Los que no se fueron
Ramón Zurita Sahagún viernes 19, Ago 2016De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En la historia política del país es muy común usar el hubiera, sobre situaciones que nunca sucedieron, pero que en la eventualidad podrían haber ocurrido.
Se trata de los candidatos que eran favoritos para encabezar al partido que finalmente ganó la Presidencia de la República en los distintos comicios sucedidos desde que el país entró en la etapa de partidos, en el ya lejano 1929.
Se trata de muchos personajes catalogados como la mejor opción, pero que sus respectivos partidos no los designaron para que los representaran en el proceso electoral correspondiente.
En 1930, cuando todavía los presidentes de México eran electos para un período de cuatro años, el favorito del naciente partido tricolor (PNR) era Aarón Sáenz, un abogado y general revolucionario, con una larga carrera dentro del servicio público, ya que había fungido como secretario de Relaciones Exteriores y gobernador de Nuevo León, antes de que Pascual Ortiz Rubio le ganara la candidatura presidencial y fuese el primer presidente de México surgido del partido tricolor, en lo que fue el inicio de los 70 años continuos de permanencia priísta.
Después de ese fracaso, Sáenz fue secretario de Industria y Comercio, Educación Pública y gobernador del Distrito Federal, además de convertirse en uno de los principales acaudalados provenientes de la Revolución, mediante la industria azucarera, principalmente.
Cuatro años después, Manuel Pérez Treviño, otro destacado general revolucionario que había fungido como gobernador de Coahuila, secretario de Agricultura y Fomento, secretario de Industria y Comercio, además de ser el primer presidente del naciente PNR, se quedó en la orilla, ya que el candidato seleccionado fue Lázaro Cárdenas.
Después de eso, Pérez Treviño se refugió en el servicio diplomático y terminó yéndose a la oposición, fundando un partido de vida efímera.
Miguel Alemán siempre fue el favorito para los comicios de 1946, por encima de Ezequiel Padilla y Miguel Henríquez Guzmán, que también quisieron la candidatura del partido tricolor.
En 1952 se apostaba en favor de que el candidato sería Fernando Casas Alemán, regente del Distrito Federal, y cercano al afecto del presidente Alemán, aunque en realidad el seleccionado fue Adolfo Ruiz Cortines.
Casas Alemán había sido gobernador sustituto de Miguel Alemán en Veracruz, senador por esa entidad y regente capitalino, después de su frustrado intento solamente actuó como embajador de México en varios países.
Adolfo López Mateos fue el seleccionado por el PRI para 1958 por encima de quienes creían que Gilberto Flores Muñoz, secretario de Agricultura y ex gobernador de Nayarit sería el elegido. Después de ese frustrado intento de ser candidato presidencial, Flores Muñoz esperó dos sexenios para ser reactivado como director de la Industria Azucarera, cargo que detentaba hasta su trágica muerte.
Gustavo Díaz Ordaz es otro de los marcadamente favoritos para enarbolar la bandera del PRI, aunque algunos (pocos) marcaron como favorito a Donato Miranda Fonseca, quien había sido alcalde de Acapulco, senador por Guerrero y secretario de la Presidencia, pero después de eso fue marginado políticamente.
Luis Echeverría es otro de los favoritos desde siempre, aunque el secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena, tenía sus seguidores, ya que fue durante dos sexenios secretario de Hacienda y antes de eso director del IMSS. Después fue durante 17 años director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y recibió la medalla Belisario Domínguez post mortem.
Mario Moya Palencia era, por mucho, el favorito para convertirse en candidato del PRI en 1976, pero se la ganó José López Portillo. Moya era secretario de Gobernación y después de 1976 alcanzó el nombramiento de director de Fonatur y embajador de México ante la ONU, Japón, Cuba e Italia.
Seis años después (1982) surgió Miguel de la Madrid, aunque no era el favorito y algunos veían a Pedro Ojeda Paullada con mayores posibilidades. Ojeda siguió con su vida política, pues después de ser procurador general de la República y secretario del Trabajo fue secretario de Pesca y diputado federal.
En 1988, Carlos Salina de Gortari resultó candidato sobre Manuel Bartlett, considerado favorito, aunque algunos medios revelaron que el candidato sería Sergio García Ramírez, mediante una comedia de enredos en que el perjudicado fue Alfredo del Mazo. Bartlett, secretario de Gobernación, corrió con mucha fortuna, fue secretario de Educación Pública, senador dos veces (una por el PRI y otra por el PT) y gobernador de Puebla.
Luis Donaldo Colosio resultó seleccionado por encima de Manuel Camacho Solís (jefe del Departamento del DF), quien se rebeló contra la designación y fue enviado como secretario de Relaciones Exteriores y comisionado para la Paz en Chiapas y después formó su partido político, compitió por la Presidencia de México y acabó como senador del PRD. Ernesto Zedillo fue el sustituto, luego del asesinato de Colosio.
Vicente Fox Quesada era marcado como favorito para abanderar al PAN, como lo hizo y se convirtió en el primer presidente ajeno al PRI.
Felipe Calderón no era el favorito para ser candidato de Acción Nacional, pero le ganó la interna al gran favorito, Santiago Creel, secretario de Gobernación, ex diputado federal y candidato derrotado al gobierno del Distrito Federal, quien seis años después lo intentó nuevamente, sin éxito, ya que fue vencido por Josefina Vázquez Mota.
Enrique Peña Nieto era el gran favorito para encabezar al PRI en su recuperación de Los Pinos, como lo hizo finalmente y permitió el retorno del partido tricolor a la Presidencia de la República.
Por el momento no hay indicios sobre quien jugará ese papel, aunque todo apunta hacia Margarita Zavala.