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¬ Augusto Corro martes 28, Sep 2010Punto x Punto
Augusto Corro
En la guerra del narcotráfico de todos contra todos, los presidentes municipales representan el hilo más delgado y éste se revienta con mayor frecuencia. Desde 2008 a la fecha, más de cien alcaldes, regidores y otros funcionarios locales han sido amenazados, agredidos, secuestrados o asesinados por el crimen organizado.
“Y lamentablemente habrá más muertos porque están en la indefensión”, sostuvo el senador panista Ramón Galindo. Las palabras del legislador corroboran lo que ya sabe. En el interior del país, principalmente en los estados norteños, los cárteles de la droga poco a poco se apoderan de la autoridad.
Más del 63 por ciento de las 2 mil 441 presidencias municipales están infiltradas por el narcotráfico, y de éstas 8 por ciento se encuentran totalmente bajo su control, según el investigador Edgardo Buscaglia.
Desde luego, en Chihuahua entre 2008 y 2009 se perpetraron 61 homicidios, entre ellos de alcaldes y ex alcaldes, directores de policía, regidores y un marshal de Estados Unidos.
Las cifras frías y aterradoras de atentados contra las autoridades de los tres niveles de gobierno reflejan la impotencia para contener el avance de la narcodelincuencia. Se reconfirma que el gobierno federal panista desató una guerra sin la preparación adecuada y sin estrategia para enfrentarla.
En las ciudades norteñas, paso importante de las drogas, empezó a crecer la ola sangrienta de las batallas de policías y el Ejército y la Marina contra narcos y éstos contra los adversarios de los diferentes cárteles.
En algunos municipios, las autoridades federales llegaron tarde. Las plazas estaban ocupadas por la delincuencia. Los gobiernos locales obedecían las órdenes de los capos. Inútil poner resistencia a las represiones sangrientas.
Las carencias de la policía municipal como son la falta de armas apropiadas para una guerra, el poco o nulo entrenamiento de los guardianes del orden, los sueldos raquíticos y otras fallas, propiciaron un rápido y efectivo triunfo y dominio de la delincuencia.
En tiempos no remotos había problemas en las localidades pequeñas, pero de ninguna manera eran importantes, pues estas solamente servían como puente para llegar a Estados; empero, las cosas cambiaron. Estados Unidos dedicó mayor atención a su frontera y consecuentemente se obstaculizó el acceso de la droga a tan codiciado mercado de millones de viciosos.
Y ocurrió lo lógico, la droga empezó a quedarse en México y los capos tuvieron que luchar encarnizadamente por nuevos caminos y plazas en su ruta para llegar a los consumidores estadunidenses y ampliar y reforzar el mercado nacional. Todo lo anterior trajo el caos que vive la sociedad en la frontera norte.
Al abrir nuevas rutas, plazas y mercados el enfrentamiento entre los cárteles y estos contra las autoridades provocó hasta la fecha alrededor de 30 mil muertos. En general, la sociedad norteña vive los peores momentos porque ve que sus autoridades fueron rebasadas por los sicarios, las bandas de secuestradores y la delincuencia organizada. Y los crímenes continuarán, porque tiene manera de defenderse.
Ciudad Juárez es uno de los ejemplos de los lugares más flagelados por la violencia no se tienen fórmulas para regresar a la normalidad. Sin embargo, desgraciadamente, no es el único caso. En otros lugares, los habitantes optaron por abandonar sus casas y sus tierras e irse a vivir a Estados Unidos.
Así, los presidentes municipales, completamente indefensos, tendrán que arreglárselas como puedan para contener el embate de los cárteles de la droga que, despiadadamente, siembran muerte y terror.
El hartazgo ante las agresiones de la delincuencia se vio en el caso de Ascención, Chihuahua, donde la población se hizo justicia por su propia mano: mató a dos secuestradores y se encargó de realizar las funciones de vigilancia para su mayor seguridad.
PLEITO PANISTA
Durante la semana pasada se registraron dos pronunciamientos importantes. Felipe Calderón en el aniversario del Partido Acción Nacional (PAN) dijo que los blanquiazules van nuevamente a la conquista del poder.
Sinceramente, no se ve por donde se logrará dicha conquista. Como pocas veces en la vida de México, la sociedad enfrenta innumerables problemas de diferente índole y sin posibilidades de solución alguna: en la guerra contra la narcodelincuencia, el gobierno federal panista se encuentra entrampado. Suman miles de muertos en esa lucha insurreccional, según la funcionaria Hillary Clinton y el senador Dick Lugar. El desempleo sigue en su apogeo. En algunas ocasiones el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, se luce con mentiras piadosas y anuncia la creación de numerosas fuentes de trabajo. Nadie le cree.
En los sexenios panistas la miseria se agudizó. Son más de 70 millones de mexicanos que viven en la pobreza. Claro, los gobiernos priístas colaboraron en ese renglón, pero en los diez años de gobierno panista la situación empeoró.
En el renglón de la educación pública vamos como los cangrejos: alumnos y maestros reprueban todo, y por lo menos 7 millones de jóvenes no trabajan ni estudian. Son aquellos “ninis” que van a la deriva. Esto a grandes rasgos. Por eso, se ignora en que se apoya Felipe Calderón Hinojosa para conquistar nuevamente el poder panista, como anhela.
Mejor el ex presidente Vicente Fox, quien nunca aprendió a conocer el valor del silencio, reconoció que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresará a Los Pinos. Aceptó que para las próximas elecciones (2012) los priístas volverán a meterse a la casa presidencial. “Por lo pronto, los dados dicen eso, los datos y los datos”, recalcó.
De paso, cuestionó la guerra contra las drogas desatada por Felipe Calderón Hinojosa. Dijo que al narcotráfico no se le puede terminar, “se le administra”. Y “ningún presidente en el mundo –ni Obama, ni Zapatero- pretenden acabar con la droga. La prioridad para Calderón no debe ser esa. El tema es que no puedes romper todos los balances y todos los equilibrios a la vez y aquí se rompieron. Si lo quieres poner gráficamente, yo diría, hay que regresar el genio a la botella de nuevo y taparla”. Vaya recomendación.