es su tendencia a la traición. En el Partido Acción Nacional (PAN) se ejecutó ya esa acción contra el ex dirigente Gustavo Madero.
El líder de los blanquiazules, Ricardo Anaya, decidió meter la daga, como se dice coloquialmente, para quedarse como autoridad única en esa organización política. Ya sin la presencia de Madero, el dirigente decidirá su camino.
El paso más importante ya lo dio: sacudirse a quien lo ayudó y orientó para llegar al liderazgo. Una vez en el poder, optó por la traición.
Si no ocurre algún contratiempo importante, Ricardo Anaya buscará la candidatura de su partido a la Presidencia de la República en el 2018.
La oportunidad que tiene en el presente es única, aunque si bien es cierto que Madero ya no representa ninguna amenaza, sí tiene en el partido otros grupos que buscan participar con su representante, en los comicios presidenciales.
Entre esos políticos se encuentra Margarita Zavala, la esposa del ex presidente de Felipe Calderón, quien no desaprovecha cualquier oportunidad para promover su imagen.
Ella quiere portar la bandera panista en el 2018, a pesar de la sombra ominosa de Calderón derivada de sus graves errores como mandatario.
El frente fuerte en el PAN es por el momento Ricardo Anaya, tras arrebatarle al PRI siete gubernaturas el pasado mes de junio. Con esa idea de triunfador, el líder blanquiazul maneja la propaganda del partido a su antojo principalmente los spots. Ya se le ve hasta en la sopa.
Así pues, Ricardo Anaya hará su propio juego y tendrá que superar a Margarita y al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, dos de los aspirantes que ya manifestaron sus proyectos.
Por lo pronto, el multicitado Anaya demostró ya que aprende rápido las clases elementales de la política, como aquella de apuñalar por la espalda, como lo hizo con su maestro y guía Gustavo Madero.
LOS ABUSOS DE LOS PODEROSOS
Ahora resulta, que el ex jugador de futbol y presidente de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco, “Cuau” es ya un político poderoso y poco le importa la suerte de los ciudadanos.
Cuando el edil regresaba de una de esas ceremonias de los funcionarios públicos, uno de los vehículos de su convoy chocó contra una camioneta, conducida por el veterinario Alejandro Martínez Hernández, quien sufrió una fractura expuesta de tibia y peroné.
Por supuesto, los guaruras del “Cuau” le echaron la culpa al profesionista y se negaron a pagar los daños. El quejoso dijo que fue el propio presidente municipal a verlo en el hospital, pero “únicamente abrió la cortina” y ni siquiera le dirigió la palabra.
El accidente se registró en la carretera Huitzilac-México, cuando los guardaespaldas del edil viajaban a alta velocidad para alcanzarlo, sin respetar las normas de tránsito. Nada nuevo, pues.