Reto en el Triángulo Dorado
Ramón Zurita Sahagún martes 30, Ago 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Unos cuantos días faltan para que se inicien los cambios propuestos por el voto ciudadano en las urnas el pasado 5 de junio y que llevaron a que ocho estados del país cambiaran las siglas del partido gobernante.
Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Oaxaca, Quintana Roo, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz, son, los estados que cambian de partido gobernante, mientras que Hidalgo, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas, confirmaron por un período más al partido que actualmente gobierna.
De los 12 estados, Durango será el primero en que se produzca el cambio de autoridades, aunque será en el terreno de los ayuntamientos y Congreso del estado, lo que sucederá el próximo 31 de agosto.
Posteriormente, el 15 de septiembre asumirá el nuevo gobernador José Rosas Aispuro, quien compitió por segunda ocasión, perdiendo en la primera y ganando en la segunda.
Será la primera ocasión en que Durango tendrá un gobernador no priista, ya que a lo largo de su historia moderna, todos han sido militantes de ese partido, al que alguna vez perteneció Rosas Aispuro, pero que dejó hace casi una década.
Durante varias décadas, Durango fue un bastión priísta, interrumpido por el triunfo de Rodolfo Elizondo Torres en 1983 como alcalde de la capital, al que siguieron otro par de presidentes municipales de extracción de izquierda.
Fuera de ello, los priístas ganaban todo, gobierno estatal, el mayor número de presidencias municipales, diputaciones locales y federales, sin dejar de lado las senadurías.
En Durango, los políticos todos esperaban su turno de gobernar y así ocurrió sucesivamente con Alejandro Páez, Héctor Mayagoitia Domínguez, Armando del Castillo Franco, José Ramírez Gamero, Maximiliano Silerio Esparza y Ángel Sergio Guerrero Mier, hasta que se rompió con esa dinámica y entró en la sucesión un candidato joven y ambicioso.
Ismael Hernández Deras terminó con esa hegemonía de los políticos de carrera, y a los 40 años de edad asumió el gobierno del estado, formando su propio grupo y acabando con la clase política del pasado.
Eran los tiempos en que la presidencia priísta había terminado y gobernaba el panismo a nivel federal, lo que convertía a los gobernadores en virreyes de sus respectivos estados.
Por eso, Hernández Deras pudo actuar con total impunidad y dejar como su sucesor a su socio de despacho de contadores y encargado de la oficina cuando él se fue de senador.
Jorge Herrera Caldera fue el candidato a gobernador del PRI, siguiendo los mismos pasos de Ismael, primero alcalde de la capital del estado y después legislador federal.
La elección de Herrera Caldera fue sumamente cuestionada, ya que la diferencia con que ganó fue mínima y llegó hasta tribunales, aunque ahí se ratificó su triunfo.
Sin embargo, el nuevo gobernador fue visto como un empleado del anterior gobernador, el que continuó manejando los aspectos principales de la política estatal, lo que provocó airadas protestas, hasta que el gobernador constitucional decidió emanciparse.
El rompimiento entre Hernández Deras y Herrera Caldera cimbró las estructuras del partido a nivel estatal y amplió el horizonte para una segunda participación del ya para entonces senador José Rosas Aispuro, quien como seis años antes construyó una alianza entre el partido de la derecha (PAN) y el de la izquierda (PRD) y con una mayor vigilancia en las urnas capitalizó la inconformidad ciudadana.
El triunfo de Rosas Aispuro fue inobjetable y ganó a otro miembro del antaño poderoso grupo de Ismael y Jorge, ya para entonces disminuido.
Durango, como otros estados del país, muestra el hartazgo de la ciudadanía por aquellos partidos o gobernantes que pretenden constituir cacicazgos y optan por votar en las urnas de una manera libre por aquellos personajes que no pertenezcan a grupúsculos beneficiados.
Esteban Villegas Villarreal fue el candidato del PRI propuesto bajo el mismo esquema de ser alcalde de la capital del estado y luego competir por el gobierno estatal, solamente que sus promotores no tomaron en cuenta el hastío de la gente.
La senadora Juana Leticia Herrera resultaba la mejor opción, ya que había ganado como segunda en la fórmula senatorial en los comicios de 2012 y se encontraba plenamente identificada con la ciudadanía de Durango.
Factores de poder conspiraron para que ella no fuese la candidata y sí Villegas, quien fracasó rotundamente.
Para evitar fisuras o rompimientos, la senadora Juana Leticia Herrera fue invitada para participar como candidata a la alcaldía de Gómez Palacio, la segunda en importancia en el estado y donde su familia (Herrera) mantiene un poderío económico en la región,
Juana Leticia ganó su municipio con gran amplitud por el respaldo ciudadano en las urnas y ella también asume el 31 de agosto como alcaldesa de ese emporio establecido en la zona lagunera.
La tarea para los nuevos gobernantes en el estado será titánica, ya que Durango se encuentra enclavado en el llamado Triángulo Dorado, donde convergen los estados de Chihuahua, Durango y Sinaloa, y que es zona casi libre para el narcotráfico.
Curiosamente, los tres estados estrenarán gobernadores en las semanas próximas, siendo el primero Durango, después Chihuahua (octubre) y por último Sinaloa (diciembre).
Resulta curioso que las tres entidades en el enclave conocido con ese nombre, serán gobernadas por partidos distintos a los que actualmente gobiernan y donde se han producido una serie sucesos relacionados con la delincuencia organizada.
El reto para José Rosas Aispuro, Javier Corral Jurado y Quirino Ordaz Coppel, es alto, ya que las tres entidades son conocidas como el refugio de los grandes capos de la droga y por lo mismo los índices de violencia e inseguridad son sumamente altos.
Habrá que ver como responden estos gobernantes a la confianza que la ciudadanía les depositó en las urnas.